Luis Carlos López y el dolor de la sonrisa por Francisco Amín Mosquera
“Por-eso las co-sas es-tán como es-tán…” LCL
Este quizás sea buen momento para releer a Luis Carlos López uno de los grandes poetas de Colombia. Gabriel García Márquez lo consideró un espléndido terrorista verbal; Ángel Rama lo miró como el mejor poeta colombiano del Siglo XX, después del modernismo; y la mayoría de voces críticas apuntan a darle un lugar al lado de los grandes, lo ven junto al español Antonio Machado, el uruguayo Julio Herrera y Reissig, los argentinos Macedonio Fernández y Leopoldo Lugones, o el mexicano Ramón López Velarde, entre otros.
A MI CIUDAD NATIVA
Ciudad Triste, ayer
Reina de la Mar.
J.M. de Heredia
Noble rincón de mis abuelos: nada
como evocar, cruzando callejuelas,
los tiempos de la cruz y de la espada,
del ahumado candil y las pajuelas…
Pues ya pasó, ciudad amurallada
tu edad de folletín…Las carabelas
se fueron para siempre de tu rada…
¡Ya no venden aceite en botijuelas!
Fuiste heroica en los tiempos coloniales,
cuando tus hijos, águilas caudales,
no eran una caterva de vencejos.
Más hoy, plena de rancio desaliño,
bien puedes inspirar ese cariño
que uno les tiene a sus zapatos viejos…
Por otro lado hay críticos tan severos que lo consideran un pésimo poeta y llegaron a decir, como lo hizo el académico español Antonio de Valbuena, que sus versos son una porquería que lo único que hacen es burlarse de los lectores (y como pasa casi siempre, el comentario en lugar de rechazo provocó la curiosidad de los lectores y dilató la popularidad del poeta). Si el español dijo semejantes palabras, algunos colombianos, siguiendo el ejemplo, han tratado de desconocer su valor con frases no tan agresivas y lo descalifican con cierta elegancia cachaca.
Colombia ha intentado alcanzar la paz en varios procesos pero no ha podido lograrla. El Presidente Juan Manuel Santos y las FARC, pidiendo apoyo a los comandantes Hugo Rafael Chávez Frías y Fidel Castro, se comprometieron a dar término a un conflicto que lleva más de setenta años… (Cuba y Venezuela siempre han apoyado estos procesos con solidaridad y desprendimiento porque están unidos históricamente por lazos de hermandad bolivariana; desde Colombia El Libertador trató de darle la Libertad a Cuba y Puerto Rico organizando una expedición que sería comandada por José Antonio Páez y la integrarían diez mil patriotas de todos los países libertados); veamos como las acciones abiertas y encubiertas de los llamados “enemigos de la paz” que se oponen a los acuerdos de la Habana y al cumplimiento de lo pactado, parecieran reflejarse en esta fabulita del cartagenero:
FABULITA
¡Pax vobis!
Wilson
“¡Viva la paz, viva la paz!”…
Así
trinaba alegremente un colibrí
sentimental, sencillo,
de flor en flor…
Y el pobre pajarillo
trinaba tan feliz sobre el anillo
feroz de una culebra mapaná.
Mientras que en un papayo
reía gravemente un guacamayo
bisojo y medio cínico:
_!Cúac,cuá!
Su estilo abiertamente Caribe, construido con un humor atrabiliario, mordaz, irónico, sarcástico, punzante, burlón, ingenioso, sutil, capaz de burlarse de él mismo y de sus propios versos, en realidad explica la calificación de terrorista poético que le dio Gabo porque para los “entendidos” se apartó del camino de la poesía tradicional, la “clásica” colombiana… era un quiebraversos, por eso y por “costeño”, lo rechazaron algunos representantes de la apenas Suramericana. Su calidad musical y “la tiradera” (al estilo de los repentistas populares de Puerto Rico y República Dominicana) quizás sean comparables con las de León de Greiff y Leopoldo Lugones… que le agregaron poesía a esas formas de composición (los versos de estos maestros deben ser leídos preferiblemente en voz alta y con todas las entonaciones para comprenderlos y disfrutarlos mucho más… De ellos se puede decir lo mismo que decía Jorge Luis Francisco Borges de su compatriota: “Como el de Quevedo, como el de Joyce, como el de Claudel, el genio de Leopoldo Lugones es fundamentalmente verbal. No hay una página de su numerosa labor que no pueda leerse en voz alta y que no haya sido escrita en voz alta”.*
DE SOCIEDAD
Maldita sea mi suerte
y el día sea maldito
La esposa del banquero, flaca y fría,
que hace música. Yo
junto al Playel, tenía
toda la flema del anglosajón.
