Poetas Roldanillo, Valle, suite2
La Unión, Valle del Cauca. Magister en Literaturas colombiana y latinoamericana. Docente de la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle, coordinadora del programa de licenciatura en Literatura en el municipio de Calcedonia, Valle. Ha publicado sus poemas en revistas nacionales e internacionales.
LOS CALLADOS
Patéticos
Los insultados del tedio
A los que ni siquiera el odio recibe entre sus filas
Como dioses cansados
Son omnímodos.
Los callados no se miran se escancian en los otros
Tienen las orejas envaradas de escucharse
Los callados sólo callan y muerden la férula en los
/labios
Se creen la cínica golondrina
Que inicia el invierno
Y se les cansa el trasero de estar de pie.
Los callados de dientes cansados
Bocas como cavernas donde
Circula el eco de palabras no natas
Los tendones ¡ay! se les oxidan
Y traquetean con el sonido de los viejos teatros.
Los callados no aman soportan
No entregan
Esperan recibir lo que otros dejan
La mejor parte del pastel
El corazón de la manzana envenenada
Se espantan de los muertos
Y se abanican el calor del cuerpo
Que les crece sobre el cadáver.
NULIDAD
Tanta sangre ahora
Y yo sin manos
Sacudido como una alfombra
Tendida en el hilo de los días
La felicidad
Árida y trágica
Trepa por mi esófago retorciéndose
Es planta advenediza
Que hinca sus radículas
En la piedra devastada
La noche tanta
Y yo sin manos
Para sacar este verdor
Que se empoza en mi garganta
Recital de la poeta y tallerista Marga López.
MARGA LOPEZ DIAZ
La Ceja, Antioquia. Maestra en Literatura, Historia del Arte e Historia de la música en diferentes establecimientos educativos. Tallerista de filosofía en la poesía. Importante poeta en las letras colombianas, con reconocimientos nacionales e internacionales. Periodista cultural con programas para diferentes emisoras universitarias de Antioquia.
PERSEFONE
Los niños encerrados
lejos de sus padres
en lugares hospitalarios
y extraños.
La niña boba
es aseada por la enfermera
mientras contempla
una ventana alta.
La madre en otra tierra
atraviesa la calle
para admirar una “gota de aceite”
en la tienda de las esmeraldas.
Justo al pasar la puerta
la recuerda.
Se le vienen sus ojos
que la han mirado
con la luz más penosa
de la ternura.
En la ausencia del abrazo...
de la dulzura del acunamiento,
la hija ha aprendido a sentirla,
a viajar por la fuerza del océano
para abrazarla a ella
como si la madre fuera a su vez
una hija perdida,
como si la madre fuera
la encerrada
en la otra vasta tierra
y ella desde su cuarto
habitará un vasto reino.
Cuando acerca la piedra a su pecho
y brilla en la cadena
el otro oro del verde,
la madre vuelve a verla en el espejo
le sonríe de lagrima
y la toca en el agua
separadas sólo
por una gota
de sueño.
La enfermera le peina
y le habla,
ella tartamudea
y se fija en los rincones del techo
donde viven las gracias invisibles
y el meritorio ser ahí
Sola
contenta de la hora
en la simplicidad de su aire,
contenta de su estar
en el obrar de su apaciguamiento.
En la pared
la noche inicia el juego del espejismo...
así la madre regresa
y las dos danzan
conmovidas
entre las sombras y el miedo.
Es la hija quien la peina,
le pone flores y ramitos
y la madre le oye el corazón
como si fuera una celesta
o una congoja
o un ruego.
Por la calle
en la otra tierra,
la madre luce el aura de la hija
como si llevara un collar
hecho con ráfagas de océano,
como si mayo fuera un lugar
y la apaciguara
el aire de la hija
encerrada de por vida
en las honduras ignoradas
de su pecho.
MONICA
Oye tumbar la puerta de la casa
a la una de la mañana.
Las paredes no se abren.
No hay zarzos en el techo.
No hay argollas secretas
en el suelo.
La casa es una tumba de miedo
paralizado y vivo.
Y retumba, pesada y liviana,
como un árbol herido en cada golpe.
Y ninguna pared se atraviesa.
Nada empareda.
Y ningún ángel guarda
y la tierra no se traga a nadie
y no entra un milagro por alguna ventana.
