Lecciones de UrbEnidad de Carolina Bustos Beltrán
Carolina Bustos Beltrán, poeta colombiana
Carolina Bustos
Carolina Bustos nació en Bogotá en 1979. Tiene una maestría en Estudios de América Latina de la Universidad de la Sorbonne Nouvelle, Paris 3, y es Máster Europeo en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Autónoma de Madrid. Se trasladó a París en el año 2003 y ha vivido en Oporto y Madrid. Ha participado en revistas de literatura a nivel nacional e internacional y ha sido galardonada en varias ocasiones: Mención del I Concurso de Relato Breve El Dios Tecnología, convocado por Fuentetaja literaria en 2013, por el relato Buenas noches, mi amor; en el XVIII Concurso de Cuento de la UAM 2009 su relato La Marea Alta (cuento con banda sonora) fue seleccionado para el volumen colectivo Entre líneas y otros cuentos. Tres elogios y otros poemas, publicado en Madrid por Ediciones Universidad Autónoma de Madrid, 2010. Ha sido seleccionada en el certamen Voces Nuevas - Selección XXIII convocado por la Editorial Torremozas en el año 2010. El gato Prieto -conversaciones en la ventana-; Poemario“del fin al inicio”; Lecciones de UrbEnidad; 9 poemas para Tomás y Serpenteando hacen parte de su obra poética.
Sueño Stereo 2014 es su primer libro de relatos. Actualmente en proceso de edición con Caza de Libros.
A continuación, Vericuetos tiene el gusto de presentarles un ramillete de su produccián poética !
PÁRAMO
A María Mercedes Carranza,
diez años después de su muerte
Cuerpo accidentado;
fracturado;
inmerso;
geografía extensa;
preguntas.
En el altiplano, tu mente
fría, ingrávida
como un frailejón mudo.
Tu cuerpo accidentado
sin articulaciones vivas
golpea los nervios.
Recuerdas niña
ese lugar mágico
detrás de los cerros
gélido como una medusa lunar
donde nos paseábamos desnudas
inmersas en una geografía densa
preguntas.
Pá ra mo (rir)
La neblina oscura circunda
se cuela por el alfeizar llevándose tus cabellos negros
La cuesta empinada, la de la Agonía, la del Palomar del Principe
o esa que ayer lleva tu nombre.
De esas calles tan tuyas como mías
de ese suelo con ruido de lluvia que acaricia las casas.
Bogotá extraña, brumosa y solitaria
Nos abandona hoy como a las hijas parias.
Pá ra mo (rir)
La voluntad de las sombras:
Piedra y cielo.
José Asunción y un hueco en el techo.
París, 11 de julio de 2013
Duelo
Teatros, tristes teatros, abandonados de esquina en esquina.
Frágiles son los recuerdos violetas de una puesta en escena en primavera,
columnas roídas por el paso sospechoso de la modernidad,
escombros de estructuras inútiles
creados para villanas ciudades.
Deambulo y gimo por el escenario devastado por el polvo.
Así voy pasando ingrávida
cada una de las tablas ya rotas.
El llanto perverso del fantasma del tiempo anuncia el silencio.
Todos callaremos,
abandonaremos los disfraces,
el maquillaje y el espejo del camerino
sin camuflajes ni retornos;
asistiremos desnudos a vuestros funerales.
¡Descansad en paz teatros del mundo!
El ciego
Ojos oscuros; rotos sin maquillaje
Van a tientas cenicientos
Perdidos pobrecillos guiados por el cianuro perfumado
Sin trastabillar calcula no darte en el morro.
Tiresias la ceguera no es patrimonio ridículo
Paséate y busca pronto al terco. Anúnciale la noticia
Y déjalo que se esconda en diagonal al destino.
Hybris sentirá, catarsis hará el humilde espectador
Vendrá el deus ex machina
Te extraerá de la escena
Te pondrás de nuevo el par de esferas
Darás un giro, cambiarás de ropa, polvorearás tu nariz
la luz del fondo anunciará tu entrada
y vendrás de la oscuridad
harás la venía, aplausos habrán, y luego
te largarás solo con la mirada pegada al suelo.
Preferirás el vértigo de las tinieblas.
MADRID
Madrid Dream
A JMO
Yo no he bebido lo que tú has bebido,
sólo me he embriagado con el fado de mi propia demencia.
No he consumido sensaciones verdes;
el ganster de Lavapies no las vende a niñas como yo.
Me arriesgue a inhalar mi propio vicio,
el de lanzarme en seco al vacío
acróbata, indiferente y sin triunfo en su vagar;
Madrid me abandona y hoy te pertenece.
Hay recuerdos dulces que se pegan a la piel,
Malasaña, Delicias, Maravillas y los días soleados por la calle Palencia
Yo no infringí ninguna regla, ni me adherí a un estilo,
mi pecado fue absorber el silencio de las caminatas por Chueca,
desconocer la vida nocturna, la diurna y crear otro Madrid,
vivir entre pobres héroes, putas, personajes, literatura, lecturas de Bibliometro.
Suficiente, tal vez fue, la nómada asegura sus alas.
Siento la línea 10 de norte a sur como una ráfaga de tiempo.
Estaba precipitada por tenerte, pertenecerte, intentar amarte
y al final del trayecto sentir que mi vida
Irremediablemente estaba en estado de coma.
Trasladarse en Renfe, descender en Atocha, saltar al Prado,
dar una sonrisa y a cambio de unos euros pretender vender cultura,
rutina aplastante y a veces divertida la de aquellos días…
Madrid, mi sueño, mis decepciones y tú en medio de la brisa.
Si todo saliera con agua y con jabón
así como se sanan y limpian las heridas
si todo se olvidará y el afecto se perfumara con lavanda
si en la mañana me levantara y viera el sol salir por la Sierra
sabría que todo fue un sueño
y que tú estás aún caliente
escondiéndote con una sonrisa entre las sábanas.
París Invierno de 2010
PARÍS
Evasión
Como mis uñas
devoro con hambre cada una de mis falanges.
Rasgo mi piel, como mis órganos
lamo con placer los restos de vida.
No soy más persona
mis huesos los roerán los perros.
Evado el lugar, el recuerdo, las trazas que traen mi nombre.
Evado la escena, el misterio, la ruina y la torpeza.
Evado el supuesto tiro que me di en el pecho.
Me evado porque que la cuestión es simple
en tierra de evasores, ¿por qué yo no he de partir en fuga?
Y si la evasión es sinónimo de libertad
¡Bienvenida sea!
Ahora que no soy nada
ahora que queda poco.
No vendrá el cartero a traer las malas nuevas,
los impuestos, las deudas, el último aviso del banco,
el crédito del televisor que nunca encendí,
las imágenes del coche que siempre soñé.
Nadie vendrá ha preguntar,
porque de hecho, ellos evadirán aquella responsabilidad
que es mi existencia
y se lavarán las manos
y harán manjares con lo poco que dejo.
Me evado porque la cuestión es simple
en tierra de evasores, ¿por qué yo no he de partir en fuga?
Y si la evasión es sinónimo de libertad
¡Bienvenida sea!
Quedando poco, no hay nada más por pensar
siento felicidad.
Después de chupar mi hígado
desaparezco.
París, invierno de 2010.