Descubriendo una personalidad del mundo poético. Por Efer Arocha
Parque de Bucaramanga, Santander
El pasado 5 de julio a las cuatro de la tarde de 2013, en el parque Los Niños, concretamente en la plazoleta Pablo Zogoibi, de la ciudad de Bucaramanga en Colombia. Convocados por la revista literaria Bilingüe, español francés Vericuetos, el instituto municipal de cultura y turismo y Armonías Editores. Se hizo un acto para descubrir y exaltar a una personalidad de las letras Bumanguesas.
A pesar del mal tiempo por la lluvia y haber tenido que cambiar de lugar cuando estaba por iniciarse el programa, la asistencia fue nutrida. El auditorio del instituto se lleno completamente. Los 350 libros del poeta que se distribuyeron gratuitamente resultaron insuficientes, puesto que una tercera parte de los asistentes se fueron con las manos vacías.
La música fue excelente: violín de María Juliana Arenas, Piano de Edgar Fabian Diaz y grupo Xhikhamoxha Jazz Ban. La Voz de María Juliana Arenas causó una honda impresión.
Leyeron los poetas invitados para homenajear la memoria de Pablo Zogoibi: Fabio Alvarez Blanco, Jesús María Stapper, Javier Felix y José Ortega Moreno.
Entre la asistencia es de resaltar la familia del poeta, que una parte de ella vino desde Venezuela y también todos los integrantes de la tertulia Come Libros.
BREVES TRAZOS BIOGRÁFICOS
ZOGOIBI, fue contemporáneo de los poetas Leónidas Paeces, Ernesto Camargo Martínez, Sergio Lifar, Javier Carreño Harker, José Ortega Moreno…
En su poesía se siente cierta influencia de Pablo Neruda. Su obra que no es extensa, entre sus valores estéticos tiene un rasgo social de exquisita factura; su verso refleja una elaboración y depuración sistematizada. Sus textos presentan el rigor del acabado impecable. Los valores que contienen sus poemarios, hacen de este creador un paso obligado de la poesía santandereana.
Nació en Bucaramanga un 7 de Julio de 1909 en una familia numerosa formada por un Docente, Sebastián Antolinez y Ana de Jesús Rodríguez, los que tuvieron 10 hijos, entre los cuales se encuentra Luis Enrique que también fue poeta y publicó poemas en Venezuela.
Sus primeros versos los escribió en la provincia de García Rovira en el Municipio de Guaca. Según sus propias declaraciones que se conservan en grabación y que hoy posee su sobrina Mercedes Antolinez, nos cuenta que a los 10 años tuvo oportunidad de viajar a Bogotá y allí conoció a los poetas Luis Vidales y Rafael Maya, los que fueron sus principales consejeros a partir de entonces en materia poéticas.
Su vida está cargada de vicisitudes, empezando por su formación escolar que fue mínima; estudió solamente un año de escuela primaria, de ahí, que uno de sus grandes méritos, fue su autodidactismo; aprendió idiomas leyendo diccionarios y todo tipo de publicaciones, sin que conociera un profesor en ese campo; en el área alcanzó el nivel de poliglota, hablaba, leía y escribía Francés, Alemán, Inglés, Italiano y Ruso, y desde luego el Español.
Al finalizar sus creaciones incluimos la traducción al francés, que él hizo del poema “Canción de la Vida Profunda” del poeta Porfirio Barba Jacob.
Ejercía el periodismo con alguna regularidad, escribiendo para El Deber El Demócrata y Vanguardia... Como todo buen poeta su vida esta abultada de privaciones, entre sus anécdotas se encuentra una, la que afrontando una penuria extrema se vio forzado a buscar el sustento en otra parte; un amigo le consiguió un empleo en Bogotá y no teniendo como comprar el pasaje en Copetran se fue a pie, consumiendo un mes para llegar a la capital, como es obvio, su trabajo había desaparecido por la tardanza. Su nombre de pila era Sebastián Antolinez. Se casó con Aura Ramírez Navas y no tuvieron descendencia; sin embargo, adoptaron una niña que no hemospodido averiguar hasta ahora su nombre.
Murió en Bucaramanga en la noche del 12 de Agosto de 1995. Su mejor amigo, Fabio Álvarez Blanco, cuenta que tuvo que hacer una colecta para rescatar sus huesos del cementerio con su sobrina Mercedes Antolinez, para que no fueran a ser lanzados al osario común. Su osa la tuvo un tiempo en secreto en su Biblioteca hasta cuando en un día que estaban remodelando el parque de los niños, tuvo la feliz idea de solicitarle al Ingeniero que le permitiera depositar los restos del poeta debajo de una palma enfrente de la plazoleta que hoy lleva su nombre.
El seudónimo de Pablo, lo tomó de Neruda. Zogoibi del Título de una novela de Enrique Larreta. Sus poemas se encuentran desperdigados por entre las páginas de diversas publicaciones culturales y de izquierda. Juan Gualdrón cónsul voluntario de la antigua Unión Soviética, en vida comentaba que él le ponía una resma de papel oficio y al día siguiente la había convertido en versos. El consejo de Bucaramanga, en gesto sorprendente en el campo de la cultura por lo inhabitual, decidió conceder una irrisoria pensión de jubilación a un grupo de famélicos poetas: Sergio Lifar, Ernesto Camargo, Leonidas Paeces y a Pablo Zogoibi. Ayuda que le permitió existir a éste último hasta el fin de sus días.
Presentamos a continuación en la segunda parte del blog, una muestra poética de Pablo ZGOIBI :
Por Efer Arocha