En una lágrima cabe toda la sombra del paraíso de Orlando Jimeno Grendi.
En una lágrima cabe toda la sombra del paraíso
La lágrima al caer sentía la vejez del mundo.
Vicente Huidobro.
Eres en mí con tan sólo el tacto antiguo del pacto nocturno,
Allí empieza la voz y el mar sacude su árbol frondoso de peces,
¿Oyes? La muerte entona su balada que sonríe en cada lágrima;
Eres más antigua que la miseria del mundo.
¿Dónde estás?
Los ojos abren sus puertas, el rocío se oculta en la luz del alba,
Te busco en los caminos de una mano amiga,
Voy por mi soledad inaccesible,
Yo soy yo y mi circunstancia;
Un sueño de alas y límites y todo gira en torno al milenio y todo cae derruido
Por el pensamiento horadado dado en la hora dada de la ola ahorcada.
Es así el cielo y el suelo emigran a otro sueño,
El fuego canta la balada de la estrella extraviada,
Un latido de extremos vagabundos detiene su caravana,
Los días se buscan en el mundo envejeciendo en tus ojos
¿Dónde estás?
¿Dentro de la última lágrima que rueda desde la montaña?
¿Dentro de la última piedra que agoniza en el cáliz de una flor ciega?
Tiempo de espera
Todo pasa
Todo pesa
Espera del Tiempo
Toda pausa pesa, pasa paso a paso por su peso
Toda esperanza desespera de su tiempo
Toda espera del tiempo nos pesa pese al paso del peso sin pausa
Es tu voz;
Viene por caminos cansados condenados a su propia distancia,
Viene por el río lento dentro de la sombra de una flor de luto,
Cantas cuentas contraatacas contra cantas contando descuentas,
Cantas, desencantas cuanto ríes y hablas y miras y mueres sin saberlo,
Nombras y numeras y te asombras del numen del presagio y del pronóstico;
Ángel que esgrimes enigmas en el argumento de tu voz.
Exilemos los números del cálculo de los ojos;
El mar no imita la eternidad, no adora el agio de los especuladores,
El mar no pacta con la factura nocturna de la canalla bursátil
El mar es el eterno retorno de los ojos,
El mar es el poema en pos de su propia voz,
El mar es el sino que vence la simetría inexorable de la tiniebla estadística.
Cantas y cuentas si el mar sale de tu casa cuando duermes con la luna
Cantas y a veces lloras si miras y ríes con la luz de la música
Sabes que ardes con la clave visionaria del vagabundo
¿Conoces el país de La Muervida?
Eso es todo
El tiempo se agranda por el camino que se aleja;
Nadie huye de sí mismo ni salta fuera de su sombra,
Somos la palabra que yace enterrada en el Inconciente
El mar abre sus puertas al navío fantasma que busca renacer en la isla
Seductora de la blasfemia redimida;
Adios, dices a la rosa unánime y al ángel intraducible
A Dios dices adiós, adiós a los días de un solo día
Nadie dice adiós a Dios
Adios dices a tí mismo.
Sé que te escondes detrás de mis ojos
Sé que hay una razón de esperar en la razón desesperada
¿Metafísico?
Sí, si logras asir la última mirada de una flor ciega.
¿Oyes la lágrima que se desnuda al borde de la Vía Láctea?
Con todo,
Los siglos sollozan junto a la novia que inaugura la tormenta
y a la tierra le duelen sus árboles pródigos de presagios.
Nada más
Venus putrefacta altera la temperatura de los sexos convulsos
Eduardo Anguita anguitologando blasfema Blas flama flava fémina filosofal
Logos y Mythos
Venus emerge del Pudridero en la voluntad y prefiguración del Paraíso;
luego hay esa voz anterior a la vida explorando la duda de la tiniebla,
pasando y pasando por el milenio que no cesa de pasar sin pesar en pos de la gota
Mínima en el festín sangriento del rocío.
Así es, el ángel intrépido intérprete se alejan por la mano abierta de una luna de luto;
Es mi doble repentino, irrumpe impune e impone el rapto de la novia pensativa
Sentada detrás del horizonte;
El ojo saluda a diestra y siniestra,
Su dominio es la evidencia, no la creencia, ésta lo es del poeta;
¿Dónde tu palabra?
Esta atraviesa el arroyo de luz de épocas centenarias,
Ella me mira,- “Soy Yo le digo”: espero el regreso de los signos y de la montaña sagrada;
Es el claro clamor que clama la clave del mar enclavado en el espacio de una mano humana.
