Porfirio Barba Jacob, sus pasos por Estados Unidos, suite 6
Sus pasos por Estados Unidos
Ya en tiempo de Barba-Jacob, los Estados Unidos, era para algunos latinoamericanos la tierra de El Dorado, y Barba-Jacob no escapó a este sueño. Estando en México creía firmemente que en New York se encontraba el cuartel general de todos sus proyectos y ambiciones. Consignamos en pie de página un pasaje que ilustra en parte esta apreciación (109).En marzo de 1920 se encontraba ya en tierras norteamericanas, concretamente en la ciudad de San Antonio de Texas, donde permaneció por algún tiempo y donde pudimos establecer plenas pruebas de su presencia en ese lugar, como son los artículos que escribió en la prensa local en lengua española, y otros documentos. En el lugar pronunció una conferencia sobre la vida y obra de Walt Whitman, hizo varios recitales poéticos, no obstante que su estadía fue de tránsito, porque su destino final era New York. Esto consta en una carta escrita por Porfirio Barba-Jacob:
“Querido Salarcito: Dentro de tres o cuatro días a más tardar salgo para New York, a reunirme con Rafael Heliodoro Valle, Guillén Zelaya el admirable, y otros muchachos. Vamos a hacer vida, arte, estudio, dinero y bohemia.
“Yo he hecho aquí en este hotel la obra que más me satisface, y he comprendido verdaderamente cuántas canteras hay en mí que no han sido trabajadas: verá mi “Pórtico”: es otro; tiene mil matices y un orden enteramante nuevos. Y así otras cosas.
“Por otra parte, ya voy teniendo conciencia de que yo debo extenderme hacia el resto de América y hacia España; pues bien, para ello necesitaba una tribuna y la colaboración afectuosa y entusiasta de algunos amigos míos de espíritu superior.
“Mi dirección en la Urbe tentacular es la siguiente: 525 West, 135 th St., Apt. 52, New York. Le ruego la tenga presente para que me escriba; y le ruego que pase por «Cultura» y les dé, de mi parte, un saludo afectuoso y mi nueva dirección. No…se…le…ol…vi…de…
“Salarcito, su alegría y su modo lírico y serio de ver la vida (¡más equivocado que el diablo, pero con un talento y un corazón!), su fe, su comprensión, me hacen falta. Prepárese para ir a Nueva York: lo acogeremos y lo ayudaremos a vivir.
“De su artículo nada tiene qué decirme: allá se lo daré a Rafael Heliodoro, quien como usted sabe, deja este mes su misión oficial y se radica en Nueva York.
“Adiós, amigo; un poco más lejos geográficamente; pero siempre en el primer puesto en mi corazón entre mis amigos: (110)
Sobre su radicación en Nueva York no es lo suficientemente clara debido a que se afirma que entre 1908 y 1916 estuvo en dos oportunidades. Sobre este tópico Juan B. Jaramillo Meza lo ratifica, inclusive afirma que vivía confortablemente en un inmueble denominado Cabanagh, en el apartamento marcado con el número cinco en el tercer piso, ganándose la vida de manera correcta, escribiendo en los periódicos que se publicaban en español. El viaje de 1916 es completamente cierto. Nosotros encontramos una carta que confirma plenamente su presencia en Nueva York, dirigida a la señora María del Rosario Osorio de Cadavid, donde le cuenta asuntos personales, entre los cuales se incluye su trabajo en un periódico en lengua española, con un salario de holgura. Transcribimos un breve párrafo de dicha misiva:
[…] Yo estoy escribiendo en un periódico que se publica en español, donde no me pagan sino doscientos dólares al mes. Vivo bien pero no estoy contento; y si no logro mejorar, es posible que me vaya a vivir en la Ceiba, una ciudad pequeña en la costa norte de Honduras, donde me ofrecen buenas condiciones...[…] (111)
Sobre el segundo viaje existe una prueba que merece credibilidad. El poema de las dádivas está dedicado al poeta José de J. Núñez y Rodríguez, con letra del poeta, donde se lee Estados Unidos, enero de 1912. Un hondureño habla que conoció a Porfirio Barba-Jacob cuando vivía en la Biblioteca de Nueva York, buscamos en dicho establecimiento, pero nos resultó imposible acceder a muchos documentos. Sobre esto no pudimos establecer nada en dicha biblioteca. Existe una documentación entre las que se encuentran muchas cartas de Barba-Jacob, dirigidas a Alfonso Mora Naranjo, alumno de Miguel Angel Osorio, cuando era maestro de escuela en Angostura. En una de esas misivas le cuenta que ha decidido radicarse definitivamente en Honduras, espera comprar una finca y donde tiene ya una imprenta. Tiene entre sus objetivos traerse los libros de México y de Estados Unidos. En esa misma carta le cuenta que vivió en la Biblioteca de NuevaYork. Transcribimos un aparte sobre el tema:
[…] En Nueva York viví varios meses en la biblioteca. La biblioteca de Nueva York tiene algo más de nueve millones de volúmenes. Allí hice un curso muy completo de geografía antigua, en el Atlas de hierarchicus, de Karl Streit, ayudándome con infinidad de obras. Volví a mis estudios sobre la evolución de Europa, que los había dejado en el siglo IV (Obras de Gastón Boissiere). Le recomiendo el magnífico libro de Dichl titulado Justinien et la civilization bysantini au VI siècle.[…] (112)
Continúa dando una ampia bibliografía sobre la historia de Europa y también sobre filosofía, debido a que tiene en sus proyectos escribir su obra fundamental titulada La filosofía del lujo. Sobre este presunto texto Barba-Jacob ha hecho muchas referencias en charlas con amigos en Guatemala, Cuba y México. Hay quienes afirman que poseen escritos parciales. Nosotros no pudimos establecer ninguna prueba. En cuanto a la carta que venimos tratando, está incluida en página 142 de sus Obras completas.
La presencia que nosotros establecimos la hizo en el peor momento en cuanto al clima corresponde, en invierno neoyorkino. Colombia es un país ecuatorial donde prácticamente son inexistentes las estaciones; allí cada persona vive en el clima que le agrade. Existe el calor hasta cuarenta y seis grados en las planicies del Magdalena, y el frío menos catorce, en los picos de la cordillera de los Andes con las nieves perpetuas. La tierra del poeta corresponde a una temperatura estable entre diecinueve y veintidós grados. En general el frío es insoportable para los colombianos, fue por esto que Nueva York le incomodó desde su llegada. Vivía en el n° 525 West, 135th st., apt. 52. Su estadía en la ciudad se debió más por motivos de amistad que por asuntos de dinero. En ese momento se encontraban viviendo en Nueva York, muchos de sus amigos, entre ellos Guillén Zelaya y Rafael Heliodoro Valle. Al tercer día de su llegada empezó a escribir en los dos periódicos que se publicaban en ese momento en Nueva York y luego lo haría para otros diarios, en distintos lugares del territorrio norteamericano.
En cuanto a su economía personal era floresciente; además de ser bien pagado por sus trabajos de prensa tenía como respaldo a un millonario que convenció para que se convirtiera en promotor de la poesía, de nombre Archer Huntington, a quien se dice le vendió por sumas considerables uno a uno los originales de sus poemas y los borradores de las conferencias que dio sobre poetas norteamericanos y de habla inglesa, y como era habitual organizó veladas literarias, esta vez bilingüe, inglés-español, patrocinadas por el filántropo. La ciudad de Nueva York fue muy generosa en todos los sentidos con el poeta, pero un día desapareció como un fantasma sin dejar una huella de las causas que motivaron su partida ni fechas ni medios utilizados. En cuanto a sus escritos periodísticos, sólo hallamos registros en El Imparcial de San Antonio de Texas, los cuales remitimos a la la bibliografía, obra periodística.
Obra periodística en EE.UU.:
Periódico El Imparcial, EE.UU., 1920-1921
POR UNA RUTA FRUSTRADA SABOREANDO LA NOSTALGIA, huracanado en Perú
Barba-Jacob ingresó a Lima de paso para Buenos Aires, Santiago y Montevideo, atraído por las grandes ciudades sudamericanas y por sus intelectuales como Lugones, Mistral, Rodó y Chocano (113). Llegó al Perú en una mañana de 1926 por el puerto de Callao. El poeta que conocía el valor de su pluma al servicio o en contra de los mandatarios, la usó en esta oportunidad una vez más, correspondiéndole ponerse del lado del Presidente Augusto Bernardino Leguía; calificado por sus opositores políticos como dictador. Trabajó a su servicio en el periódico La Prensa, de propiedad del Presidente, firmando artículos adulatorios con seudónimos, entre los que figura “Junius”. Barba-Jacob modificó la presentación y contenidos del diario, logrando triplicar su circulación. Por el éxito en La Prensa y por las salemas hechas al Presidente, éste lo invitaba con regularidad al Palacio presidencial, y lo albergó en el barrio más prestigioso de Lima, con un sueldo igual al de los más altos empleados de su gobierno, dinero que le permitía llevar una vida suntuosa. La situación de holgura se terminó a causa de que el Presidente le solicitó al poeta hacerle su biografía. Los términos que le propuso Barba-Jacob lo indignaron. Tal fue su furia que lo expulsó del país, según nos lo cuenta Rafael Delgado Ocampo, joven nicaragüense de la ciudad de León e hijo adoptivo del poeta (114):
Estando Barba-Jacob en Lima, se encontraba detenido José Santos Chocano por haber dado muerte al ingeniero Edwin Elmore. El poeta colombiano lo visitaba asiduamente, sosteniendo largas charlas sobre estética y también sobre las actividades que Barba-Jacob realizaba en Lima, distintas a su trabajo periodístico. Los recitales poéticos, como era habitual y ritual en las diferentes partes que llegaba, sólo cambiaron en Lima porque los llevó a efecto en lugares del más alto prestigo intelectual y social, y con la participación de los mejores poetas de la ciudad. Por primera vez la empresa de recital y conferencia fue delegada a personalidades de alta prestancia social. El organizador cursaba selectas invitaciones, empezando por el cuerpo diplomático y se hacía saber que era indispensable la etiqueta como en los conciertos de categoría, siendo evidente que el invitado debía pagar su entrada.(115) Fueron muy pocos los documentos periodísticos que encontramos en el Diario La Prensa, los cuales aparecen en la
bibliografía en su obra periodística.