Se prolongaba con alevosía
y premeditación
la sonata. Mi tedio me decía
bostezando: ¿por qué no anda el reloj?
Y luego para colmo
de peras en el olmo,
tuvimos que aplaudir
a la señora del señor pudiente,
pensando injustamente:
¿pero por qué Mozart no fue albañil?
El profesor Guillermo Alberto Arévalo, en el prólogo a una edición continental venezolana de la obra del poeta cartagenero, realizada por Monte Ávila Editores, 1994, transcribe estas palabras del ensayista uruguayo Ángel Rama: “Si cito el nombre de un poeta como José Asunción Silva, o el de un escritor como José Eustasio Rivera, sin duda estoy hablando de figuras que trascendieron el marco colombiano y que llegaron a todos ustedes, pero si, en cambio, hablo de Luis Carlos López, es muy probable que para muchos de ustedes resulte un nombre enteramente desconocido.”
TEDIO DE LA PARROQUIA
¡Ay qué vida!
Temistocles
La población parece abandonada,
dormida a pleno
sol._¿Y qué hay de bueno?
Y uno responde bostezando:_!Nada!
¡Ni una sola ilusión inesperada.
Que brinde ameno
rato!...Es un sereno
vivir este vivir siempre a plomada.
Porque ¡ay! no surge un acontecimiento
sensacional. Apenas un detalle,
Y eso de vez en cuando, en la infinita
placidez lugareña: hoy no hace viento,
y andan únicamente por la calle
cuatro perros detrás de una perrita.
A Luis Carlos López le colocaron varias etiquetas por enfrentarse a la poesía con plena libertad de expresión creadora: antipoeta, antimodernista…y además también era antiimperialista y ateo, socialista… para rematar es un “provinciano” de aquella generación que absorbió todos los efectos y defectos de los acontecimientos turbulentos de un período histórico de grandes estremecimientos sociales: La Primera Guerra Mundial, La Revolución de Octubre, La Guerra de los Mil Días; Revolución Mexicana, Separación de Panamá, La Masacre de las Bananeras etc. Quienes lo ningunearon no se dieron cuenta que no hay una ciudad más colombiana que Cartagena de Indias, mestizos, chinos y negros; así que no hay poeta más colombiano que su hijo Luis Carlos López y su actitud heroica para escribir y publicar lo que quería en una nación culturalmente empobrecida donde hemos terminado viendo y viviendo al lado de mediáticos personajes como Popeye y admitiendo como verdades incontrovertibles los relatos de Carlos Castaño, Don Berna; Legisladoras como María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, con sus intervenciones memorables y Fiscales como Luis Camilo Osorio (quien puso la institución al servicio de los paramilitares y Néstor Humberto Martínez para quien Álvaro Uribe es, ni más ni menos, que la rencarnación de un patriota Gran Colombiano (¿Qué diría Camilo Torres Tenorio, el Verbo de la Revolución, autor del Memorial de Agravios que cambió la Historia del continente y quien era el mejor amigo del Libertador?). La obra de Luis Carlos López en su labor más profunda tiene la meta de renovar no solo la poesía sino toda la cultura de los cartageneros y los colombianos… ese mensaje fue comprendido por sus compatriotas Raúl Gómez Jattin y Gabriel García Márquez, en primer lugar… quienes en la escogencia de temas y títulos para sus obras le rinden sutiles homenajes a quien les abrió el escabroso camino.
SIESTA DEL TROPICO
Domingo de bochorno, medio día
de reverberación
solar._Un policía,
como empotrado en un guardacantón,
durmiendo gravemente. Porquería
de un perro en un pretil. Indigestión
de abad, cacofonía
sorda de un cigarrón…
Soledad de necrópolis, severo
y hosco mutismo. Pero
de pronto en un poblacho
se rompe la quietud dominical,
porque grita un borracho
feroz:_!Viva el partido liberal!...
