Overblog
Editer l'article Suivre ce blog Administration + Créer mon blog

* CHEMIN SCABREUX

 "Le chemin est un peu scabreux

    quoiqu'il paraisse assez beau" 

                                        Voltaire 

VISITEURS

compteur html

Publié par VERICUETOS

Ha muerto el hijo del pueblo

                                                  Crónica

                                          Por Efer Arocha, Bucaramanga, 8 de marzo de 2013

 

  IMAGE0001

         

         Caminaba hoy 5 de marzo y  la tarde estaba ya bien madura, de un calor sofocante pero para mí delicioso, por la calle 34, de una ciudad que de pronto salió en estampida hacia el cielo, brotando arrumes de ladrillo por todas partes. De nombre bellísimo porque es incierto, debido a que nadie da razón y mucho menos explicación de su origen, ese fue el empiezo de Bucaramanga.  Venía del sector de las imprentas donde me están haciendo un libro de poesía. Pensaba en la tertulia traga libros y en su última lectura, cuando oí una voz masculina cansina que me dijo: se murió; me detuve instantáneamente. Quedé uno segundos turulato a causa de que no sabía de quien me hablaban, todo se aclaró unos segundos después cuando la voz  agregó; a los pobres se nos fue la esperanza. Lo miré de arriba abajo y lo encontré de edad avanzada, de camisa y pantalón agotados, su humanidad presentaba registros de avitaminosis y delgado como un piruli. Tenía en el andén una caja de cartón y encima una cajita del mismo material conteniendo cigarrillos de diferentes marcas. Miraba desconfiado en todas las direcciones en prevención de la policía que los perseguía, a causa de que el alcalde había decidido recuperar el espacio público. Mientras tanto yo me apesadumbraba porque al hijo del pueblo le había tocado el peor desenlace. Por instinto incondicionado del que hablara Ivan Paulov, le pedí un cigarrillo kool, el que fumaba en tiempos de adolescente para superar el susto o la pena, puesto que ahora no lo hago. Cuatrocientos pesos me dijo. Pague y continué subiendo atento a todo lo que escuchaba.

           A escasos pasos se encontraba un montoncito de tres que desmentían la información emocionalmente. “eso son mentiras de los ricos para joder al pobre. El es un duro, que va a estirar la pata, es un vacan.” Cruce la calle a la altura de la carrera 16 y dos mujeres que tenían colgado al cuello como si se tratara de un escapulario avisos anunciando la venta de minutos mediante teléfonos de bolsillo; la una le contaba a la otra que tenía una hija en Venezuela, que antes ella enfrentaba una vida dura de indocumentada. Cuando llegó a la presidencia el hijo del pueblo, le había dado papeles, luego nacionalidad, y como se había casado con un venezolano de verdad, serio y trabajador, tenía varios hijos con él. Ahora disfrutaba casa amoblada dada por hijo del pueblo. A la altura de la conversión se me hizo de sumo interés y en disimulo me convertí en un autentico policía secreto mirando una vitrina en disimulo. Luego apareció una tercera mujer  que se sumo al dialogo. Dijo conocer el país limítrofe en todo lo hondo por haber vivido allá y tener raíces de familia en varios grados de consanguinidad. Sostuvo que en Venezuela habían dos cosas excelentes y que no eran mentiras porque  lo podía  demostrar. La salud es gratuita para todo el Mundo y no como en búcara que es horrible donde no atendían a nadie y lo único que recetan  son pastillitas inocuas porque no matan ni curan. Lo otro es la educación sostenía con énfasis. Narraba sobre sus tres hijos, dos mujeres y un hombre anotó. La mayor, Susana aprovechando los planes del gobierno, reanudó sus estudios de bachillerato y luego comenzó abogacía, ahora era doctora ejerciendo de juez en Barquisimeto. Su hijo del que no menciono nombre, hizo también estudios sin detallarlos, de inmediato encontró trabajo en la guardia nacional recalcaba. Resaltaba con orgullo que no había pagado un solo centavo por el estudio de sus hijos, nada, nada insistía. Subrayando  en tono de sorna dijo: “vayan y metan un hijo al colegio de la presentación o a la universidad. Los dos los bolsiquean, pero en la san toto le saca la lengua.” En cuita cambiaron de tema.