Obra periodística en Perú: Periódico La Prensa, Perú
Apenas con una maleta hecha de poemas regresó a Colombia
Expulsado del Perú el 12 de abril de 1927 regresa a Colombia por el puerto de Buenaventura. En Cali trabaja en El Relator de propiedad de la familia Zawadsky, que era un periódico de gran tiraje y en el medio de la prensa pertenecía a lo que en Colombia se califica de periódico progresista. Barba-Jacob se enemista con los Zawadsky porque no le concedieron un anticipo sobre unas crónicas que el poeta proyectaba realizar acerca de la arquitectura de la ciudad. Su ímpetu de fundador de publicaciones seguía vigoroso como siempre. Funda el periódico La Vanguardia que tuvo apenas escasos quince días de existencia, alcanzando un tiraje de dos mil ochocientos cincuenta ejemplares. Sobre este hecho existen varias reseñas en la Hemeroteca de Cali y también la registran sus biógrafos.
El 28 de abril de 1927 se encontraba en Manizales visitando a Juan Bautista Jaramillo Meza; en esta ciudad dio un recital poético en el Círculo del Comercio del cual se conserva una invitación, y dictó una conferencia en la Universidad de Manizales en su aula magna. En su recuerdo queda una placa en la institución educativa. Las personalidades locales en política, industria, comercio y cultura asistieron a los dos actos. De esto hay registros en los periódicos locales y sus biógrafos dan cuenta de ello.
Llegó a Bogotá el 2 de agosto de 1927. El Tiempo y El Espectador, los dos periódicos de mayor circulación en Colombia, registraron su llegada con fotografías, hablaron de su poesía y sus viajes. Lo entrevistaron donde habló de mil historias, y El Espectador lo contrató como jefe de redacción y editorialista de la columna “Día a día” (116)
Lino Gil Jaramillo, persona de solvencia intelectual, escribió un libro, El hombre y la máscara, donde se detalla el paso laboral de Barba-Jacob por El Espectador. Quiso el poeta repetir sus éxitos de tiraje como lo había hecho en México con las historias del Palacio de la Nunciatura, y se inventó un duende que embrujaba a una niña del barrio San Diego, firmando las crónicas con el seudónimo Juan sin Miedo. El Espectador, un periódico de reputación por su veracidad despidió al ingenioso jefe de redacción.
En El Espectador existe un registro del 2 de enero de 1928, donde habla de sus proyectos literarios. Empieza por el comentario de una novela que según él, es la vida de su niñez y que la intulará El viaje a Sopetrán. En poesía anuncia dos libros, el primero tendrá el título La vida profunda, y el segundo dice que todavía no le ha hecho la escogencia. Al parecer éstos fueron los que se publicaron, el uno en Guatemala con el título de Rosas Negras, y el otro en México, Canciones y Elegías.
A Bogotá llegó acompañado de un joven nicaraguense, Rafael Delgado Ocampo, a quien conociera en Nicaragua en una situación de postración económica y sin familia. Decidió entonces que fuera su hijo adoptivo. A partir de ese momento, Rafael fue el testigo ocular de todas las peripecias que enfrentaba el poeta para ganarse la vida. Por él sabemos que en los pueblos salían cabalgatas a recibirlos a la entrada de las poblaciones como ocurrió en Buga, Sevilla, Tuluá, Cartago y otros, pues era considerado un viajero ilustre. Esta costumbre fue tradicional en Colombia mientras existió el transporte a lomo de equino, hábito desarollado en la Colonia desde tiempos del escritor Pedro Solís y Valenzuela, en el siglo XVI, confirmada en el siglo XVII por José Celestino Mutis y en el siglo XVIII por el barón de Humboldt, quien la describe de una manera detallada y rica literariamente.
Rafael cuenta que cuando el poeta era jefe de redacción en El Espectador de Bogotá, alquilaron un apartamento en la Plaza de las Aguas y lo amueblaron, donde se incluía la máquina de escribir más costosa que había en el mercado. Todo les duró una semana porque los infractores de la ley, mejor conocidos en el lenguaje popular de los bogotanos, como “apartamenteros”, por su destreza en abrir con llaves que ellos mismos hacen, denominadas “ganzúas”, la chapa más segura de cualquier portón, ventana o puerta, sustrajeron todas las pertenencias de los dos inquilinos y la noche del descubrimiento del robo durmieron en el piso arrropados con las hojas de los periódicos en el que escribía Barba-Jacob.
Su existencia en la capital, en todos los planos que la vida cómoda exige, se encontraba satisfecha, fuese en el plano material o intelectual. Por ello es inexplicable el que súbitamente se inventara un viaje con destino a Caracas. De regreso a Bogotá, proveniente de Cúcuta donde se frustó la entrada a Venezuela porque el Presidente Juan Vicente Gómez, manifestó que no quería verlo ni en pintura, pues nunca olvidó los artículos más corrosivos que periodista alguno, haya escrito contra su persona, y también contra su gobierno en la prensa extranjera, todos ellos de autoría de Barba-Jacob; dio el mejor y el más grande recital en Colombia, en el teatro Colón que es el equivalente por prestigio, al teatro de la Opera de París, guardadas las proporciones. Lo presentó el poeta Rafael Maya en un apoteósico discurso escrito con días de antelación, el cual se encuentra en el libro que le dedicara al poeta, titulado Alabanzas del hombre y de la tierra.
Barba-Jacob hizo una exposición improvisada calificada de brillante, desde el palco donde se encontraba en compañía de los poetas, el maestro Guillermo
Valencia, el más famoso en ese momento en Colombia, y Carlos López. Una semblanza de este evento se encuentra en el libro La danza de las sombras, del escritor boliviano Alcides Arguedas.
En Bogotá estuvo gravemente enfermo por motivo de una afección pulmonar de carácter endémica. Pasó varias semanas recluido en el hospital San José donde fue visitado por sus amigos incluido Fidel Cano, director de El Espectador. Su hermana estuvo presente y le sugirió llevarle un cura para su confesión, hecho que Barba-Jacob rehuzó violentamente de palabra y prácticamente de obra, porque la hizo salir instantáneamente de su pieza de enfermo. Mercedes volvió al día siguiente en forma prudente y se excusó. Iba en compañía de su hija Alcira la que jocosamente molestaba a su tío por su incredulidad, diciéndole que el diablo se lo llevaría para el infierno (117).
En cuanto a su obra periodística, de sus trabajos en El Espectador, en la columna “Día a Día”; igualmente toda su labor de modificación de la presentación del diario, como las distintas crónicas y artículos que firmó con seudónimos distintos a Barba-Jacob, de ellos no pudimos encontrar absolutamente nada, debido a que los periódicos liberales, entre los que se encontraba El Espectador, fueron incenciados y sus archivos desaparecieron entre las llamas; bajo el gobierno conservador de Laureano Gómez, en los años 50 del siglo pasado. El citado periódico era el vocero de la ideología liberal, motivo que impulsó a Laureano Gómez para hacerlo incendiar.
Medellín, reviviendo la melancolía
El 23 de agosto de 1928 llegó a Medellín, capital de su departamento; en tren procedente de un pueblito cercano, donde se había detenido para visitar a una familiar, Copacabana. A Copacabana había llegado de puerto Berrío; y a éste, por el río Magdalena proveniente de Bogotá. La prensa local reseñó el hecho con letras de alborozo. El poeta en su suelo no hizo nada distinto de lo que había hecho en todas partes. Concedió entrevistas a los periódicos, habló por las emisoras, hizo recitales, dictó conferencias y las interminables charlas de cafés y bares. Una de las conferencias fue dictada en la Universidad de Antioquia en el aula máxima con una variedad de temas: “El significado del dolor religioso en el cuerpo de los místicos”, “El comunismo frente al individualismo”, “Lo estable y lo pasajero en la poesía”, “Las distintas escuelas poéticas” y “La importancia de la moral en los jóvenes”. Esta última, de acuerdo a las distintas opiniones que hablan de ella, fue la menos afortunada del ciclo dictado.
