Conversación con Bárbara Jacobs por Javier Amaya
Conversación con Bárbara Jacobs
Por Javier Amaya, co-editor de la revista Latino Cultural. Seattle, EU.
Con ocasión de celebrarse la primera Semana de México organizada por el Consulado en Seattle y la Universidad de Washington, nos visitó el mes pasado la escritora Bárbara Jacobs (México, 1947), quien accedió amablemente a conversar con Hugo Ludeña, director de la revista y conmigo sobre su obra y sus actividades.
Dialogar con ella, fue como reunirse con una amistad de vieja data. Bárbara Jacobs carece por completo de poses fingidas, responde con naturalidad a los interrogantes y su tono de voz y calidez, demuestran que no necesita ser el centro de atención, ni rodearse del destello de las cámaras.
De entre sus libros, comentamos su novela “Las hojas muertas” publicada en 1.987. Esta obra ganadora de un importante premio literario ya ha sido traducida a varios idiomas. El libro es una muestra de la precisión del lenguaje contada en tres capítulos, donde el lector se desliza entre las escenas y personajes como viajando en un tobogán, pero lentamente. Uno termina con la sensación que no falta ni sobra nada. El libro está escrito con dedicación y esmero. Instintivamente uno recuerda el mejor estilo de su compatriota Juan Rulfo, digno representante de la novela corta moderna.
El mismo día que conversamos, Bárbara compartió con los asistentes de su lectura en la universidad, que había trabajado en esa novela por espacio de diez años en al menos ocho borradores distintos que no la dejaban satisfecha. La obra está inspirada en Emile Jacobs su padre, un estadounidense de origen libanés que se enlistó en la Brigada Abraham Lincoln para defender a España de la traición franquista, trabaja luego como corresponsal en la Unión Soviética y se enrola años más tarde en el ejército estadounidense durante la segunda guerra mundial, estableciéndose finalmente con su familia en México.
Ella nos contó que su padre leyó el manuscrito final de la novela sin añadir ni quitar una sola coma. Más significativo que los elogios de la crítica, para Bárbara Jacobs fue la aprobación tácita de su padre de publicar la obra sin cambios, luego de leerla en un solo día. Luego de publicada, el padre con entusiasmo la ayudó a difundir y sin proponérselo, lo conectaría décadas después con viejos camaradas de armas. Para la escritora fue un verdadero reto, si se considera que su padre hablaba muy poco o casi nada de sus experiencias de vida y ella arma pacientemente un complicado rompecabezas hecho de trozos de relatos de parientes y de otros interlocutores íntimos de su padre.
“Las hojas muertas” aunque inspirada en un personaje real, tiene sus ingredientes de ficción imposibles de distinguir para la mayoría de los lectores y revela en el personaje, a un padre profundamente humano, solidario y sensible a las grandes urgencias de su tiempo.
Bárbara Jacobs trabaja actualmente en una obra que recoge escritores de su generación y aunque no nos adelantó el título, nos anticipó que tres cuartas partes de su plan original ya está terminado. Junto al ya desaparecido compañero, el guatemalteco Augusto Monterroso (1921-2003), había colaborado en la selección de la “Antología del cuento triste” donde incluyeron a escritores de 14 países y dos continentes. Ella comenta, que al hacer una re-lectura de esa antología tiempo más tarde, más allá de la tristeza encuentra sorprendentemente un hilo de humor.
Aunque viajar en avión no constituye su pasatiempo favorito, Bárbara Jacobs nos compartió después, su disposición de regresar al noroeste de los Estados Unidos en otra oportunidad para continuar con menos prisa, la amena conversación iniciada con sus amigos y sus lectores.