/image%2F1187733%2F20140812%2Fob_73dff0_scargot.jpg)
Homenaje parisino: Adios Gabo !
Adios Gabo
por Libia Acero-Borbón
Tachia Quintanar
El viaje sin retorno del gran señor de la imaginación desbordante, de las letras tapizadas de símbolos, de realidades extremas, nos deja huérfanos. Al saber la muerte del célebre escritor Gabriel García Márquez, varios grupos de franco-latinoamericanos se unen para hacerle un homenaje en París. Es en la plaza de la Sorbona, frente a la célebre universidad que muchos conocedores de la obra literaria de Gabo, se reunieron para despedirlo calurosa y afectuosamente el lunes 21 de abril 2014.
A las tres de la tarde, los amantes literarios, muchos vestidos de blanco y llevando flores amarillas o rojas y banderas de algunos países de América Latina, saliendo de su soledad, se reunieron en esta plaza mítica, símbolos de la sabiduría y de la rebeldía, las dos caras de la búsqueda del Prometeo, para expresar el amor por el escritor, para evocar la admiración por el humanista comprometido con la lucha de los pueblos.
De manera espontánea, los presentes tomaron la palabra. Marino Valencia, cineasta colombiano, el gestor y animador del encuentro evoca la importancia capital de la literatura de Gabo y de su realismo mágico. Es justamente en París, por los años 50, que el joven escritor, que no tenía ni un kopeck para vivir, habitaba muy cerca de la Sorbona en la rue Cujas, en el pequeño hotel Flandres. Y es allí, en ese hotel donde Gabriel García Márquez escribe “El coronel no tiene quien le escriba”, donde el escritor esperaba noticias de su familia y dinero de Bogotá para vivir. Cuentan que cada mañana, Gabo descendía a la recepción del hotel para preguntar si no había una carta de Bogotá o alguna encomienda. Es allí donde el escritor y Tachia Quintanar, la novia de la época de Gabo, viven sus amores sin contrariedad. Tachia, la actriz con una memoria increíble, toda vestida de blanco, llevando unas flores amarillas, evoca con fluidez y una mirada lejana, su encuentro con el escritor y sus escapadas parisinas.
Libia Acero-Borbón y Tachia Quintanar
Y como para darle una muestra de amor al escritor y para decirle que aquí estábamos, que él no se había equivocado, que sus amigos y admiradores por sus letras estaban en recogimiento en la plaza, para celebrarlo a él en su última partida, Libia Acero-Borbón, animadora de la revista literaria franco-latinoamericana “Vericuetos”, y quien le consagró un especial al maestro, leyó un pasaje del prólogo de "Doce cuentos peregrinos", publicado en 1992. En este texto Gabriel García Márquez se anticipó a describir su propia muerte contando un curioso sueño. Era su muerte anunciada por él mismo:
"Soñé que asistía a mi propio entierro, a pie, caminando entre un grupo de amigos vestidos de luto solemne, pero con un ánimo de fiesta. Todos parecíamos dichosos de estar juntos. Y yo más que nadie, por aquella grata oportunidad que me daba la muerte para estar con mis amigos de América Latina, los más antiguos, los más queridos, los que no veía desde hacía más tiempo. Al final de la ceremonia, cuando empezaron a irse, yo intenté acompañarlos, pero uno de ellos me hizo ver con una severidad terminante que para mí se había acabado la fiesta.
Eres el único que no puede irse, me dijo. Sólo entonces comprendí que morir es no estar nunca más con los amigos.
No sé por qué, aquel sueño ejemplar lo interpreté como una toma de conciencia de mi identidad, y pensé que era un buen punto de partida para escribir sobre las cosas extrañas que les suceden a los latinoamericanos en Europa".
Los asistentes partimos luego en romería, a la cabeza va Tachia, quien nos guía, dando una vuelta a la plaza de la Sorbona, nos acercamos a la rue Cujas donde se encuentra la placa conmemorativa de la estancia de Gabo en el Hotel des trois collèges, el antiguo Flandres, para depositar las flores, las mariposas amarillas y los mensajes de amor por el escritor.
En escritor Julio Olaciregui
La entrada del hotel se toma como una tribuna. El escritor colombiano Julio Olaciregui quien trae el libro “El coronel no tiene quien le escriba” amarilloso por el paso del tiempo, totalmente deshojado, cuyas hojas parecieran que fueran a volar como las sabanas de Remedios la Bella, abre la lectura en uno de sus capítulos. Todos escuchamos religiosamente en silencio y así se va alternando la lectura.
La poeta Myriam Montoya
Myriam Montoya, poeta de Medellín, declama un pasaje. Viene entonces Eduardo García Aguilar, escritor colombiano quien vivió por más de quince años en ciudad de Méjico, y quien tuvo muchos encuentros con el escritor, para leer muy emocionado, otro pasaje del libro. Y por último, llega la poeta y escritora colombiana Luisa Ballesteros, quien publicará pronto un libro sobre la literatura y sociedad en América Latina, quien desea leer un pasaje del cuento “Ojos de perros azul”, pero tiene que seguir con el coronel, es el libro parisino de Gabo.
La escritora Luisa Ballesteros con el cineasta Marino Valencia
De pronto, un amante de la literatura de Gabo saca una placa en cartón azul con el nombre “Rue Gabriel García Márquez” en blanco, cuyo nombre se le propondrá à la nueva alcaldesa de París, Anne Hidalgo, para que la remplace, en honor al escritor de “Cien años de soledad”. Hay que decir que muchas de las calles parisinas llevan un nombre de una personalidad célebre. En este caso, la calle actual da el nombre a Jacques Cujas (1522-1590), un jurista humanista, especialista del derecho romano.
El homenaje se prolongó en un barrio cercano à París, en Montreuil, en el espacio de la Parole Errante, la Maison de l'Arbre, donde se proyectó la película "El otro Cristóbal" de Armand Gatti, en presencia del autor. Allí Tachia Quintanar evocó otros recuerdos con el escritor y se leyeron pasajes del discurso de la toma del premio Nobel de Literatura : La soledad de América Latina. Un grupo de danzantes bailó la cumbia, otras poetas recitaron sus poemas, otro grupo de música toco la gaita y las canciones que le gustaban al escritor. Si Gabo hubiera estado con nosotros, hubiera gozado de la fiesta! O quizá el gozó de la fiesta!
El escritor Eduardo García Aguilar
Altar maya preparado en honor al escritor en las instalaciones de "La parole errante"