Entonces la hermana se estremece
al oírse llamada
como cuando a uno
se le sale el alma
y la muchacha se aturde
pasmada y lívida
y no sabe volverse invisible
no sabe responder
no alcanza a recordar
ese día de niña o de sol
o de confiar
o de comer mandarinas
o de entrar a la escuela
y mirar el tablero.
No acierta a escaparse
por un recuerdo.
Pero no es ella,
es la otra hermana.
Y Mónica tiene en los brazos al hijo
como para irse por él
y lo mira ya ida
sentada, vencida,
con su pavor de cierva espantada
en un rincón de la cama
y lo abraza por ultima vez
y lo desprende de su pecho
y lo encomienda a la madre
para que lo cuide bien
y sale
en ropa de dormir
y descalza
por la calle de siempre
y de nunca
baja
a la muerte.
La madre sabe que jamás volverá.
El pueblo duerme.
MARTA QUIÑÓNEZ
Apartadó, Antioquia. Sicóloga Social, Filóloga, estudiante de Traducción y Editora. Coordina proyectos sociales con varias comunidades de Medellín.
XXXVI
Vengo de Cómala
traigo en la piel toda la tierra
todo el tamo
y el mutismo inútil del camino
traigo fantasmas
que espantan la visión
vengo de Cómala
traigo el hambre
de todos los muertos
de todos los plantados
traigo el hambre
del exilio y del recelo
el silbido de los difuntos
me persigue
fui a Cómala
a buscar el rostro
del no olvido
traigo un eterno olor
a pan que se cocina en el campo
traigo de Cómala todas las ansias
parada en el cerro me sacudo
como un perro mojado
y Cómala se desprende
en costras de mi cuerpo
Cómala es el sueño que se desvanece
Cómala la espera
Cómala el plantón
Cómala
también es el amor
XIV
Del pan que se guarda
tengo hambre
tengo un hambre
que calcina las convulsiones
de la tierra
un hambre
que no me busca
que busco y nada sacia
no tengo sed
el desierto vive en mí
tengo hambre
en medio de una naturaleza muerta
desde unas cuencas vacías
el hambre me mira
tengo una ración de pan
embalada en saco de mostaza
nada guarda la potestad del hambre
sobre el huero
las cuencas irradian
sigo con hambre
y al pan nuestro
lo aprisiona un muro
NORBY CRUZ
Cali, Valle del Cauca. Artista Plástica quien asegura llegar a la pintura a través de la poesía.
Trasteando mi sombra
Cómo mutarse
Sin la magia sacra
que se extiende como pradera
en umbrosos campanarios.
Cómo sin la ofrenda desnuda
que se vierte
como cascada torrentosa
en la fisura oscilante
de este templo;
Cómo invento esta noche
si los grillos
no deletrearan en su canto
todo aquello
que se engendra en el día;
yo
seguiría petrificada
tras la cortina de incienso.
Tejedora de noches desnudas
Tejedora de noches
ya sin garganta
ya sin pupilas
ráfaga que quema
las plumas del viento.
Bandera serpentina
que a diario diseña cofres
con cenizas de olvido.
Sombras de fuego
vigilia
arrancarle la raíz al hueso
guerrero de vientre desnudo.
Tejedora de noches
ya sin tacto
ya sin olfato
sin cauce ni gemidos
ya sin gesto ni memorias
sin firma ni leyes
sin ninguna sinfonía.
Exhibición de algunos poemarios ganadores, publicados por Ediciones Embalaje del MuseoRayo.
YOLANDA DELGADO DE TENORIO
Restrepo, Valle del Cauca. Licenciada en Literatura. Premio Ediciones Embalaje del Museo Rayo, 2006. Actualmente pertenece al Taller El Palabreo y al colectivo literario Palabras Mayores, Cali.
HUBIERA SIDO TAN SIMPLE
Hubiera querido tener a mi lado mujeres
- No mi madre -
Que me contaran que la sangre habla
Y que hay un momento de la vida
En que nacemos y morimos
En el instante mismo.
Cuán maravilloso habría sido
Tener a mi lado mujeres
Que me enseñaran a ser mujer
Sin ni dudas, ni temores, ni culpas
Que estrangularan la cigüeña
Para enseñarme con sabiduría
Cómo se engendran los hijos
Y hablarme de esos días
En que me convertiría
En un río de sangre.
