Sergio Manganelli, poeta argentino gana el VII Certamen Bonaventuriano Poesía, Calí, Colombia
Decidió otorgar los siguientes premios y menciones: POESIA - PRIMER PREMIO : POEMAS 31 Y 36
SERGIO MANGANELLI. BUENOS AIRES, ARGENTINA.
POEMA 31
Para ser claro,
renuncio a las frases alusivas,
a la caligrafía pálida
sobre el cuaderno mudo de las tumbas,
rechazo el podio hipócrita
de la bondad post mortem,
y a esa memoria tan desmemoriada.
Yo no quiero que apunten
en mi lápida la palabra yace,
me niego espeluznado.
No anhelo ese cheque grosero
con el que expían de mármol de hospital
lo que siempre te negaron avaros.
Ni acepto que se luzca
bajo una lluvia
de mierda de palomas
ese verbo impiadoso
en tercera persona.
No le abro los postigos,
ni a sus endebles secuaces
el adjetivo inerte
el absurdo abatido
menos aún al implacable muerto
-auxiliares morbosos de crónicas de sangre-
prefiero que sentencien
se pudre
se funde
se disuelve
pero jamás
yace.
Porque la muerte
puede sea otra cosa,
menos sucia y severa,
mejor que la tapa biselada y sorda,
quizás algo tan simple
como tumbarse al sol,
sobre el pasto o la arena
en una tarde franca y sin ruinas,
con vino y con regazo,
y sonrisas con huella
y dialecto de besos
y un murmullo entrañable
que recite poemas.
Quizás yacer
no sea esa quietud
de corazones secos,
ni el sueño, ni el olvido,
sino un íntimo zafarrancho,
un arrebato de vida sin permiso,
un insomnio de goce,
con marea de lluvia
y peces sin abismo.
Una muchacha fresca,
pechos de hierbabuena,
que te besa la ausencia
sin placebo y sin pena.
Ojalá no sea
el hartado celeste
de los castos y pulcros,
tampoco el infierno ceniza,
el hoyo de un ambiente
con renta anticipada,
sino jugar rayuela
hasta llegar al cielo,
y que don dios gorrión
disponga tiernamente:
“levántate y vuela”.
Puede que signifique
cerrar la vida apenas,
como quien deja un libro,
hasta que en una noche
de miedo a la tormenta,
o duda desvelada,
lo hojeen conmovidos,
esos ojos más nuevos
que guardan mi mirada.
Sergio Manganelli
POEMA 36
Ahora que ya
no guardo prisas,
ni azares de primera mano,
ni cumbre a plazo fijo,
ni coartada idiota,
o amuleto feliz
contra el olvido,
ni besos desayuno,
ni graffitis de amor
sobre muros de trigo.
Justo cuando
se duerme mi desánimo
la siesta del domingo
y el carrusel de insomnios
se abstiene de sortijas,
ahora que mi rencor
anda descalzo,
que las nueces son mucho más
que médicos y ruido.
En este tiempo
en que las bienvenidas
tiemblan en los espejos
y el pasado nos pica
como un cuervo de exilio.
Precisamente ahora
en que ya no soy huésped
debajo tu piel,
ni miel bajo tu ropa,
me afiebra el horror cotidiano,
mientras aguardo turno
en la antesala del miserable destino.
Recién en esta tarde
de muelle sin pañuelos,
silencio sin conjuros,
plumas huérfanas,
ojos sin deseo,
acupuntura torpe
contra el miedo,
mayo sin poesía,
soledad y trapecio.
En esta hora
que no transmite nada,
este rato perdido,
sin cuerda en el reloj,
pantano de las emociones,
arena y espejismo.
Esta calle desolada,
este latir sin sangre,
esta hiel y este frío.
Acabo de descubrir
una paloma sin rumbo
que me anida en la puerta,
un caracol de lluvia,
reproduciendo el eco
de un dolor repetido.
Sergio Manganelli
POEMA 37
Hay que tener cuidado
de no tropezar con un domingo,
sobre todo a las siete de la tarde.
Que ese día no te rocen
las hebras de la telaraña,
o la espina flamante
de un antiguo dolor.
No bebas
ni la copa turbia,
ni el café espeso
de la pena arbitraria.
Ni se te ocurra
desempolvar ayeres.
O almorzar pesadillas.
Es terrible el domingo,
con su santificada soledad
y ese desamparo de séptimo día.
Parece que Dios
tiene cerrado su shopping de milagros.
Nunca tropieces con esa jornada feroz,
sobre todo en sus tardes homicidas,
cuando tus ojos se vuelven pozos
que pueden ahogarte para siempre.
Jamás le des la espalda
a la tristeza un domingo,
mucho menos si tras la puerta
viene cayendo el sol.
Te matan sin pudor.
Son días despiadados.
Nunca tropieces con un domingo
mucho menos a la siete de la tarde.
Yo sé lo que digo.
Sergio Manganelli
Sergio Manganelli nació en Haedo, Provincia de Buenos Aires, Argentina,el 28 de febrero de 1967. Reside actualmente en San Antonio de Padua, al oeste del conurbano bonaerense. Sus poemas y artículos han sido publicados en una importante cantidad de diarios argentinos, de México, Colombia y España. Asimismo en revistas culturales y literarias de Argentina, Brasil, España, México, Estados Unidos, Puerto Rico, Francia, Colombia, Venezuela, Chile, Cuba, Nicaragua, etc... Obtuvo entre 1991 y 1999 una treintena de premios y menciones en su país. Se encuentra trabajando en la edición de “Sangre de Toro” -poemas y banderillas-, que se editará inicialmente en Buenos Aires y posteriormente en España.