En el Club Unión hizo un recital por el cual le pagaron el equivalente a ochocientos dólares, y fue muy aplaudido por la concurrencia a la cual se negó satisfacer cuando le pidió que leyera su última composición poética (118).
En el teatro Bolívar, el de mayor prestigio en su tiempo hizo otro recital, que fue todo un éxito en materia de asistencia y satisfacción del público. Pecuniariamente superior al anterior, porque le pagaron mejor. Se equiparon de todas las cosas que le hacían falta y se compró la máquina de escribir la de mayor calidad que había en los almacenes de Medellín, según lo cuenta Rafael Delgado Ocampo.
Dejaron Colombia por el puerto de Buenaventura, el mismo por donde habían entrado, un martes, como ese primer martes de puerto Colombia en Barranquilla, cuando se embarcó con destino a tierras desconocidas. El almanaque estaba fechado con el número seis del mes de mayo del año 1930. Abordaron un buque que se llamaba El Cali, y zarpaba con rumbo a la ciudad de Balboa en Panamá. Fue una partida sin retorno en vida, pues regresó muerto, en sus cenizas, mucho tiempo después. En Colombia Barba-Jacob escribió abundantemente en diversos medios y en distintas ciudades. Lo que hallamos es bien poco si se tiene en cuenta todo lo que produjo para los medios de prensa. Ello aparece en la bibliografía, obra periodística.
Obra Periodística en Colombia: Periódico El Espectador, Bogotá, Post-mortem
Polifacético como sus tragedias, Crítico literario
Barba-Jacob en el campo de la literatura se posesionó como crítico literario, actividad que ejerció fundamentalmente en su forma oral, haciendo de esta tarea un medio de promulgar la cultura a través de las conferencias que dictó sobre poetas latinoamericanos como Rubén Darío, Guillermo León Valencia y otros, poetas de habla inglesa como Walt Whitman, George Byron, entre los franceses se encuentra Charles Baudelaire. Hay variados registros en que se alude a su trabajo de conferencista. El poeta en sus intervenciones, para resaltar el dominio sobre el tema, nunca leyó nada, la improvisación era su norma, leía de reojo breves notas contenidas en una hoja que discretamente colocaba sobre el mueble del estrado. Costumbre con la cual privó a su memoria de registros escritos. Un segundo objetivo de su papel de crítico oral era un medio para conseguir ingresos. En la forma escrita son muy pocos los documentos que logramos encontrar. Uno que resulta interesante sobre un novelista, curiosamente lo publicó en una revista de poesía, el que ha sido reproducido por la Revista del Centenario de Porfirio Barba-Jacob N°2.
Al escritor a quien le hace un análisis de su obra en la revista de poesía, es a Tomás Carrasquilla, quien es considerado uno de los escritores fundadores del género denominado costumbrista en América Latina. Sus dos más grandes obras de Carrasquilla se titulan Frutos de mi tierra y La Marqueza de Yolombó. La Marqueza de Yolombó tiene como tema la vida de la provincia colombina a finales del siglo XVIII, donde se condensan el suceder lento de la vida pastoril, realismo de sociabilidad, el trabajo y vida administrativa. En cuanto a Frutos de mi tierra, Barba-Jacob discurre:
[…] Cuando surge Carrasquilla en nuestros análisis literarios, no sólo no existe la novela como expresión regular y constante del alma, de las costumbres y del paisaje, de Colombia, sino que se ha perdido la tradición de los cuadros de costumbre, que dieron carácter propio a nuestra literatura de mediados del siglo pasado. Es cierto que para entonces contamos ya con dos obras de altísimo aliento; pero así el panorama de vida real que se retrata en “Manuela” como el idilio de Efraín y María representan esfuerzos aislados en el tiempo y en el espacio, el autor de “Frutos de mi Tierra” da con el filón que aquellos grandes maestros habían señalado y que el olvido recubría: recoge lo mejor de la tradición realista y de la tradición romática: depura y vivifica el estilo: crea tipos vigorosos en cuyas sienes se hace sensible un impluso vital propio, y desde que aparece su primera narración extensa… (119)
En 1921, en México, un escritor amigo de Barba-Jacob fue nombrado Ministro de Educación, el cual estando en ejercicio de su cargo publicó un libro con el título Estudios Indostánicos. Como el texto no era propiamente literario, el poeta aclara este aspecto para luego entrar a referirse a la temática que es desde el punto de vista del género un ensayo etnológico, sobre las mezclas que por razones geográficas o migraciones, se producen en las distintas colectividades humanas. Al respecto escribe:
Cuando un hombre de ideas escribe un libro, ya sea novela, colección de ensayos o narración histórica, el tema o la tesis se desborda con frecuencia y las ideas del autor brotan apesar de las limitaciones del orden expositivo y de la forma exigente. Algo semejante pasa con la obra publicada últimamente por el jefe de Educación Pública en México.[…]
[…] Esta hipótesis es optimista en cierta forma para nuestras Repúblicas indo-españolas, y se funda en los fenómenos históricos que presidieron a la fundación de las civilizaciones indostánicas y helena. En la India, los sabios invasores de piel blanca se mezclaron con los dravidios de piel oscura, transformando el animismo primitivo de los aborígenes y el antropoformismo rudo de los invasores, «en el suntuoso y soberano pensamiento de los indostanos». En Grecia los arios puros encontraron la región poblada con elementos étnicos mixtos, aportando a la nueva civilización su parte de energía primitiva, creando por la mezcla el milagro griego. En España la mezcla de los godos y vándalos del Norte con los moriscos del Sur, en Italia los bárbaros con el residuo de la antigua latinidad, en Francia los francos, los germanos, y los normandos hiperbóreos con los galos,[…] (120)
En el análisis que hace de la obra Barba-Jacob omite el nombre del autor, lo llama simplemente “jefe de la educación pública”. Ignoramos las razones que tuvo el poeta para proceder así. El autor de la obra es el escritor José Vasconcelos, bastante prolífero en materia de escritura quien escribió varias obras de teatro entre las que se encuentra una muy conocida Prometeo vencedor. Memorias: La tormenta, El desastre y una que ha logrado notoriedad ha sido Ulises criollo. Obras filosóficas, sociológicas y de crítica literaria. En México es una personalidad histórica.
Con motivo del Congreso de Escritores y Artistas realizado en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México, donde habló el escritor Luis Rodríguez en representación del gobierno, Waldo Frank, en nombre de los escritores norteamericanos y Nicolás Guillén a título de la poesía negra. Barba-Jacob reseñó el acto en el editorial del vespertino Ultimas Noticias, con el subtítulo habital “Perifonemas”. También escribió expresando sus criterios sobre lo que es una obra de arte, en el que destaca que es un acto profundamente individual y solitario. A este respecto sostiene:
[…] La producción de una obra de arte verdadero es un fenómeno individual, irreductible a toda intención gregaria. En la concepción y en la ejecución de una estatua de Miguel Angel, de un cuadro de Leonardo, de una sonata de Beethoven, de una canción de Goethe, de un drama de Shakespeare, de una novela ejemplar de Cervantes, interviene una multiplicidad de milagros que provienen de la naturaleza íntima y exclusiva del artista, que ninguna ciencia puede mensurar ni calificar en ninguna de sus dimensiones, ni de orden físico ni de orden espiritual, y esos milagros ni los estimula ni los favorece lo gregario, ni se efectúan conforme a normas y prescripciones y teorías y sistemas políticos. De ahí el fracaso de todas las escuelas de arte, que no adquieren significación sino el resplandor de la figura en cuyo alrededor se formaron y languidecieron.
Pero la obra de arte individual es el prodigio de la inteligencia y la sensibilidad del hombre, una vez creada pertenece por igual a todos los hombres, en la proporción y medida en que ellos, contemplándola –según su sensibilidad, su intuición, su sentido de lo real o de lo ideal, su cultura y entusiasmo–[…] (121)
En la anterior cita el pensamiento de Barba-Jacob se mueve en los planos puramente filosóficos en cuanto a teorías de la estética. A comienzos de 1919 se inician en la Unión Soviética enconados debates sobre el problema del arte y la cultura. Se enfrentaban diferentes concepciones desde el ángulo revolucionario, fue un periodo de discusión muy rico en planteamientos teóricos que se cerró desafortunadamente con el ascenso de José Stalin al gobierno soviético. Ejerciendo un poder omnímodo hizo sentir su absoluta voluntad en todos los campos, empezando por el de la política y terminando con el del arte. El interpretó los fenómenos artísticos a través del prisma ideológico y político de los que creía que eran los intereses del partido y los intereses del pueblo. En razón de esto elaboró una teoría que la experiencia de los años demostró su subjetividad, puesto que no pudo confirmarse dentro de los marcos de la estética. A esto es a lo que se refiere el poeta en su análisis. Hoy nos parece asunto obvio.En esa época el ambiente polémico entre los enfoques de los dos opuestos, individual y colectivo, no eran tan diáfanos como lo son hoy a la luz de la polémica filosófica y ante los resultados de la historia.
