Colombia es la invitada por Les Belles Étrangères
Colombia es la invitada por Les Belles Étrangères
Por Efer Arocha
Marianne
Las Bellas Extranjeras es un evento realizado mediante una invitación anual, que a partir de 2001 hace Francia en el mes de noviembre cada año, a las Letras de un país determinado. Para cumplir este propósito invita a un grupo de sus escritores, los que en la actualidad cuantitativamente son doce. Ellos recorren el territorio continental del país cumpliendo programas de encuentro con los lectores a través de bibliotecas, librerías y otros centros de interés para la lectura. El último invitado fue Estados Unidos en el 2009, que estuvo representado por los siguientes escritores: Charles d’Ambrosio, Percival Everett, Forrest Sander, Andrew Sean Green, John Haskell, Matt Maden, Jack O’Connell, Eleni Sikelianos, Hannah Tinli, Yuri Slezkine, Richard White y Colson Whitehead.
Sin embargo, antes de 2001 se llevaron a efecto muchos de estos eventos.
En 1987, Brasil fue uno de los invitados; pero además, el acontecimiento se realizaba varias veces en un lapso anual. A continuación detallamos los países participantes en las distintas ediciones:
Brasil, marzo 1987; RDA, junio 1987; Dinamarca, noviembre 1987; Argentina; febrero 1988; España, abril 1988; China, mayo 1988; Portugal, noviembre 1988; Finlandia, febrero 1989; Hungría, junio 1989; Irlanda, noviembre 1989; Grecia, enero 1990; Australia, mayo 1990; Polonia, noviembre 1990; México, marzo 1991; Austria, mayo 1991; Noruega, noviembre 1991; Chile, abril 1992; Países Bálticos, noviembre 1992; África del Sur, enero 1993; Turquía, mayo 1993; Países Bajos, noviembre 1993; Israel, abril 1994; Egipto, diciembre 1994; Suecia, abril 1995; Corea del Sur, diciembre 1995; Canadá, mayo 1996; Palestina, mayo 1997; América Central, noviembre 1997; Albania, mayo 1998; Bélgica, mayo 1999; República Checa, noviembre 1999; Bulgaria, mayo 2001; Suiza, noviembre 2001; India, noviembre 2002; Argelia, noviembre 2003; Rusia, noviembre 2004; Rumania, noviembre 2005; Nueva Zelanda, noviembre 2006; Líbano, noviembre 2007; 20 años, noviembre 2008 (edición aniversario de Las Bellas Extranjeras); Estados Unidos de América, noviembre 2009; Colombia, noviembre 2010.
La idea de Bellas Letras no es nueva, ésta se remonta a 1630 cuando se hace una clasificación del texto escrito utilizando criterios que avalan la calidad. Desde entonces hay una clara separación en lo que se consideró como la escritura ordinaria en relación a otra que adquirió el blasón con la denominación de lo literario. Esta última idea tuvo unas bases muy firmes cuajando en una institución que hasta hoy perdura con otros objetivos y también con otra respetabilidad, conocida como la Academia de Francia. En lo que respecta a su institucionalidad, su nacimiento tuvo lugar en 1663 con el nombre de Académie des inscriptions et belles-lettres, obra pública que debe su existencia al famoso Jean-Baptiste Colbert, célebre por su política económica intervensionista creando el comercio y la industria de propiedad estatal, en su condición de Controlador General de las finanzas públicas, bajo el mandato de Louis XIV. Con el triunfo de la revolución, la institución real fue disuelta por decreto del 27 de noviembre de 1792 y refundada con un nombre distinto.
El objetivo básico del festival literario se encuentra en el interés editorial, un recurso que amplía la oferta en el mercado del libro presentando al posible lector una alternativa distinta del texto nacional en tal variedad para satisfacer distintos gustos, sea por el descubrimiento o por afición a la literatura visitante, o preferencia por alguno de estos escritores. Hay que tener en cuenta que el lector francés tiene predilección especial por la literatura foránea.
Un segundo efecto emanado del encuentro entre escritor y lector, en esa acción del conocerse recíprocamente, en aquello que es escritura y lector, se sucede el fenómeno cultural en la base de la sociedad francesa, donde lo multi-literario superando la atracción que por esencia tiene la alteridad, se convierte en un vaso comunicante de intercambio y asimilación de valores escriturales que hacen que el lector francés se coloque en punta en el conocimiento real de la literatura universal. No por que la haya asimilado en los centros educativos, sino porque está inmersa entre los placeres del buen vivir. Aquí podríamos traer un refrán o aforismo popular: “dime qué lees y te diré quien eres”, y como es obvio, un lector que va más allá de la literatura vernácula, tiene más amplios horizontes en lo que nosotros llamamos en Latinoamérica la otredad. Viene al caso incluir las palabras de inauguración pronunciadas por el presidente del Centro Nacional del Libro, señor Jean Gattegno, con motivo de la iniciación del festival de Las Bellas Extranjeras en 1987. A continuación del texto en francés, seguida está la traducción al español.