A Luis Carlos López se le recuerda sobre todo por su gran poema “A mi ciudad Nativa”. El Escultor Tito Lombana le hizo un homenaje a los zapatos viejos que son la imagen más poderosa del poema, por la implacable carga emocional que invita a rejuvenecer el alma de la ciudad y la estancada mentalidad de sus habitantes. Cartagena hoy es tan heroica como lo fue en los tiempos del criminal Pablo Morillo quien la sometió a un cerco infernal; los versos del himno nacional que dan cuenta de esos hechos son justos, pero casi nunca se cantan… una corriente cachaca se burla de las imágenes, del tono, el drama y el lenguaje de una sociedad que en ese momento vivía como escribía y escribía como vivía… si conociesen, a lo mejor la conocen, la historia de la ciudad sentirían un profundo respeto por quienes lucharon y todo lo dieron para hacerla bella, digna ,Grande y Soberana, Patrimonio de la Humanidad, como lo dice justamente Arnulfo Briceño..
El poeta es la metáfora del Cóndor colombiano que con las poderosas alas de sus poemas removió la pesadez de la cultura democrática colombiana; que se ha ensuciado con los dineros y matanzas del narcotráfico; con una guerra que parece interminable; con la desigualdad social más gigantesca del continente; con una exclusión racista inadmisible que nadie quiere ver; con asesinatos de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos, negros, indígenas, mujeres, homosexuales y pobres de todas las edades.
El poeta señaló que le fue robada una curul a la Cámara de representantes por eso y mucho más ve la política y a los políticos como caricaturas de la democracia representativa asaltada por asesinos, cobardes, mentirosos y corruptos que han destruido todo lo que de bueno tenía la región. Al mismo tiempo comprueba con tristeza como “las gentes sencillas, son felices a su modo y son arrastradas como bueyes de carga que comiendo mal aman a Dios”… (“Por-eso las co-sas es-tán como es-tán…”).
Sus poemas son un álbum de la ciudad donde aparecen retratados con humor atrabiliario, tal cual son, los personajes, calles y paisajes de su tiempo y el nuestro; él mismo se describe observándolos de forma irreverente o burlona…de allí sus “posturas difíciles”.
POSTURA DIFÍCIL
Siento el paisaje. Pero la vecina
noble señora muy devota, muy
de mi pueblo, me ofrece su anodina
conversación de ama de llaves. Y
mientras la vieja va zurciendo prosa
debajo de un cielo color pus,
le pregunto, pensando en otra cosa:
¿de qué murió Teresa de Jesús?
El crítico Baldomero Sanín Cano en 1928 le hizo este reconocimiento: “esta cosa, insípida, gris, blanda y desarticulada que es la vida política de Colombia en los últimos treinta años, está admirablemente vertida por la poesía insuperable, por el penetrante y sano humor de Luis Carlos López”. Esas palabras de Sanín Cano son válidas hoy y sin duda lo serán por mucho tiempo. El epígrafe de uno de sus poemas más polémicos es: “Todo es igual y lo mismo.”
A UN PERRO
Todo es igual y lo mismo.
Fenelón
¡Ah, perro miserable,
Que aún vives del cajón de la bazofia,
__como cualquier político__ temiendo
las sorpresas del palo de la escoba!
¡Y provocando siempre
Que hurtas en el cajón pleno de sobras
__como cualquier político__ la triste
protesta estomacal de ávidas moscas!
Para después ladrarle
por las noches, bien harto de carroña
__como cualquier político__ a la luna
Creyendo que es algún queso de bola…
¡Ah, perro miserable,
Que humilde ocultas con temor la cola
__como cualquier político del día__
Y no te da un ataque de hidrofobia!
El poeta Luis Carlos López, Bachiller y estudiante de medicina de la Universidad de Cartagena, fue Cónsul de Colombia en Munich, Alemania y en Baltimore, Estados Unidos, colaboró en varias revistas y fundó periódicos como lo hacían todos los buenos poetas de su generación. Su obra recibió comentarios de Rubén Darío, Miguel de Unamuno, Juan Lozano y Lozano, Amado Nervo; Jorge Zalamea editó una antología en Buenos Aires; Rompió los moldes del modernismo y de la poesía clásica, aplicando nuevos ritmos, integrando al poema todos los asuntos de la sociedad urbana y presentando a la juventud como la generación destinada a producir los cambios que todo el país y el mundo están deseando, esperando; quizás bajo la influencia del propio Rubén Darío fundó la Revista Juventud. De él dijo el nicaragüense: “Es un gran poeta, indiscutiblemente un gran poeta”.