Otro aspecto concerniente a lo literario son las reseñas de libros, presencia de escritores que llegaban a la ciudad de México y efemérides de escritores o de obras literarias. Nos detenemos únicamente en esta última porque en ella el poeta discierne sobre el autor de la novela María, la cual según la mayoría de los especialistas en el género, la consideran hoy que es la novela romántica por excelencia de latinoamérica. Barba-Jacob posiblemente fue el primero en considerarla dentro del género romántico, la califica como un libro lleno del hálito de la naturaleza americana. Transcribimos breves apartes:
Colombia va celebrar, en este año, el primer centenario del nacimiento de Jorge Isaac y ya en todo el continente se mueven las plumas para loar al romántico autor de María.[…]
[…]El libro que más hondamente conmovió a nuestros pueblos. Se le ha comparado, por tal eficacia, a la “La Cabaña del Tío Tom”, a “Atala”, a “Graciella”. […]
Pero Isaac fue muchas otras cosas, además de ser el autor del más bello y puro idilio del idioma español en América: fué un gran poeta, que debería ser incluído entre los precursores de la renovación del verso castellano, como Gutiérrez Nájera, como Julián del Casal o como Rubén Darío,[…] (122)
En cuanto a este aspecto de reseñas literarias hay un material abundante que corresponde más a su actividad periodística que al campo literario, por ello consideramos suficiente presentar el texto que se relaciona con el centenario de Jorge Isaac.
Reportero
Una actividad en el mundo de la escritura prácticamente desconocida, y que Barba-Jacob de la cual no hablaba, ni figura dentro de su profesión de periodista, es la de reportero de la crónica roja, labor que realizaba forzado para salir de apuros económicos. No la estimaba ni menos le era agradable, pero en cambio la ejercía imprimiéndole calidad, y con celo profesional. El tono de sus artículos y la forma como los narra, le dan un tinte agradable donde el horror y lo mórbido se presentan descarnados y de manera plena. Su estilo personalísimo se percibe de inmediato, empezando por el título como es el caso de un crimen donde una joven fue degollada y las declaraciones de una pitonisa podían contribuir a esclarecer el móvil del delito. Encabeza su información de la manera siguiente, en grandes letras que ocupan lo ancho de la página: “Zulema Moraima, la sibila de los ojos de misterio nos describió la figura del criminal”. Por emplear los términos de “sibila de los ojos de misterio” estamos frente a materiales con significantes de atmósfera literaria, completamente ajenos a la palabra dolorosa que es común en el medio para estos casos. Avanzando en la información encontramos unos párrafos en un lenguaje que corresponden a un relato literario. Veamos:
[…] LLegamos a la tercera calle de Luis Moya número 34. Resueltamente penetramos a un patiecillo bastante limpio, que descubría a su derecha una escalera angosta, la que a su vez nos condujo a un amplio corredor. Durante nuestro ascenso ibámos reflexionando: –por estos peldaños hace ocho días, precisamente, subió aquella hermosa mujer que hoy reposa el sueño eterno y que aquel día debe haber venido con el espíritu inquieto, ante el recuerdo de la amenaza proferida, a preguntar a la adivinadora si su vida peligraba, si su muerte estaba lejana o próxima… Penetramos a un pequeño saloncito de espera elegantemente amueblado. Allí se encontraba, cuando nosotros llegamos, un joven de rostro perfectamente afeitado, que esperaba quizás su turno de consultar a Zulema acerca de si sus amores serían correspondidos, si sus ambiciones serían satisfechas, si tendría para el porvenir riquezas y honores, si llegaría a ser feliz y tendría numerosa descendencia. […] (123)
Luego narra como apareció la adivina, describe el consultorio donde hay crucifijos, imágenes de distintos santos y todos los ingredientes necesarios para que el relato entre en tensión. Igualmente están presentes los materiales que la crónica policiva necesita para que la narración adquiera una trama propia del tema.
En su labor en la crónica roja encontramos a un reportero innovador, sin embargo, el adjetivo deja escapar parte de la realidad. Más que renovador, innovador es insólito, puesto que rompe con todos los parámetros que el oficio ha establecido. En la época de Barba-Jacob la fotografía era obligatoria como un elemento indispensable de los reportajes en los delitos de sangre. El poeta que consideraba que la fotografía era indignante para la víctima, el victimario y el lector, introdujo el dibujo a la manera de las tiras cómicas para ilustrar los pasajes iconográficos. Luego de analizar los móviles que originaron el delito en el plano de lo individual, profundiza sobre la etiología del crimen y fustiga a la sociedad y al estado, a veces de manera directa y en otras recurre a la sutileza, como en el caso de un folclórico estafador que se hizo pasar, en México, como un prícipe hindú:
[…] Claro está que la información que va a seguir, la damos atendiendo a la defensa de los intereses sociales, primordial obligación de toda autoridad –en este caso mo muy atenta a cumplirla– y fundamento sobre el que debe asentarse toda labor periodística[…]
[…] Desde un principio, hizo correr este personaje de cine, la versión que era un príncipe hindú, nacido en Bombay, de familia de alta nobleza y doctor en filosofía, ciencias y letras, de varias universidades europeas y sudamericanas […]
[…] Casi puede decirse allí, como en el “dúo de la africana”: todos los que van tocando el organillo por las calles, son príncipes indios, vástagos de una u otra de las mil y una dinastía de ese país encantado de los Radhjás. Mucho turbante, mucho color, mucho hieratismo, algo de fakirismo, buena dosis de ciencias ocultas, desconcertantes sabidurías que encierran las ciencias del bien y del mal, en un globo de cristal, revelador del porvenir o que leen el destino en una vulgar cartulina de baraja pintarrajeada bárbaramente.[…] (124)
En la crónica, que es extensa, se habla de la cultura hindú, de la trayectoria del transgresor de la ley penal, y se incluyen elementos un poco ajeno al tema que la hacen interesante. Si este trabajo tuviera como tema Barba-Jacob como periodista, los materiales que existen en El Demócrata y otros periódicos resultarían suficientes por el método de periodismo comparado, para hacer una investigación extensa del carácter de la nuestra.
En esos rastreos en busca de materiales sobre el origen de sus poemas, encontramos un artículo en la crónica roja cuando el poeta firmaba con el seudónimo de Califax en El Heraldo de México, correspondiente a su edición del 26 de julio de 1919 que nos aportó la solución para descodificar un poema de significaciones complejas, el cual hemos analizado en la primera parte dedicada a su obra poética y cuyo título es La dama de cabellos ardientes. Empezamos porque una parte del título de la crónica es exactamente igual al título del poema “La dama de cabellos ardientes se bebe la vida de sus amantes”. Lo primero que se encuentra en este título es la ambigüedad; tomado aisladamente y teniendo en cuenta que es un titular de prensa no tiene elementos de comunicación directa, es decir, concreta. Como está en el contexto de lo que el periodismo se denomina en latinoamérica, la página roja, entonces por metonimia, cualquier lector de este tipo de crónica puede deducir que se trata de una mujer muy bella, la cual subyuga a los hombres y lo somete en los planos materiales, sean éstos económicos o eróticos. Como la utilización del verbo beber está al presente, modo indicativo, tiempo simple, permite otra lectura. Que es una dama de vida licenciosa que hace consumir a sus admiradores enormes cantidades de alcohol. Otras lecturas son posibles. En el contexto del artículo, cuando el lector ha leído el titular y pasa a informarse a lo cual aluden las letras de molde se encuentra de inmediato con una desconexión o disgresión de significantes, sigue al título dos subtítulos que presentan cierto encastramiento, debido a que están encerrados en la primera columna, estilo propio del poeta para trabajar el texto en el área del mensaje, pero sobre todo para brindar a la mirada un contraste en cuanto al tamaño de las letras y a su distribución en la página. Los dos subtítulos dicen:
No Hay Exitante Más Pode-
roso y Funesto que la Yer-
ba de los “Grifos”
__________
El Iniciado en el Culto de la Diosa Verde, se Perece por
las Tres Clásicas Bocanadas
del Humo Hediondo
__________ (125)
En la primera línea de su crónica la inicia dando porcentajes de los accidentes, a veces mortales, causados en las calles de la ciudad mexicana, por todo tipo de vehículo, incluyendo el tranvía. Sostiene que estos accidentes, la mayoría de los casos son mortales. Causados porque el fumador de la cannabis satiba pierde en ocasiones la proporción de la distancia, equivocándose en cuanto
al peligro. En otras, por su embotamiento no tiene en cuenta el peligro y perece. Luego se refiere al uso de la yerba perturbadora que en principio estaba reservada a cierto tipo de población como los prisioneros, soldados y marginados sociales, pero la costumbre había evolucionado hasta alcanzar las capas más altas de la pirámide social. Luego recurre a un pequeño titular de carácter literario en una columna y narrando algunos efectos:
CAMINO DE DIAMANTES EN EL
AZUL DE LA NOCHE
No hay excitante alguno, ni aun los más alcaloides, cuyos efectos sobre el sistema nervioso sean más variados, más numerosos y extraños y más funestos que los de la yerba de los «grifos».