Les Belles Etrangères
En fait de littératures étrangères, nous ne connaissons guère, en France, que quelques mastodontes, dont le poids tient peut-être - est-ce sacrilège de le suggérer ? - plus à l’importance politico-économique des pays qui les a produites qu’à leur valeur intrinsèque.
Par chance, il arrive que les « miracles », économiques ou politiques, qui bouleversent l’histoire d’une nation aient pour contre coup l’apparition chez nous d’une mode qui rétablit, pour un temps, l’équilibre. Ainsi, du Japon, dont la littérature est aujourd’hui assez bien représentée, dans sa diversité sinon dans son extension.
Mais en dépit des efforts - et du courage - de certains éditeurs, le public français dans son ensemble reste peu curieux des œuvres littéraires venues d’ailleurs. Une vraie politique culturelle n’a de sens que si elle tente non pas d’aller dans le sens du courant, mais, l’utilisant parfois, de faire accéder à des rives moins fréquentées.
C’est l’ambition du Centre national des lettres et de la Direction du livre et de la lecture que de jouer cette carte-là. « Les Belles Etrangères » que nous voulons faire découvrir, ce sont ces littératures qu’il est inadmissible de dire « mineures » alors que tout simplement ceux qui les aiment n’ont pas encore réussi à nous les faire connaître.
Traducteurs, éditeurs, spécialistes, universitaires ou non, ont à cet égard, un rôle éminent à jouer, en liaison, chaque fois qu’il est possible, avec les services culturels des pays concernés, les bibliothécaires, les journalistes, les libraires.
La rue de Verneuil est là pour leur permettre de réunir leurs efforts. Nous vous invitons donc, cette année, à ouvrir avec nous les livres de ces pays parfois très proches, parfois lointains, qui nous connaissent bien et que, pour notre confusion, nous ignorons encore trop.
La carte géographique que nous dessinons cette année n’a pas de prétention particulière, sinon de nous mettre, durablement, l’eau à la bouche.
Jean GATTEGNO (1987). Directeur du livre et de la lecture. Président du Centre national du livre.
Las Bellas Extranjeras :
En efecto, de literaturas extranjeras, en Francia apenas conocemos algunos mastodontes, cuyo peso valora posiblemente - ¿ así sea un sacrilegio sugerirlo?- más a la importancia político-económica de los países que los produjo que a su valor intrínseco.
Por suerte, sucede que los « milagros » económicos o políticos, que revolucionan la historia de una nación tiene como contra golpe la aparición en nuestra casa, de una moda que restablece por un tiempo el equilibrio. Así, Japón cuya literatura es bastante bien representada en su diversidad más no así en su extensión.
Pero a pesar de los esfuerzos - y del coraje - de ciertos editores, el público francés en su conjunto es poco curioso de obras literarias venidas del extranjero. Una verdadera política cultural sólo tiene lógica si intenta no ir en el sentido de la corriente, sino, buscando a veces acceder a orillas menos concurridas.
Es la ambición del Centro nacional de letras y de la Dirección del libro y de la lectura, la de jugar esta carta. "Las Bellas Extranjeras" que queremos hacer descubrir, son las literaturas que es inadmisible llamar "menores" mientras que simplemente aquellos que les gustan no han logrado hacérnoslas descubrir a nosotros.
Traductores, editores, especialistas, catedráticos de universidad o no, tienen a este respecto un papel eminente que hay que jugar, en enlace, cada vez que es posible, con los servicios culturales de los países interesados, los bibliotecarios, los periodistas, los libreros.
La calle de Verneuil está allí para permitirles reunir sus esfuerzos. Le invitamos pues, este año, a abrir con nosotros los libros de esos países a veces muy próximos, a veces lejanos, que nos conocen bien y que para nuestra confusión, los ignoramos todavía demasiado.
El mapa geográfico que dibujamos este año no tiene pretensión particular, sino aquélla de ponernos durablemente el agua en la boca.
Jean GATTEGNO (1987). Director del libro y de la lectura. Presidente del Centro nacional del libro.