A UN BODEGON
¡Oh, viejo bodegón, en horas gratas
de juventud, qué blanco era tu hollín,
y qué alegre, en nocturnas zaragatas
tu anémico quinqué de Kerosín!...
Me parece que aún miro entre tus latas
y tus frescas cubiertas de aserrín,
saltar los gatos y correr las ratas,
cuando yo no iba a clases de latín…
¡Pero todo pasó!...Se han olvidado
tus estudiantes, bodegón ahumado,
de aquellas jaranitas de acordeón…
¡No vale hoy nada nuestra vida!, ¡Nada!
¡Sin juventud la cosa está fregada,
más que fregada, viejo bodegón!...
Le gustaba jugar con humor y amor por las palabras y lo mismo que su discípulo Aquiles Nazoa hace poesías instantáneas; una sonrisa, una chispa, un rayo de crítica transformacional que no cesa para despertar a los lectores. Su obra no es desconocida, ha recibido la atención de muchos estudiosos y ha sido traducida al danés, al ruso, al francés y al inglés…
TRAZO
Se diluye la ingente
curva de la montaña. El sol se aleja
por entre motas de color de aciano.
Ni un chopo ni un cortijo. Y bajo el puente
de bejucos, que finge áspera ceja,
se abre con sueño el ojo del pantano,
ojo que mira sin mirar, que aduna
la voluptuosidad del sibarita
y la extraña neurosis del asceta.
Y alma sin fe de la acuarela, una
cigüeña filosófica medita
como yo, que hoy no tengo una peseta…
Luis Carlos López utiliza la palabra poética como el Homo Ludens, quiere divertirse y divertir, aprender y enseñar, provocar transformaciones para que la sociedad marche hacia el buen vivir; fue un estudioso de Verlaine, Baudelaire, Schopenhauer, Homero, Dostoievski y sobre todo es gran admirador de Federico Nietzsche.
García Márquez tomó muchos elementos de su estilo para denunciar la hipocresía y la mentira; ambos utilizando la verdad como arma ideológica que sorprende al final de cada verso, o en instantes de cuentos y novelas, como si quisieran curar con el bálsamo del humor las heridas de una sociedad colonial que necesita buscar remedios a sus males y que todavía tilda de loco aquel que se exprese con la misma lucidez de Zaratustra:
DESPILFARROS
Nada pierdo y gano poco
Con ser cuerdo.
Mejor es volverse loco…
ANTE TODO
Mi libro, este librejo
destila amargo dejo,
y es, cual lo complejo
del vivir interior,
mezcla de mal olor
y un aroma de flor…
Colombia es un país de más de siete millones de víctimas; se habla de otros siete millones de desplazados internos que recorren el país y “van de ninguna parte a ningún lado” con su dignidad, su dolor y su esperanza; por lo menos cinco millones de colombianos viven en Venezuela y tal vez otros cinco en el resto del mundo; muchos no encuentran espacio en un país tan grande, varias veces coronado como el país más feliz del mundo y el número de los desaparecidos es imposible establecerlo con precisión. (Qué curioso, esto recuerda el caso de un país vecino: cuando la situación en Venezuela estaba más grave y a punto de estallar, sus jóvenes eran coronadas como las más bellas del universo).
Durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez el ejército asesinó a más de 4.000 ciudadanos para justificar su política antiterrorista; y un solo hombre fue capaz de violar y asesinar, en una travesía por siete departamentos, doce veces, en 21 años, por lo menos a 300 niños de familias humildes; nadie pudo detenerlo hasta que él cometió el error de embriagarse y atacar a la luz del día al último, de los dos que lograron escapársele, en su exitosa carrera criminal; la Fiscalía decidió condenarlo por los homicidios que confesó ya que era un criminal bien organizado y tenía en su poder dos maletas llenas de elementos probatorios de casi todas sus fechorías, lo que facilitó la recuperación de la información y en este sentido su colaboración ayudó a las autoridades fragmentadas, sin ideas ni recursos, que nunca pudieron diseñar un programa de investigaciones para detenerlo. Este caso demostró que el deterioro de la calidad en la inteligencia de la justicia colombiana es irrefutable y es necesario recurrir a la chispa de sus hombres y mujeres más lúcidas de su historia, para que con amor, sin odios, jactancias, prepotencias ni temores, recupere su lugar decente y respetable, en un mundo monstruoso y desigual. El pueblo colombiano fue traicionado en la Revolución de los Comuneros y desde entonces utilizando todas las formas de engaño, catalogadas en las Mil y una Noches y en la Odisea, las elites que controlan el poder, con despiadada habilidad, se han sostenido y se sostienen sobre un pueblo al que en doscientos años de terror le anularon la conciencia. El pueblo colombiano no tiene ni la más remota idea de la belleza del país, de sus inmensas riquezas, ni de sus potencialidades futuras; hombres como Antonio Nariño, Simón Bolívar, Antonio Nariño, Antonio José de Sucre, Camilo Torres Tenorio, Camilo Torres Restrepo, Orlando Fals Borda, José María Vargas Vila, José Asunción Silva; María Cano, Policarpa Salavarrieta, Manuela Beltrán y Gabriel García Márquez y muchísimos, pero muchísimos más…
Finalmente la sociedad ha sido sometida por el programa de asesinatos de líderes sociales que sigue su curso desde hace más de 200 años, cuando fue introducido por Napoleón Bonaparte en Haití y Pablo Morillo en Colombia, ante la indiferencia de las autoridades y la llamada comunidad internacional que han sido incapaces de influir en los círculos de poder para que se detenga el baño de sangre desde entonces, esa actitud de sociedad cómplice con la corrupción y el crimen es lo que denuncia Luis Carlos López:
IV
Lo fusilaron esta
madrugada,
como si fuese un criminal.
¿Y la Social protesta?
Ninguno dijo nada.
Y aún vibra todavía
dentro de mí_ ¡qué amarga
tontería!_
la descarga de la fusilería.
Hay una pereza nacional impuesta por la clase dirigente al pueblo que le ha hecho creer que el conocimiento, la investigación, la lectura, la cultura, la revolución, la creación, y la innovación, son asuntos nocivos. Esto quedó evidenciado cuando durante el gobierno de Andrés Pastrana, los mejores hombres y mujeres de Colombia hicieron una propuesta para que la sociedad construya un país al alcance de los niños. Todos los esfuerzos de nuestros grandes maestros y científicos quedaron reducidos a un libro bien editado que se exhibe en algunas embajadas, con las fotos y los discursos, al tiempo que las pruebas que miden la calidad de la educación colombiana demuestran que los niños y jóvenes no están aprendiendo; y si leen, les cuesta mucho comprender lo que han leído.
XVIII
Se casaron ayer
y se marchan hoy
sin saber
lo que dice Tolstoi…
XIX
Cantan las esquilas en el campanario
(las mujeres van
para misa, sermón y rosario):
Por-eso las co-sas es-tán como es-tán…
DESPILFARRO
¡Qué locura tan grande
buscar lo ignoto en la desierta orilla
donde no se percibe ni un fragmento
del continuo naufragio de la vida!
Allí _como otros muchos _cuántas veces
hundir quise la vista
en el lejano espacio, y ni las sombras
pudieron dilatarme las pupilas…
Cavilar…¿con qué objeto,
si cuando uno medita
mucho más se enmaraña ese dilema
con oscuros sofismas?...
Y he venido a saber, pero muy tarde,
que conviene mejor pasar los días
durmiendo a pierna suelta,
tendido cual sochantre, bocarriba…
Luis Carlos López, a quien llamaban impropiamente El Tuerto, cuando está de buen humor es un mamagallista costeño Caribe. Como casi todos los poetas de la Ruta Simbólica cuando se reunían en sus tertulias a burlarse de todo en “un terruño de sacapotras y de tinterillos” le encantan las caricaturas cantadas, además fue estudiante de dibujo y pintura; sus epígrafes los toma con la misma naturalidad de Góngora, Jhonatan Swift, Francisco de Quevedo, el Arcipreste de Hita, Miguel de Unamuno, Gohete, Fray Luis de León o del almanaque Bristol y se divertía escribiendo versos con palabras esdrújulas. Fue gran amigo de Nicolás Guillén y sus amigos lo llamaban El Poeta de Chambacú (porque vivía vecino al barrio de negros cimarrones):
(fragmento)
Y_ ¡oh fuga de murciélagos!_ surgió una planta
¡eléctrica!
Y en esta gris metrópoli, ayer como el betún
gritan miopes y présbites: _! Adiós!... ¡malditos ópticos!