Desde luego, es necesario notar que la marihuana suele proporcionar antes de que su acción reiterada cree un grave y doloroso estado patológico, una alteración de la sensibilidad que regocija a los principantes. (126)
El articulista narra, detalle a detalle, los distintos efectos que padecen los fumadores después de haber pasado un breve tiempo de las inhalaciones, se refiere a los riesgos y peligros para la salud a los cuales se enfrentan los iniciados. Luego viene un segundo título para aludir a los consumidores habituales:
EL MARTIRIO DE LAS SERPIEN-
TES
Pero los más antiguos fumadores de la yerba nociva sostienen que las visiones plácidas son raras, y que, después de usar varias veces del diabólico excitante, ya no se ve ni se oye nada especialmente grato; los sentidos han perdido su virginidad[…]
Y el marihuano, ríe, ríe, ríe …
Entretanto, el semblante ha adquirido una palidez cadavérica: los ojos se han empequeñecidos y están luminosos y rojizos; las manos tiemblan ligeramente, –y empieza a manifestarse el demonio interior de la víctima. […] (127)
Continuando en progresión pormenoriza con agudeza todo el cuadro sintomatológico que produce el trance de la adicción. Finalmente hay un titular entre columna cuyos significantes corresponden plenamente con el tema que se está tratando: “Consecuencias de la marihuana”. Hace un análisis propio de un médico especialista, utilizando un lenguaje conciso, muy lejos del que ha usado anteriormente. Las palabras utilizadas exhudan una precisión impecable, son términos áridos porque se enmarcan en lo conceptual, es un lenguaje de cifras. La ciencia campea entre puntos, comas y líneas. Es el dictamen de una fórmula médica y nada más. Para no hacernos extensos innecesariamente transcribimos unas líneas:
[…] Las reservas orgánicas se agotan; el sistema nervioso se desgasta rápidamente; la vista y el oído se atrofian el pulso se altera, porque se ha alterado el ritmo circulatorio: el corazón empieza a padecer arrítmia: la piel se vuelve amarilla y lustrosa: y, a la postre, el sistema disgestivo se relaja y aparecen las dispepsias, las atonías y otros padecimientos [...] (128)
En esta crónica se encuentra una parte del retrato de lo que fue en vida el Barba-Jacob profundo, ése que escapó hasta de sus mejores amigos, el que no ha sido visto por alguno de sus biógrafos, pero sobre todo el que no podemos comprender a través de sus escritos tomados aisladamente. La crónica fue encargada por el Ministerio de la Salud Pública de México como un mecanismo de divulgación en el marco de la prevención sanitaria, ella se debió a un hecho circunstacial después de una pregunta inocente que le hizo el escritor moralista Alfonso Junco. Curioso por saber los efectos de los alucinógenos en torno de la inspiración literaria y quien asegura haberle llevado a su lecho de enfermo un sacerdote, para que el alma descarriada del poeta se reconciliara con el Dios de él. Hijo de uno de los mejores amigos, que el poeta tuvo en la ciudad de Monterrey y quien en una conferencia hablando sobre la memoria de Barba-Jacob se expresó:
Nos congregamos esta noche, señoras y señores, para evocar aquel gran poeta y aquel hombre peregrino que se llamó Miguel Angel Osorio, luego Ricardo Arenales, finalmente Porfirio Barba-Jacob. Su evocación levanta en mi espíritu una parvada de recuerdos; alondras que aletean y suben mañeras de los surcos de la infancia.
Recién venido el colombiano a México, llegó a mi natal Monterrey, por 1908, cuando yo era un chico de doce años y él rondaba los veinticinco. Tarde a tarde visitaba mi casa –aquella casona patriarcal, abierta, alborozada, rumorosa–, y deleitándose en la armonía hogareña. El paladeaba el provinciano chocolate, nosotros la maravilla de su plática. […] (129)
Barba-Jacob que conocía la personalidad de Alfonso Junco, por divertirse le describió los efectos de la yerba a través del horror y la pesadilla. Quedó tan impresionado el oyente que no esperó a que el poeta terminara con su exposición. Días más tarde recibió la propuesta de la parte de Junco de escribir un artículo en beneficio de las buenas conductas sociales. Junco que era persona influyente había consultado y consideró pertinente acudir al Ministerio de Salud, que fue el que acogió la idea. Barba-Jacob todo lo que hizo fue vertir al papel la exposición hecha a Junto días atrás. En este contexto la crónica de “La dama de cabellos ardientes se bebe la vida de sus amantes”, es un producto donde lo lúdico da origen a la ficción. El poeta que siempre fue un conversador inigualable, tenía para cada ocasión una historia que se inventaba de acuerdo al oyente u oyentes, sabía el punto que debía golpear de manera precisa. Esto fue lo que sucedió en la crónica en alusión. Por otra parte es una ironía finamente trabajada destinada, no al grueso público que es el destinatario de la crónica, como en apariencia puede concluirse, sino que está dirigida a las élites de la sociedad mexicana. Y de manera paradógica contra el poder de la prensa y contra el poder del estado. Se necesita tener una audacia sin límites y un coraje a toda prueba para describir el último párrafo con el cual se cierra la crónica:
[…] La autoridad debe organizar una verdadera cruzada contra la planta infernal, porque su uso se está generalizando de alarmante manera. De lo contrario, llegará un día en que México, flote en el humo nefasto, y en que la Dama de Cabellos Ardientes presida, como trágica deidad, los cuarteles y las cárceles, las casas de los barrios humildes, los funerales de los muertos, el nacimiento de los niños y hasta los amores de la juventud aristocrática. (130)
A principios del siglo XX el consumo de la cannabis satiba era completamente desconocido en los amplios sectores de la población. En rigor sólo los intelectuales en un grado mínimo hacían uso de los alucinógenos. Igualmente un minúsculo grupo de la élite de la delincuencia era consumidor. Por ello la crónica no se sustenta en ningún sentido en la veracidad. Como lo hemos analizado y probado, es el resultado de la imaginación, la fantasía vertida a la palabra periodística, donde Barba-Jacob es primero poeta de la vida para luego ser poeta en el poema La dama de cabellos ardientes, que en sus versos cambia el color de sus cabellos y la dama cumple tareas diferentes. En el verso tercero ella es “una dama de ardiente cabellera”. En el verso cinco su cabello es distinto, “cabello –cauda sombría–”. En el verso cuarenta y ocho su pelo es de otro color, “la dama de cabellos encendidos”. En el setenta y cuatro la dama aparece ejerciendo plenas funciones, «más la dama, sortílaga a mi lado». En el verso ochenta aquí el pelo entra en movimiento, “iba su cabellera”. En los versos ciento veintiuno y ciento treinta y ocho hay una reiteración versal, en ellos se describen los efectos directos producidos por la presencia de la dama, “más la dama me ahondó tan blandamente”. En el ciento veintiséis hay una declaración de seducción “me envolvió en sus cabellos”. El poema ha sido cuidadosamente analizado desde la perspectiva de los contenidos poéticos en la primera parte, dedicada a su obra. En este numeral sólo nos interesa sacar a la superficie como lo hemos realizado, los nexos existentes entre la palabra periodística que corresponde al mundo profesional y la palabra poética que es material del verso.
Pensamiento
Para definir el pensamiento de una persona resulta indispensable establecer lineamientos generales y particulares, así, sean éstos en un sentido mínimo, para poder llegar a encontrar o descubrir lo esencial. En el caso de Barba-Jacob, por su condición de escritor, se presentan características ineludibles que corresponden por una parte, a su condición de individuo inmerso en un entorno social temporal, y, de la otra, su actividad en tanto que creador de valores estéticos. El abordaje de estas dos realidades permiten encontrar los materiales de los cuales se derivan los parámetros que caracterizan lo fundamental de su forma de pensar.
Barba-Jacob nace en el seno de una familia desgarrada por la tragedia de la inestabilidad conyugal, que en su infancia lo colocan ante codificaciones de los valores familiares distintas a las de los niños de situación corriente, donde la relación afectiva se establece con los padres biológicos. En sustitución de éstos, venturosamente para él llenaron el vacío, familiares que cumplieron de manera que podemos calificar de satisfactoria la relación afectiva. En cuanto al medio externo en su periodo infantil resulta corriente, inclusive puede valorarse de óptimo por lo apacible de la zona rural en ese momento. En lo que se refiere a su adolescencia y juventud se presenta un cambio abrupto en los valores de familia y en el medio exterior. No pudo establecer relaciones perdurables con su padres biológicos, y los factores exteriores de lo social le fueron adversos y en ocasiones hostiles.
Las tres situaciones señaladas le plantean al joven Barba-Jacob una realidad tremenda que afortunadamente él comprendió de inmediato y se dispuso a enfrentarla con una celeridad que podemos calificarla un poco prematura. Se hizo un hombre adulto siendo apenas un adolescente. En este contexto comprendió a cabalidad que sería un hombre solo, dueño de sí mismo y responsable de lo negativo y positivo en el hecho de existir. Sería él, y sólo él, la causa de sus alegrías e infortunios. Nos encontramos de cara al pensamiento que corresponde a los individuos que desde su adolescencia tienen que asumir de manera prematura la responsabilidad de ganarse la vida, sin estar preparados ni ser poseedores de herramientas que le permitan garantizar una correcta existencia, tanto en lo material como en lo intelectual. Al no ser poseedor de nada, todas las rutas son posibles en el camino de la vida. Barba-Jacob escogió la que a su juicio consideró acertada. La ruta de la aventura. Tenemos entonces que su pensamiento, en su condición de persona, es el que correponde en lo general a un individuo solitario y aventurero.