Que pronunciaran las palabras
Himen, menstruación, embarazo
Orgasmo, sin ruborizarse
Y que tan dulce como se dice virginidad
Hablaran de la cópula.
Mujeres que me invitaran
A palpar su vientre henchido
Y decirme que ahí palpitaba una vida
Mostrando sus senos redondos
Llenos de maternidad
Para saber que por los míos
Un día brotaría la vida.
Que me adiestraran
Para encontrar en los discursos del amor
Sus trampas
Perdonar sin poner la otra mejilla
Y así construir un mundo de equidad para todas
Habría sido tan simple
Como simple es la vida.
ESCONDIENDOME
En silencio
Como si hubiera cometido un crimen
Me escondo en la oscuridad
Debajo de las piedras
En tinieblas subo por la noche
A la copa más densa de los árboles
En jaulas de acero y bajo siete llaves duermo
Vivo en lugares insólitos
Uso caretas
Jamás me pongo el mismo traje.
Me escondo como delincuente
Y transito por los extramuros
Cada día trato de ser diferente
Para que la muerte no me encuentre
Cuando descubro mi corazón de piedra
Pienso que ya pasó
Y estoy disecada.
GLORIA MARÍA MEDINA JIMÉNEZ
Cali, Valle del Cauca. Abogada, Licenciada en Educación, especialista en Desarrollo Intelectual y en Gerencia para las Artes. Premio Ediciones Embalaje, Museo Rayo, 2003. Mención de honor concurso de la revista Videncia, Ciego de Ávila, Cuba 2002.
LAMENTO POR LOS CORTEROS
Babalú Ayé Orisha de las pestes y miserias,
por esta tierra que era mi casa y mi alimento,
con el zumbido del machete sobre las hojas
y esta mañana que se cubre de pelusas
sobre mi cara negra.
Te invoco, te llamo
con el tambor de mi garganta,
por los grandes fierros
que crecieron en los pies de mis ancestros
por sus miembros caídos a pedazos
sobre la tierra fértil
para que más tarde fueran los árboles
que crecieron al costado del camino.
Babalú Ayé Orisha, dios de la venganza,
no tengo ahora que ofrecerte
ni gallos, ni flores, ni granos de cosecha,
mis pies se deslizan sobre días
de mal amor y de desgracia,
no puedo cantar entre la miel,
el amo quiere borrar mi sombra
y cambiar mis brazos rítmicos
por el zumbido de un fantoche de metal,
la caña olvidará mis pasos verdes
y su interior de sol y agua dulce
se tornará en herrumbre.
Babalú Ayé Orisha de las pestes y miserias,
hasta dónde llegará nuestra desventaja
que peguen en el suelo tus rayos
para que sus mujeres y sus hijos incoloros
jamás vuelvan a sentir el almíbar
ni a escuchar la música de hojas
que interpreta el viento
entre las flautas de la caña…
CLAUDIA CECILIA TRUJILLO
Medellín, Antioquia. Directora de la Casa de Poesía Porfirio Barba Jacob en Medellín. Ganadora del XIV premio Ediciones Embalaje Museo Rayo. Cofundadora de las revistas de poesía Gerifalte, Susurros digital y Poética.
I
Me quede sin boca para nombrar
sin ojos
para no ver
sin oídos
para ignorar.
La casa no estaba fija, segura
ella flotaba sobre la tristeza.
Demasiadas ventanas abiertas a las sombras
viejos cuartos
donde el alma se esfuerza por quedarse
por comprender el tiempo que le corresponde.
Nada en su lugar
los muebles tristes
el escaparate que me encerró la noche
la ropa tendida en la memoria,
Tan solo el patio
por donde entraba el cielo
tan solo el corazón acordelado
el territorio pequeño de una estrella.
En esa casa
todo ausencia
infamia
ningún beso.
Cuando vuelvo a la estrella
al barrio azul rodando por los ojos
ya de regreso a los solares del sueño
encuentro la casa
encuentro mi nombre.
Tiempo de muñecas
caballo de madera
palabra primera
alero palpitante de tórtolas
veranera contra la cal del día,
casa que salva del cielo que hiere
cuando hiere
casa de escabullir el alma
por corredores con aroma de patio
por sus aldabas
que guardaban del mundo.