Es para adivinar que el Zahorí ausculta tu mirada y morada ministrando su magisterio de mistura y misterio magnético.
Es tu sombra que sale de tu muerte alejándose por tu voz;
Hay en la tiniebla oculta un latido insistente saliendo por la boca de la luz,
Así llegarás a la eternidad seducida por el momento simultáneo;
Se sabe, la ciencia en su cristal y crisálida de cálculos claros no alcanza al milagro;
Sin embargo el mar es ese pensamiento que crece en la adolescencia de los sonidos,
¿Oyes respirar a los muertos en invierno?
Nada ni nadie está sujeto al conocimiento para siempre; las ideas son espectros lívidos
Esquemas abstractos del amargo meridiano de los cadáveres;
la verdad, si la hay, está en la simiente de la voz; ésta viene del fuego que navega muerte adentro y persiste en su destino y destierro,
Así se ilumina la incógnita de las esquinas adviniendo,
Presagio que asciende a la sed de la flor oculta
y nace en el agua de espejos contaminados.
Se sabe, Ella atraviesa ríos, ciudades ,épocas, lágrimas; sin sueño, sin dueño, sin daño
Germinando bajo las horas sin distancia..
¿Oyes? La tiniebla cae sobre un aquelarre de endriagos,
Ninfa del aromado tránsito
Sé que sales de las sombra de mi cuerpo
Sé que esperas, separas y superas el advenimiento del Ciudadano del Olvido:
Sin embargo su voz no envejece en mi garganta.
Así es y será; seguirás deseando
Aun después de muerto a la que amas
Seguirás recordando la pirámide nocturna del árbol sígnico
Seguirás rescatando el brío de la estrella insurrecta
Seguirás reivindicando la soledad desnuda en el ojo marítimo
Seguirás ministrando el mester matutino de silabario y profecía de teleonomía y balbuceo:
“Montañendo ororania Aroracía ululuciente Semperiva Ivariza Tarirá Campanudo Lalalí
Pasajero de tu destino; Yo soy es un agregado de fragmentos
No olvides La lágrima se desliza por los brazos de la noche,
El poema viene a comer en las líneas de tu mano
El mundo es actual, la belleza convulsa
La luna se desnuda en las arenas lentas de la muerte
Escribes perseguido por la última ola suspendida en el instante.
Es el caos que culmina en el colmo calmo de la creación en calma
Es el mar que sangra por sus cuatro costados
Así la poesía se abre en el fruto de la luna perdida en medio de una frase
Es la hora orando que pide a otra hora el pan de cada día
Es preciso rescatar la lágrima que sufre sola en medio del océano.
Tú esperas que el azar libere los hemisferios cautivos
Esperemos la insurrección general de las edades
Un día vendrás en la infancia de la palabra
Un día vendrás en el barco perdido en medio de tu mirada
Un día dirás: “ He ahí el mar por las costas de tus labios sonámbulos”
Un día serás el secreto astrológico que obedece a esa voz interna de lágrima
Y ciencia oculta
Sé que te esperas en mí; somos el misterio del azar en el espacio de la especie;
¿Oyes el rumor de tus arterias?
Es la música de los cabellos que le crecen al planeta en la tumba de una estrella
Es la razón intangible de una monja embalsamada en su castidad
Es el viajero vestido de rojo atravesando milenios disfrazado de sonido
Es el prodigio que tarda en venir.
Cantas y cuentas y cantando oyes el mar; sabes que la luna duda entre los sollozos de la novia y la arrogancia taciturna del seductor: Dios observa una prudente neutralidad.
El amor es un imperio desierto; son los ojos los que eligen la tiniebla del inevitable desencanto; la esperanza se nutre con los pingajos de la muerte.
Es el ansia de ser lo que somos, la vivencia evidente de nuestra finitud, viajero al fin de un sinfín de confines, al fin te liberas del signo, el sueño el sino de la sombra del paraíso,
Al fin sabes que empiezas a existir dentro de la lágrima de tu soledad inaccesible,
Al fin de los fines es otro fin en otro tiempo en otro espacio,
Es la hora ahora, al fin emerges desde la cripta de tu voz marina.
Estoy y no estoy donde soy; te esperas en la ausencia de mi retorno.
Hoy sé que soy el que soy que eres.
Dialogas conmigo, me veo en el espejo de tu mano hipnotizada.