En lo que respecta a las valoraciones externas, aquéllas donde el individuo no determina, sino que es influenciado porque son realidades que deciden comportamientos, donde el individuo está obligado a asumir posiciones o a tomar parte en ellas, por fuera de su propia voluntad, como fue el caso de la Guerra llamada de los Mil Días en su país de origen, donde tomó parte en este acontecimiento bélico; le dejaron marcas indelebles que fueron una especie de tatuajes perennes para tomar decisiones o analizar situaciones. En la vida de los individuos se presentan sucesos que dejan improntas por que la persona no sale impoluta. Improntas que pueden ser negativas o positivas, o ambas a su vez. En el caso del poeta los acontecimientos de mayor relieve que dejaron registros como el mencionado y sus prematuros viajes, el encuentro con la civilización urbana, el descubrimiento de la vida intelectual y lo artístico, consideramos que fueron factores de aceramiento, tanto en su personalidad como en su manera de pensar. Nos referiremos únicamente a su pensamiento político porque sobre éste hay enfoques encontrados, donde todo es asunto de intereses de quienes opinan.
Pensamiento político
La política tomada en su plena significación, resulta ser un fenómeno contingente en todos los planos que se le analice. Por este fenómeno concluyente es difícil definir o caracterizar la política profesada por una persona, empezando porque el concepto aplicado singularmente, de entrada invalida cualquier análisis, en razón que la política no es estable sino cambiante, entonces lo apropiado es plantear etapas de concepciones y militancia políticas, aspecto que en este trabajo se presenta por fuera de tema. Sin embargo, la historia política del poeta es definible siguiendo los grandes trazos de los acontecimientos políticos nacionales o internacionales.
Al analizar el pensamiento político de Barba-Jacob en lo nacional o internacional, se hace indispensable clarificar hechos un tanto complejos porque de lo contrario se corre el riesgo de emitir un juicio o conclusión en una materia bastante delicada para la memoria del poeta. Su pensamiento político se encuentra en el centro de la madeja de su actividad profesional de periodista, donde escribía de manera permanente editoriales, artículos y crónicas políticas. Alguno de todos éstos en calidad de analista del suceder inmediato o mediato de la política nacional o internacional. La política exige del individuo una actitud concreta para que su pensamiento pueda realizarse. Acto que en la América de Barba-Jacob, en su forma directa podía realizar toda persona que hubiera alcanzado la edad para convertirse en ciudadano. Los ciudadanos de toda América, de norte a sur, tenían derecho al voto. Este acto simple no lo realizó Barba-Jacob jamás, en la única parte en la cual tenía derecho. En Colombia su patria de origen. Por la sencilla razón de que lograda la mayoría de edad, sólo retornó en brevísimos periodos y en México donde pasó la mayor parte de su vida y Centroamérica no tenía el derecho al voto, por extranjero. El poeta reconocía dos patrias, México y Colombia. En la primera era extranjero y en la segunda sólo vivió año y medio después de alcanzar la mayoría de edad.
No encontramos ningún documento que prueben que militó en partido político, en cualquiera de los países donde vivió, o hiciera proselitismo de manera específica o se hubiera adherido de manera activa o pasiva con grupo, movimiento o partido, salvo de manera brevísima, cuando tuvo una militancia de izquierda en Cuba, en la “Cueva Roja”. La actividad política que es inherente a cualquier ciudadano le fue indiferente al poeta. Cosa distinta son sus escritos periodísticos con contenidos políticos, en favor o en contra de las distintas administraciones que regían los países donde estuvo y de manera particular en México. En ese mismo sentido su pluma está presente en todas las coyunturas significativas de carácter internacional. En este campo Barba-Jacob fue un defensor de las ideas democráticas, de los derechos de los pueblos débiles, de las injusticias. Estuvo en contra de las violaciones del derecho internacional y a favor de la soberanía de los pueblos y de las naciones. En cuanto a los dictadores, particularmente los de América Latina fue un crítico mordaz y corrosivo. Juan Vicente Gómez, dictador de Venezuela fue uno de sus blancos permanentes. No dejó pasar ningún desafuero cometido por su gobierno, señalaremos solamente uno, el caso de los estudiantes:
La tiranía de Juan Vicente Gómez representa la última y más trágica manifestación del feudalismo en América, y es un ultraje a la conciencia de los hombres honrados, y a la evolución liberal […]
[…] Gómez enseña entonces su garra de tigre: urde una pantomina, se proclama Presidente de Venezuela, y empieza a tiranizar. Mata de un golpe la libertad de la prensa, impide las reuniones del pueblo, aprehende y encarcela a cuanto rehuyen la sumisión incondicional, destierra a los sospechosos, inaugura el régimen de prostitución de los intelectuales por medio de dádivas y amenazas, impone caciquillos en los Estados, asegura la impunidad de los asesinos, y reclama y toma para sí el privilegio de ordenar a su libre talento el dinero de la nación. Todos los poderes han muerto, y sobre sus ruinas erige los parapetos de la tiranía, tan tenebroso como su alma. […] (131)
En su escrito Barba-Jacob toca otros puntos sensibles de la dictadura de Gómez y reclama los derechos para el pueblo oprimido de Venezuela. En una serie de crónicas que escribió a pedido del periódico Elcélsior de México, sobre la amistad que le unía a Julio Antonio Mella, el poeta aprovecha para fustigar las conductas dictatoriales de Gerardo Machado y Morales, dictador de turno en la Isla de Cuba. En torno a Julio Antonio Mella escribe el poeta que lo conoció a mediados de 1925, su nombre tenía el valor de un símbolo de una bandera revolucionaria para la juventud, los estudiantes habaneros y para los obreros de toda la Isla. Da pormenores de la amistad con Mella y analiza la política de izquierda del momento, agregando que conoció a Rubén Martínez Villena, al poeta José Zacarías Tallet, da otros nombres y habla de lo que fue su efímera vinculación con el grupo político encabezado por Mella y habla de sus actividades en la famosa “Cueva Roja”, donde le correspondió la tarea de redactar los estatutos para la fundación de la universidad popular. Luego de enconados debates lo tildaron de menchevique, no tanto por la posición en defensa de los mencionados estatutos, sino por sus argumentos en las reuniones clandestinas en que participaba, para discutir las teorías marxistas que podrían aplicarse después del triunfo del movimiento revolucionario. Este pasaje es el único en la vida de Barba-Jacob donde él participó en una corriente ideológica y política. El poeta declaró muchas veces que sus sentimientos políticos profundos le pertenecían a la izquierda, pero su pluma se veía forzada a trabajar al servicio de la derecha. Retomando su posición frente a los dictadores, en su estadía en Cuba la refiere en contra de Machado así:
Al advenimiento de Machado al poder se inicia una persecusión sangrienta e implacable contra los elementos oposicionistas y señaladamente contra los adictos al comunismo. El director de un diario es acribillado a balazos al regresar a su domicilio, entre las sombras de la noche. Un líder ferrocarrilero que se dispone a penetrar en un cine con su esposa y su hijito, recibe una descarga que le deja exánime a mitad de la calle. Se dice que varios presos políticos aparecen ahorcados dentro de su celda, esto es, que “se les suicida, quieran o no lo quieran”. Numerosos obreros son reducidos a prisión a causa de sus ideas antigobiernistas. A los extranjeros desafectados se les expulsa por centenares. En fin, el ambiente reververea de tiranía.[…] (132)
En América todo el que fue considerado como dictador mereció la atención de la pluma de Barba-Jacob, por ello pagó un alto precio, le prohibieron el acceso a países donde anheló viajar para conocer sus geografías, habitantes y a sus escritores. Fue expulsado por orden de dictadores o Presidentes autoritarios en razón de su palabra escrita, justa o no, pero siempre crítica.