Sin darme cuenta, aun vivo allí.
ella me acosa
me hostiga
obsesiva de calles abiertas a la tarde.
Un peso oculto sobre el corazón,
solo la casa lo sabe
Piadosa
callada
cómplice.
Solo la casa del poema
guarda en su fuego
la casa que tiembla
adentro.
Como cuestan sus rincones oscuros
en la memoria
como iluminan sus muros
el dolor
¡ah!
Tantas ganas de ser feliz
una vez más.
Gestora cultural en Tunja, Boyacá, Ganadora del Premio Ediciones Embalaje Museo Rayo 1995. Gran parte de su trabajo poético tiene origen en la madre tierra y hace honor a sus ancestros indígenas.
Una hoja
Camina
En la noche...
Al lomo
De una hormiga.
La garza
Abanica el guadual
Y se despierta el viento.
Ayer sentí
La soledad
Del verbo.
Al pronunciar
Tus labios.
La palabra...
Nunca.
Pulsé la lira
Y despegué mis alas
Hacia un azul
De cósmicos misterios.
Donde duermen
Las águilas sagradas
Y habitan
Los dioses primigenios.
HABITANTE DEL AIRE
La ventaja
De vivir
En la buhardilla
Es:
Que uno se hace,
Confidente de la luna;
Casi amigo de los gatos
Vagabundos que merodean
Por los tejados;
Vecino de las golondrinas
Y es invitado
Especial
Al primer concierto
Musical de la mañana
Que ofrecen
Los pájaros sobrevivientes
De la tierra.
MARY GRUESO ROMERO
Guapi, Cauca. Licenciada en Español y Literatura, maestra y contadora de historias. Trabajadora incansable en el rescate de las tradiciones orales y de la cultura afrodescendiente.
SABOR A TI
Volví a estar en mí
como en los tiempos idos
cuando tu piel olía a marisco
y sabia a sol y sal, cuando yo enamorada
me bebía tu savia
y el mástil del velero
naufragaba en el mar.
ESBERTA PARMERA
Soy una negra de raza, y esberta palmera
el que quiere coge coco, que suba a mi carera.
mis pipas están tiernitas, pa’si las quiere probá
ero asujetese ruro, cuando empiece a meneá.
Me alimento de chontaruro,
canchimala y calama
tomo jugo’e naidi pa’poreme acompleta.
Así que si usted no aguanta, no se suba a mi parma
cuando se caliente mi cuerpo,
y me empiezo a remolinia.
Los cocos que no son jechos, al suelo van a para
por eso yo se lo rigo, y pa’si puere aguanta
que se ajuste ruro, cuando me empiece a menea.
Y si no tiene resistencia, no se suba a mi parma.
MARIA TERESA RAMÍREZ
Corinto, Cauca. Licenciada en Historia y Filosofía. Durante toda su vida fue docente, “huracana de la poesía”, habita el universo mágico de la literatura afrodescendiente. Su poesía se estudia en universidades de América Latina y de Estados Unidos. Recientemente publicó el libro de poesía Mabungú- Triunfo, poemas bilingües palenque –español.
Bangasunga
Un usukulu
¿i a ta masinga
bangasunga bo
abilante mi
bajalekera mi.
Asina jue
Bangasunga bo
Un usukulu
Suto.......
Rebodda
Suto a tan ablasa
Suto a tan ngungulia
Suto a tan bangasunga.
Un usukulu
I a ta masinga
Bangasunga bo
Un usukulu
Bajalekera... mi.
Kambambam- bambam-bamba
A i mbonge
To ma ria
Kambendokamben
Kambambam-bambam-bamba
Posa palenke
Posa nguini
Ma sopakasuela
Ma chungu-chunga
Delanga a gende sutu,
Delanga a gende sutu,
Ane ata sofoca
Ma chambelona
Ane ata anya
Ane ata kume kume
Gende mbelekete mi
Mbonga bereka
Gende mbelekete mi
Mbonga bila
Mebonga bereka
Gende mbelekete mi
Ane a ta kume
Ane a ta kume
Gende mbelekete ambe suto.
Kambambam- bambam-bamba
En casa del amo blanco
todos los días
tienen la barriga llena
muy llena.