Al fin creo ser el que Eres.
De cuando en vez tu voz abre el repertorio de tu mirada, oyes el ruido sutil de una llave oxidada en otro planeta. Oyes una ola diminuta que solloza en altamar.
Algo de cementerio marino, de nombre, de número, de numen anónimo
Algo de lluvia lateral llora en la llanura
Es preciso sí;
Que el caballo se separe de su sombra
Que el iceberg del último naufragio derive por los ojos náufragos
Mas adentro la luna predica en vano y se pudre en los reflejos de los espejos
Soy ese desconocido que amanece caminando por tu voz
Soy ese que te busca entre las páginas del mar;
Y algo de voluntad de ritmo de forma de lágrima y clamor,
Donde comienza el mar a la misma distancia de la muerte,
Condenado al ícono onírico de un rito nocturno.
Otros adoran sátrapas de violencia leprosa
Otros la mano perversa que acaricia el horizonte
Otros la única lágrima que rueda por el ruido rubio de una paloma.
No te muevas, sino se moverá el mar para que lo admiren.
Sea lo que sea que sea,
Siempre es demasiado tarde,
La rosa diurna duerme oculta en el relámpago,
Números anónimos buscan en su perfume un sitio más clemente
Para su brevedad hechizada.
¿Algo perdido?; la triste belleza de un sonido al amanecer.
Eros, monstruo delicado, emite estertores letales y ojos neblinosos
Humedecen orgasmos migratorios.
El coito es la parodia del crimen.
Es ahora;
ELLA se desnuda en la mano del instante ,
Una lágrima sonámbula se desliza y cambia de hemisferio,
El amor es el asombro de la muerte de estar viva.
La belleza es excesiva; veneno que nos duplica en un cuerpo que desaparece;
El infinito empieza en la península extrema del deseo.
Demiurgo, Demonio, Dominio.
Rocío de la glosa la gracia y la cifra;
Dejad los números a la intemperie de la virtud,
A mí dadme la cantidad sin casa,
Un cielo delincuente y un mar conspirando
A mí dadme esa voz sin circunstancias atenuantes;
Más vale la deriva del barco ebrio que agoniza según la ley de las alucinaciones
Que John Bull detrás de su mostrador y Jim Coca-cola y su calculadora;
Dos eunucos mentales vendiendo la circuncisión de Cristo.
¿El hombre moderno? Miserable pelele atacado de cordura precoz.
Toda la evolución del hombre estético atraviesa la historia humana del hombre-espejo,
Al hombre-Dios.
¿Oyes? “El poeta es un Dios: No cantes la lluvia,¡ haz llover!
Cantó el sapiente aymará
La imaginación es el aliento de una pantera, mezclado con vino de Creta y conservado
En un escriño
Alguien anda por mi cerebro y ha creído ver lo que Tú has visto;
La rosa unánime;
Ésta florece en el poema, no en el jardín su lugar natural;
La claridad y el argumento viene de otros ojos.
Poesía es la razón exasperada en el delirio controlado.
El mayor enemigo de la poesía no es el poema, ni el poeta,
Es lo poético “admitido”.
La verdad del arte empieza donde termina la verdad de la vida.
¿Artista? Aquel que arriesga su destino en su placer.
El poeta invenciona simulando en la serie continua de las permutaciones
La estructura severa del silogismo.
Crear las leyes de la verosimilitud implica crear un mundo que en sí
No tiene razón de existir,
Pero que al intentarlo, el intento deviene la necesidad de su existencia.
Creaciona
Crees y creas; contracuenta, contracanta contradice contraduce
Las leyes de la certeza.
El ojo sapiente sale de su casa simulando saber;
el ojo marinero baila tango con la estrella austral;
la brisa marinera pasa mirando a los amantes;
Nudo de números anudados en el nudo mudo de un mundo desnudo.
La mirada es más real que lo mirado.
La esperanza aumenta la matemática de la coincidencia;
La virtual verosimilitud veraz y voraz del ojo y sus axiomas.
ELLA entra en tu cerebro, tiene en sus ojos el sueño obsesivo de un paisaje imposible
ELLA mirándose mirar la mirada siempre casta de la muerte
ELLA meciéndose en la mirada siempre vasta de la vida
Ella siempre Ella.
Orlando Jimeno Grendi.
Escritor chileno
Version en francés : Une larme contient toute l’ombre du Paradis, poésie