En el plano intercontinental el poeta nos sorprende con sus visiones políticas al analizar los acontecimientos de la Guerra Civil Española, cuyas simpatías personales siempre estuvieron del lado de los republicanos, pero no por esto dejó de ser objetivo. En uno de sus editoriales escritos para el Vespertino Ultimas Noticias, cuando apenas se iniciaba el conflicto bélico, en 1936, en el sur español, el poeta a través de sus análisis es premonitorio en cuanto a los acontecimientos que luego, tres años después se confirmarán en el decenlace de la Guerra Civil. En el citado editorial hace una reflexión aguda, si se tiene en cuenta que sus materiales de estudio son escasamente las informaciones un tanto distorcionadas que llegan por los teletipos a la sala de redacción del diario para el cual trabaja, es decir, que la información que posee, es en últimas, la que conoce todo el mundo. No obstante, visualiza los hechos que se avecinan relacionados con la Segunda Guerra Mundial, y que más tarde se confirmarán:
Se hace más inminente la inminencia: más negra la negrura: de las nubes que amenazan a Europa y al mundo. Y se comprende mejor que, una vez más, España pesa los destinos de la historia, vuelve a ser punto de convergencia de grandes corrientes del pensamiento y el sentimiento de los pueblos. Tras la guerra de hazañistas y rebeldes, hay, de seguro, un vasto plan ideado y desenvuelto en sus detalles teóricos para la realización de fines trascendentales.[…] España es el teatro donde se inició la contienda, donde tiene su primera fase. […]
[…] Blum no ha podido, en la práctica, dar validez alguna, ni siquiera aparente, a su nebuloso proyecto de absoluta neutralidad. El no es neutral, no puede serlo; no lo son sus ministros; no lo es su partido. Y acaso, en otra dirección, no lo es tampoco Francia, la mayoría de ese pueblo nunca desasistido por la cordura. Dilema de Blum: si es neutral, sino ayuda a los hombres del Frente Popular español, Azaña y su régimen caerá, y un régimen facista será establecido en España, […]
[…] Ahora bien, si Blum pretende arrojar en pro de Azaña el peso de sus simpatías radicales, trocado en elementos y aún en hombres de combate, la guerra con Italia y con Alemania es inevitable e inmediata.[…] (133)
El poeta desmenuza cada acontecimiento de la guerra, muchos desconocidos u olvidados hoy, inclusive en su tiempo considerados en un segundo plano dado el carácter de la conflagración mundial. Los pequeños países se vieron avocados a situaciones díficiles y muchos de esos gobiernos estuvieron en contra de sus propios pueblos, como lo hace notar el poeta en uno de sus editoriales, relacionados con Checoeslovaquia:
[…] Los factores que han hecho que Alemania retarde indefinidamente su temida ofensiva y que, por ese retardo, deje que se le frustren en gran parte las ventajas –acaso más aparentes que reales– obtenidas con la conquista de media Polonia, es la situación interior de los países que ella ha anexado a su carro. En Praga y en toda Checoeslovaquia es irreprimible el descontento de las masas contra la dominación germánica. Ha sido necesario decretar la ley marcial en la ciudad; han sido aprehendidas en todo el territorio más de cincuenta mil personas y –lo más grave de todo ello– muchos jóvenes estudiantes han sido ejecutados, bajo el grave cargo de que soliviantaban a las masas para oponerse a la dominación extranjera. El fusilamiento de estudiantes por el delito de querer una patria libre y autónoma, tiene siempre repercusiones sentimentales muy profundas y dolorosas. Esos jóvenes forman parte del martirologio nacional y sus nombres son venerados con respeto. Caen en la flor de la vida, llevados de un noble entusiasmo, y su ejemplo suscita nuevos y más frecuentes actos de voluntad de sacrificio en aras de un ideal sagrado.[…] (134)
La cita anterior resulta importante para comprender el pensamiento político profundo de Barba-Jacob. Ese pensamiento que se enraiza en los sentimientos humanos, el que nace del sentir del hombre, más no propiamente de la razón, fue el que a través de su vida manifestó el poeta defendiendo las causas justas. En el editorial hay un lamento que se suma al dolor de los jóvenes checos que han caído por defender los valores de una patria libre. Las líneas que escribe el poeta en favor de los patriotas checos, son la expresión también del sentimiento de una inmensa parte de los mexicanos que están contra la guerra, y que en últimas son antinazis y antifacistas, en razón de que también existían sectores muy significativos de la opinión nacional que expresaban abiertamente sus simpatías por Alemania y estaban a favor de la guerra.
En el plano donde los sentimientos más hondos del individuo se convierten en política, el poeta los tiene todos, incluido su corazón, al servicio de la causa política de América Latina. El era un latinoamericanista convencido, un optimista total del presente y del futuro de las naciones jóvenes que se presentaban creciendo ante la faz del mundo. Fustigó a los pesismistas y a todos aquéllos que no tenían anhelo en la Patria Grande. A este respecto escribió;
[…] El estrépito de las batallas y el negro hollín de las deslealtades políticas –coeficiente de la marea de sangre– nos han hecho pesimistas inactivos y por esa inactividad no osamos creer en la grandeza de la obra que está realizando América. Si a un ciudadano de México, del Ecuador, de Venezuela se le preguntase cuál es la fórmula que define nuestros aportes al movimiento del mundo, vendrían a responder, puesto que fuese un Juan Lanas: matarnos para robarnos, y puesto que fuese un intelectual como Francisco Bulnes: pasar de la dictadura a la anarquía y de la anarquía a la dictadura. […]
Sin embargo, en la proporción en que lo han permitido mil circunstancias contrapuestas, hemos sido colaboradores benéficos en la obra de la cultura. Entre coros de angustia y como a ímpetus de puño infantil tallamos en la piedra familiar la estatua que ha de representarnos en el templo de las grandes razas. Sin un pensamiento que unifique los arranques, fallida la cohesión, inseguro los derechos, el bienestar mezquino, nuestro virgíneo continente no ha interrumpido su tradición de gloria por falta de quienes lo perpetúen.[…] (135)
En otro espacio de su palabra escrita donde se halla plasmado su pensamiento, es en lo que corresponde a su obra poética, la cual tomada en su conjunto presenta un pensamiento íntimamente ligado, no al discernimiento reflexivo, producto del análisis lógico, sino donde hay un pensar que nace de los sentimientos y padecimientos humanos. El pensamiento hace parte de lo descarnado, lo angustiado, lo doloroso. La reflexión aparece como expresión de lo sentimental, donde lo espontáneo es conducta y el dolor palabra poética.
HAY TAMBIEN OH TIERRA UN DIA EN QUE NADIE NOS PUEDE RETENER. En México elevó las anclas para jamás volver
Todos nuestros esfuerzos por establecer con precisión fecha y medios utilizados en su última llegada a México resultaron estériles. Luego de su partida desde Colombia, se comprobó que estaba en septiembre de 1930 en La Habana donde le hicieron algunos retratos al óleo. En diciembre de 1930 se encontraba en Monterrey como puede verificarse en una carta que le enviara a su hijo:
Monterrey, Diciembre de 1930:
…Hoy, como regalo de Niño Dios, volví a tener la dicha de recibir carta suya: la que me escribió el 17 de este mes, centenario de la muerte del Libertador Bolívar. Me puse muy contento e hice muchas evocaciones…[…] (136)
A partir de esta fecha hasta el día de su muerte, su actividad en lo que concierne a actividades distintas de su obra poética, en lo fundamental lo hemos tratado en el espacio dedicado a su labor y presencia en México. Sobre su vida errabunda hay un aspecto que consignaremos de manera breve; se relaciona éste con su existencia transcurrida en hoteles.
La persona que habita en un hotel durante largos años adquiere hábitos distintos a la mayoría de la población. El habitante del hotel no tiene ningún contacto con toda la problemática que implica el vivir en casa o apartamento; en el hotel todo está resuelto por los empleados y la administración del negocio. El habitante del hotel, se exonera por su propia condición de inmiscuirse en todo ese complejo mundo de las múltiples diligencias y contactos que exigen los bienes materiales para satisfacer las necesidades permanentes de la cotidianidad. La única relación que el habitante del hotel tiene en torno de esta complejidad, es el de pasar por la caja cada mes para pagar los servicios. Obvio que los servicios prestados al usuario del hotel difieren de acuerdo a la calidad del establecimiento. Barba-Jacob los conoció todos. En lo dominante, vivió en pensiones de media y baja categoría por motivos económicos. El habitante de este tipo de establecimientos es marcado por la forma de vida que el hotel imprime a sus usuarios cuando su permanencia empieza a convertirse larga en términos de años. Sufre una desconexión entre lo social dominante del conjunto de la población, para establecer una sociabilidad que le es propia, la cual se realiza en torno del trabajo y del hotel. Durante toda su vida, raras fueron las ocasiones en que habitó en otros lugares distintos a hoteles, como fue el lapso en que estuvo brevemente en el célebre Palacio de la Nunciatura o el apartamento en Bogotá, donde vivió escasamente una semana y fue objeto de un robo. En el hotel conoció a sus mejores amigos y a sus peores enemigos, nos referiremos únicamente a los primeros. En el Martínez Housse, situado en la avenida Martí, en La Habana, se encontró por primera vez con Juan B. Jaramillo Meza. En un discurso pronunciado en el Tercer Congreso de Academias de la Lengua Española, Jaramillo Meza, en representación de Colombia relata el hecho en el cual hay un pasaje de importancia por sus consecuencias para la obra del poeta y también para la poesía. En uno de los apartes del discurso cuenta lo siguiente:
[…] Una tarde llegó Porfirio a mi hotel, en un estado de tremenda exhitación, con los ojos desorbitados, casi febril, y me dijo: –Estoy poseído por el demonio interior; bullen aquí, en mi cabeza, atropellándome por salir, imágenes e ideas soberanas; quiero escribir unos cantos que le darán gloria a mi nombre pero no puedo en mis circunstancias actuales. Necesito reposo espiritual, una profunda paz y no tener preocupaciones por el pan diario. Quiero encerrarme siquiera dos meses a escribir versos, en una pieza confortable, con buenos servicios, como esta habitación. Necesito un amigo que me proporcione, este descanso–.[…] (137)
Prosigue Jaramillo Meza diciendo que le pagó varios meses y que veía una vez por semana al poeta, quien le iba entregando sus escritos, entre los cuales figuran los poemas Sapiencia, La hora suprema, Lamentación de Emaín Jiménez, El cincuentón, Canción de la vida profunda, poema que tenía más estrofas del que se conoce actualmente, El triunfo de la vida, Elegía de septiembre, Soberbia, Un hombre, Canción innominada, La vieja canción, El despertar, Lamentación de octubre, Canción del tiempo y del espacio. Añade el conferencista que todos estos poemas los difundió profusamente.