Bambam bamba.
En los palenques
en la casa de los negros
en las casas pobres
en las ciénagas
nuestra gente languidece
nuestra gente enflaquece
ellos sofocan el aire
los machetes resuenan.
Ellos comen, comen,
haciendo malabares
beben la copa de la vida
fructifican
haciendo malabares
ellos comen, ellos comen,
acróbatas del hambre.
Numano yumara suto:
katio, cholo, Achagua,
huitoto, Maku, Ticuna
ma usuli ¡to! ¡to!
labandongo suto.
Pijao, Karibe , Muiscas,
kuepo Kolorao, Inka, Maya,
enu a tan toka atabal
ele atabal nkisi
i lo ke ta ki chitia, enu
ague yamara a ta amgayusa.
ma Kapuchichiri-manga,
angini Furatero
ane juetrelo:
yulungulu-saku tengue
leko, kanatule.
Ma Kapuchichiri-manga
ane juetrelo:
dianche, endoka, kiñumba.
Ague a tan toka suto,
atabal,
bila kailanga
to yumara, to niguini.
Ague ajuindo no, un!
suto a tan kanda
suto a tan sibiri
a tan buka kadumen suto.
Hermanos indígenas
Katios, cholos, achaguas,
huitotos, makues, tikunas,
valientes guerreros ¡todos!
hermanos y amigos.
Pijaos, karibes, muiscas,
pielrojas, incas, mayas
toquen de nuevo el tambor,
el tambor mágico unificador,
les hablo con el alma
hoy la mirada es fuerte,
doblegante, mágica.
Los extraños, forasteros
fueron ellos los que trajeron
separación, miseria,
llanto herido, hambre.
Los extraños fueron
demonios, corruptos, diabólicos.
Toquemos juntos el tambor ancestral,
llama a luchar unidos
por una vida digna, justa.
¡Todos! Indígenas, negros, pobres
huyendo nunca más,
cantemos juntos
trabajemos juntos
trabajemos unidos
dueños de nuestro propio destino.
AMPARO ZULETA
Manizales, Caldas. Poeta aficionada a la pintura, su obra escrita y recopilada se encuentra aún sin editar.
La vendimia
Me extravío, en un oleaje púrpura
vino y viento.
navego burbujas, me sumerjo...
En ósmosis perfecta
el líquido colma la copa
la sangre
En su embriaguez agita
el tonel del tiempo desborda.
ha llegado la hora
de la vendimia.
El color de la tristeza
La dama de negro
exhibe una tristeza que de lejos
quiebra el espejo
y llora y llora
y tendida de bruces y estremecida
del tallo a la hoja
cruza la frontera de entonces.
Emoción de savia en ascenso que se desborda
al punto de apagar la hoguera.
La dama de negro
a salvo del eco cotidiano del recuerdo
entra en la levedad de su camisón de seda
y cierra los ojos y vuela
y vuela.
ANDREA NARANJO MERINO
CaliI, Valle del Cauca. Profesora de español en James Madison University, Estados Unidos. Sus poemas han sido publicados en periódicos de Colombia y de México. Premio Nacional de Poesía Ediciones embalaje del Museo Rayo, Roldanillo-Valle.
MUJER LUZ
Defines
un camino desconocido
y un río
que se lleva el sueño
de la lumbre
junto al castaño.
Las almendras,
duras y prohibidas,
ciñen el deseo
de dos cuerpos ciegos,
tormento de un viaje
que aún no comienza.
DUERMEVELA
Duerme la luciérnaga
junto al cuerpo de la mujer
tendido en el espanto.
Acaricia sus alas
en la sombra de cada parpadeo,
en el musitar insomne,
en el grito de las doce
del tic-tac, tic-tac
que marca la vigilia.
Duerme la mujer
junto a la lumbre
de la luciérnaga
y la pesadilla
de no haber sido nunca
de nadie.
MUJER ROCA
¿Sentirás el olor de la papaya
en una puesta de sol?
¿Abrirás los ojos para llorar
y sentirte que vas en un bote a la deriva?
Te permitirás extender las alas y volar
sin que te importe el final del viaje?
¿Cuándo mujer roca
Cuándo?
Poetas Roldanillo, Valle, Suite3