            Seguí subiendo y oyendo frases sueltas que me sorprendían por los conocimientos de los distintos labiantes. Según los decires, supe que su entrada a la academia militar había sido un error porque lo único que deseaba era ser un bateador de beisbol. Otros reían jocosos recordando cuando cantaba rancheras y otros sones para burlarse de sus adversarios. En una heladería hice pausa para tomar un jugo de frutas. Estaba atestada y las conversaciones giran sobre el acontecimiento del momento usando un lenguaje más depurado y mayor agudeza. Dos hombres de aspecto intelectual que atrajeron mi atención estaban sentados en torno de una mesa consumiendo zumos, el uno le decía al otro. “Fue un espécimen raro que supo utilizar todo el bagaje popular del pueblo venezolano y latinoamericano; detrás de la máscara de lo cantinflesco, se ocultaba el político más audaz de la historia moderna de América Latina. A él le importaba un sieso que la élite que no pone votos lo calificara de ridículo o populista. Un estilo de golpe contundente que derivaba protocolos  y  babosería diplomática era su método para acabar con sus adversarios feroces; y sino recuerde lo del presidente gringo, Georges W Bush hijo. Un hombre de calzones bien puestos” El segundo tomando la palabra acotó.  “fue un obsesionado por la unidad del continente y también por la justicia social. En el plano internacional no dio brazo a torcer en todas las áreas, cambió el mapa del precio del petróleo. Se hizo firme defensor de los árabes en su lucha contra Israel. En la capital del Líbano observé un retrato gigantesco al lado de un jefe religioso, cosa parecida vi cuando viaje por el Medio Oriente luego de romper relaciones con los judíos. Fustigó agriamente a la OTAN por la invasión a Libia, era un líder de talla mundial. A todos les paró el macho”  luego partí porque se me hacía tarde sintiéndome en una calle de Caracas, sólo cuando atravesé la avenida 27 descubrí que seguía en Colombia.

            El seis no salí  ni pude ver noticias por ocupaciones, fue un día en blanco. El siete mire televisión y multitudes apoteósicas lo honraban y despedían formando un océano humano de millones. Una turbamulta colosal para un país de la magnitud poblacional de Venezuela. Delegaciones de presidentes, primeros ministros y personalidades de todo género en un enjambre de aviones saturaron el aeropuerto de Caracas, mientras que dos colas cada una de siete kilómetros paciente aguardaba bajo un sol canicular para despedirlo por última vez. Unos lo saludaban militarmente, otros se santiguaban, mujeres de todas las edades les enviaban besos, otros lloraban, había quienes lo saludan con el puño en alto. Los impedidos en sillas de ruedas los levantaban para que lo vieran, y gestos espontáneos entre un rojo vivo en remplazo del negro inexistente, refleja una febrilidad en el acto.

            El ocho presencie por televisión su entierro de estado que es un registro de la estatura internacional del que yacía inanimado. Cuando hay mucho para decir, lo mejor es no decir nada. Apenas algo que es  inaprehensible y flotaba en la atmosfera, en medio de un pesar conmovedor se abría paso una fuerza en dirección del futuro cargando los aciertos del finado. Entre su lucidez brillaba la unidad de lo diverso en la construcción de la unidad latinoamericana, Piñera y Santos están ahí para confirmarlo. El optimismo desmesurado en compas con la tenacidad en la construcción de un mundo mejor también brillaba. Y de esa manera todo el soñar social.

            Cuando se es hijo del pueblo por su proceder, sus actos. Resulta normal, que se generen odios hasta lo enfermizo por parte de sus enemigos. Porque no se puede ser líder, gigante y grande, sin tener detractores. A mayores odios, mayores aciertos en bien de la sociedad. Una paradoja de la política. El presidente luchó porque todos los colombianos lográramos la paz, uno de sus anhelos. No hay duda que es una certeza sensible. La mejor manera de despedirlo es alcanzarla cuanto antes dicho propósito.

            Salí para hacer un mandado en la tienda de la esquina. La tendera me dijo: “el comandante es hijo también de éste pueblo, mostrándome la gente que pasaba en un ir y venir por la calle”.

            Su fosa  está más allá del pueblo venezolano. Su tumba se encuentra en el corazón de los pobres del mundo. 

          


Pour être informé des derniers articles, inscrivez vous :
Commenter cet article
E
pito
Répondre