Otros de sus buenos amigos, Heliodoro Valle, lo conoció viviendo en una pensión y cada vez que lo visitaba, en cualquier país, estaba en la casa de huéspedes. Valle habla mucho de esta experiencia, transcribimos breves apartes:
[…] Conocí a Porfirio Barba-Jacob el 10 de mayo de 1911, el mismo día en que me dedicó un ejemplar de su opúsculo Campaña florida. Estaba entonces en el esplendor de su ingenio, que irradiaba como un medio día al parecer sin término. Fue en la ciudad de México, en la pensión en que se hospedaba,[…]
[…] Era frecuente que escribiese hasta tres editoriales diarios para un mismo periódico. Le preocupaba que todos sus lectores le entendieran, y al revisar esas páginas se puede advertir su estilo, a veces áspero, corrosivo, pero siempre terso, compacto.[…]
[…] Volvía a encontrarle diez años después en esta ciudad de México, en que tanto sufrió y gozó. Aún defendía, como su tesoro inexhausto, su conversación. Tenía infinito anhelo de reposo. Estaba en franca penuria. Me recitó su Nocturno de Acapulco. Y me confió el proyecto de una revista que iba a llamarse Ambulacro.[…] (138)
Fueron varios los personajes de la política, el arte y la cultura, que lo conocieron en casa de huéspedes o fueron a ellas a visitarlo. Sólo transcribimos un breve párrafo, de Miguel Angel Asturias que lo conoció en un hotel, en Ciudad de Guatemala:
[…] No es la habitación de la alfombra roja y muebles tapizados de amarillo oro viejo. Es una casa de pensión. Hay patios. En el patio hay flores. El patio da a un amplio comedor con jaulas de pájaros, mujeres morenas de pelo negro que se mecen en sillas de balancín […] (139)
De todos los hoteles donde vivió Barba-Jacob, lugar especial ocupa uno, porque es el más importante para su memoria en su condición de hombre y de poeta. En él se hospedó gracias al odio de uno de sus enemigos gratuitos. En el año 1942, dirigía en la Ciudad de México, el hospital Huipulco, especial para enfermos tuberculosos, un médico de apellido Alarcón. El poeta luchó denodadamente para entrar en el sanatorio. En todas las ocasiones su solicitud le fue negada, la última fue contundente por lo tajante. Se le hacía saber que no podía ser admitido porque estaba por fuera de los reglamentos. Era mayor de cincuenta años y extranjero. El poeta leyó indiferente y se dispuso a buscar un nuevo hotel, pues en el que estaba viviendo lo presionaban para que se fuera por temor a las consecuencias de su enfermedad y también por razones económicas de perder clientela, no obstante, que el propietario había tomado medidas para que la enfermedad del huésped no fuera conocida por los demás inquilinos. Fue así como llegó al Hotel Sevilla, donde continuó escribiendo en la prensa para sobrevivir. En los tres últimos meses dejó de lado su trabajo periodístico y los dedicó por completo a darle los pulimentos finales a sus versos. En relación a los días que antecedieron a su muerte hay cantidad de versiones que coinciden en un punto. Todas presentan un afán en mostrarlo arrepentido como una oveja descarriada que vuelve al redil de la fe católica. Se mencionan nombres de sacerdotes que lo confesaron, distintos crucifijos por su tamaño y color que abrazó y besó en señal de arrepentimiento por su conducta disoluta de pecador empedernido.
Como las versiones son contradictorias las consideramos sospechosas. De nuestra parte nos atenemos al testimonio que da su hijo adoptivo, Rafael Barba-Jacob. No se refiere a asuntos religiosos en ningún sentido. El fue su única compañía en el momento en el que poeta murió y nos da la fecha y hora del deceso: 14 de enero de 1942, siendo las tres y diez minutos de la madrugada. Sostiene que Barba-Jacob vivió cincuenta y ocho años, cinco meses y diecisiete días.
REFERENCIAS
109) MORA NARANJO, Alfonso, “Mi maestro‚ ‘era una llama al viento’”, in Obras completas, op. cit., pp. 116-158.
110) JARAMILLO MEZA, Juan B, Vida de Porfirio Barba Jacob, op. cit., p. 93.
111) DELGADO OCAMPO, Rafael, “En compañía de las metáforas viajeras de Porfirio Barba Jacob”, Boletín La Hoja Literaria, N° 2, Managua: septiembre 1958, pp. 3-4.
112) Ibidem.
113) CUBEROS de VALENCIA, Beatriz, Porfirio Barba Jacob, op. cit., p. 17.
114) DELGADO OCAMPO Rafael, “En compañía de la metáforas viajeras de Porfirio Barba Jacob”, op. cit. p. 10.
115) Ibid., p. 8.
116) BARBA-JACOB, Porfirio, “Honrar honra”; in Revista del Centenario de Porfirio Barba- Jacob, N°2 Santa Rosa de Osos: mayo de 1983.
117) BARBA-JACOB, Porfirio, “Las Consecuencias de los Estudios Indostánicos.- La Glorificación de las Razas Mestizas”, México: El Demócrata, 25 de abril de 1921.
118) BARBA-JACOB, Porfirio, “El Imperio del Guirigay”; in Vespertino Ultimas Noticias, México: 18 de enero de 1937.
119) BARBA-JACOB Porfirio, “El Centenario de Isaac”, in Vespertino Ultimas Noticias, México: 4 de marzo de 1937.
120) BARBA-JACOB, Porfirio, “Zulema Moraima, la sibila de los ojos de misterio, nos describió la figura del crimina”», in El Demócrata, Sección Crónica Roja, México: 8 de junio de 1921.
121) BARBA-JACOB, Porfirio, “Makachadt príncipe hindú, ni es indio, ni es médico, ni es príncipe; nació en Barranquilla, Colombia, y no ha estudiado medicina –Hijo de un honrado voga del río Magdalena y de una campesina, no conoce a los Radhjás”, in El Demócrata, México: 26 de marzo de 1922.
122) BARBA-JACOB, Porfirio, “La Dama de los Cabellos Ardientes se Bebe la Vida de sus Amantes”, op. cit.
123) Ibidem.
124) Ibidem.
125) Ibidem.
126) JUNCO, Alfonso, “Una Llama al Viento”, in Obras completas de Porfirio Barba-Jacob; op. cit., p. 106.
127) BARBA-JACOB Porfirio, “La Dama de Cabellos Ardientes se Bebe la Vida de sus Amantes”, op. cit.
128) BARBA-JACOB, Porfirio, “La Tiranía en Venezuela – El atentado de Gómez contra los estudiantes–“, in El Demácrata, México: 25 de abril de 1921.
129) BARBA-JACOB, Porfirio, “Recuerdos Personales de Julio Antonio Mella”, in Elcélsior, México: 7 y 9 de noviembre de 1931.
130) BARBA-JACOB Porfirio, «Nubarrones», in Vespertino Ultimas Noticias, Editorial “Perifonemas”, México: 19 de agosto de 1936.
131) BARBA-JACOB Porfirio, “La Represión en Checoeslovaquia”, in Vespertino Ultimas Noticias, México: 20 de noviembre de 1939.
132) BARBA-JACOB, Porfirio, “Prólogo de Rosas Negras” in Obras completas, op. cit., p. 378.
133) BARBA JACOB, Porfirio, in Obras completas, op. cit., p. 400.
134) JARAMILLO MEZA, Juan B., “Porfirio Barba-Jacob’, Conferencia dictada en el Paraninfo de la Academia colombiana de la Lengua, el 3 de agosto de 1960, en el homenaje que en el Tercer Congreso de Academia de la Lengua Española, tributó a los grandes poetas colombianos.
135) VALLE, Rafael Heliodoro, “El mundo hechicero de Barba-Jacob”, in Obras Completas, op. cit., pp. 78-95.
136) ASTURIAS, Miguel Angel, “Porfirio Barba-Jacob”, in Obras Completas, op. cit., p. 61.
137) JARAMILLO MEZA, Juan B., “Porfirio Barba-Jacob’, Conferencia dictada en el Paraninfo de la Academia colombiana de la Lengua, el 3 de agosto de 1960, en el homenaje que en el Tercer Congreso de Academia de la Lengua Española, tributó a los grandes poetas colombianos.
138) VALLE, Rafael Heliodoro, “El mundo hechicero de Barba-Jacob”, in Obras Completas, op. cit., pp. 78-95.
139) ASTURIAS, Miguel Angel, “Porfirio Barba-Jacob”, in Obras Completas, op. cit., p. 61.