Literatura colombiana
Ella empieza su recorrido histórico desde el momento en que los aborígenes lograron sedentarizarse, varios miles de años antes de la presencia europea en el continente. Básicamente esa época la marca y se sustenta en la oralidad, puesto que las culturas precolombinas eran ágrafas en el sentido general de valoración del texto escrito. La colonia presenta una ruptura en el plano de lo ficcional por la presencia de la grafía en la lengua foránea, en este lapso el primer rasgo literario se encuentra en lo epistolar y en la escritura oficial concerniente a lo administrativo.
El primer texto en el sentido que hoy entendemos lo literario, fue redactado en el siglo XVII, y hoy es conocido bajo el título El Desierto Prodigioso y el Prodigio del Desierto, editado por el Instituto Caro y Cuervo en Bogotá, siendo hasta hoy la única edición. Su autor, El Bachiller Solís, mejor conocido como Don Pedro de Solís y Valenzuela; luego sobresaldrá más tarde El Carnero de Rodríguez Freile. Con la república se inicia un arrume ficcional y poético, de tal proporción, que en la actualidad no es exagerado hablar de montañas de libros; precisamente la revista Vericuetos y la Universidad del Valle hicieron una compilación de escritores y poetas cuyos textos hicieron alusión en algún sentido a la ciudad de Cali. Se publicaron 76 autores entre poetas y escritores, y algunos quedaron por fuera por diversos motivos. Entre los siglos XVIII y XIX hay un hacer literario intenso que culmina con una figura cimera, se trata del vallecaucano, Jorge Isaac que vivió en el siglo XIX produciendo María, considerada actualmente la primera novela romántica de América Latina. A principios del siglo XX cabe destacar La Vorágine de José Eustasio Rivera, como la obra más sobresaliente de ese periodo. Luego viene la obra cumbre de la literatura colombiana, verdadera máquina de la narración de la lengua española, escrita por García Márquez.
En la actualidad la escritura colombiana presenta un cuadro pujante de connotadas plumas, muchas de ellas aún no conocidas en el exterior por no pertenecer al establecimiento o por otras miserias humanas frustradoras del creador silencioso y ajeno a los lobbys locales o internacionales. Hay una prolijidad que se puede hablar de escritores regionales, mencionaremos algunos. En la costa atlántica: Ramón Illán Bacca, Roberto Burgos Cantor, Pedro Badrán, Oscar Collazos, Fanny Buitrago…, en Antioquia: Darío Ruiz Gómez, Darío Jaramillo Agudelo…, Bogotá: Roberto Rubiano Vargas, Luis Fayad, Eugenia Sánchez Nieto, Juan Carlos Moyano, Gonzalo Márquez Cristo, Milcíades Arévalo…, Manizales: Octavio Escobar Giraldo…, Tolima: Manuel Giraldo Magil…, Buenaventura: Sonia Truque Vélez…, Cali: Fernando Cruz Kronfly, Fabio Martínez, Gustavo Álvarez Gardeazábal… etc. etc.
Nuestra representación
Todos ellos son escritores de primera línea y la literatura colombiana se encuentra muy bien representada. La revista Vericuetos en nombre del comité de redacción y de todo el grupo que la integra le damos la bienvenida y le auguramos el mejor de los éxitos en el desempeño en el festival que se llevará a efecto entre el 08 y el 20 de noviembre próximo. Son ellos:
Héctor ABAD FACIOLINCE, Antonio CABALLERO, Jorge FRANCO, Santiago GAMBOA, Tomás GONZÁLEZ, William OSPINA, Juan Manuel ROCA, Evelio ROSERO, Gonzalo SÁNCHEZ GÓMEZ, Antonio UNGAR, Fernando VALLEJO y Juan Gabriel VÁSQUEZ.
La selección, según lo manifestado por el Centro Nacional del Libro, se hizo en parámetros definidos siguiendo el criterio de los anteriores festivales, donde el invitado debe llenas las exigencias de calidad literaria, haber publicado en francés, tener actualidad en cuanto a publicación y llenar disponibilidad para cubrir el programa trazado.
En el evento se presenta un lunar porque no hay en el grupo una sola mujer, situación que sorprende debido a que por una parte hay un machismo irrefutable, por la otra, una acción discriminatoria de género que se concretiza en un airecillo de misoginia, o puede ser que entre las incógnitas escriturales aflore una manifestación de venustrafobia. En las reuniones de selección llevadas a efecto con el Centro Nacional de Libro, estuvo presente el actual Embajador de Colombia en Francia y un representante del ministerio de la Cultura de Colombia; además, de las reuniones realizadas en Bogotá con el Embajador de Francia en dicho país.
Mme Bovary