¡Adiós cuevas y túneles! ¡Old Edison, salud!...
Que aquí _con este escándalo de luz_ gira el fonógrafo,
y hasta los paralíticos, sin ir al sur del África,
con nuestras mozas de ébano bailan en Chambacú.
El poeta no pierde la oportunidad y se va retratando la ciudad calle por calle; puede uno descubrir por qué la Calle de Tumbamuertos recibe ese extraño nombre; la importancia que tendrá en el futuro la memorable Calle del Tablón; ¿quiénes viven en la Calle de las Carretas? y finalmente descifrar la paradoja de la Calle de las Flores:
En esa oscura calle que pudiera
ser un primor entre diez mil primores
no existe ni una flor, ni una siquiera
¡y se llama: ¡La Calle de las flores!
Colombia es un país muy religioso y peligroso; es también considerablemente estimado por la iglesia de Roma que le ha enviado a tres pontífices, en periodos difíciles, para que fortalezca su fe; en el país todas las religiones derivadas del cristianismo y otros credos han generado una cantidad de templos de todo tipo; los brujos, curanderos y mentalistas tienen acogida en el pueblo raso y en los organismos del poder como la Fiscalía, la Presidencia y los distintos ministerios; en los atestados hospitales de vez en cuando aparecen en las paredes húmedas, imágenes de la virgen que los enfermos y enfermeras veneran con humana devoción y las iglesias cristianas se han convertido en verdaderos partidos políticos que obtienen más votos que los partidos tradicionales, liberal, conservador y comunista.
La espiritualidad, que en el caso de Jesucristo, quien según los estudiosos se presentó como una opción de vida para la liberación del hombre y la humanidad contra el Imperio Romano y todos los demonios, como lo predicaba el Cura Camilo Torres Restrepo, fue transfigurada para producir una sociedad de hombres falsos, criminales y cobardes.
Por ejemplo, los ataques de Pablo Escobar con bombas colocadas en los lugares concurridos de Bogotá, para evitar su extradición, desafían todos los valores del humanismo, de la religiosidad colombiana y de la guerra…todas las víctimas fueron inocentes transeúntes, vendedores ambulantes y oficinistas. Para muchos paisas Pablo Escobar fue un héroe y su hijo dice que él era un agente de la Agencia Central de Inteligencia.
No es raro pues que en las tierras de Antioquia, la que cuenta con muchas iglesias y seminarios, “El Apóstol” Santiago, hermano menor de Álvaro Uribe, haya creado una secta de matones llamada Los doce Apóstoles y en ella militara un sacerdote que solía llevar un revólver oculto en su biblia hueca (para homenajear a Alfred Hitchcot, imaginemos a ese cura metido en la sacristía perforando el libro sagrado para ocultar su pistola…y luego veámoslo disparándola frente a sus mansos feligreses que rezan el Credo o el Padre Nuestro). Este ministro de la fe utilizaba el secreto de la confesión, como método eficaz para recoger informaciones precisas sobre las actividades de las víctimas que él mismo sacrificaba:
MI MADRE
Mi madre es una madre buena. De pequeñuelo
me compró un catecismo, y tomando el pulgar de mi
mano derecha ¡con qué místico celo
me rayaba la frente con el Por la Señal!
Hoy que tengo veinte años cifra su anhelo
en que oiga misa entera los días de guardar;
que no lea malos libros que hacen perder el cielo,
como los libros malos del Apóstol Renán.
He mamado la leche de mi raza: hoy no puedo
Sin sentir un espasmo de fanático miedo
Acostarme de noche sin ponerme a rezar.
Y como soy un triste, como soy muy huraño,
me dan ganas a veces de meterme a ermitaño…
¡pero temo que al bosque me persiga mi mamá!
Luis Carlos Bernabé del Monte Carmelo López Escauriaza, nació en la Calle del Tablón en Cartagena de indias en 1879, contrajo matrimonio con doña Ana María Cowan Tono con quien tuvo dos varones y una niña; murió en esa ciudad en 1950.
Las obras más conocidas son: De mi Villorrio; Posturas Difíciles; Hongos de la Riba (Antología de Jorge Zalamea).
*(Realizamos un ejercicio de lectura con los estudiantes de un colegio de 500 jóvenes y fue imposible que entre todas las voces se pudiera comprender el contenido de la narración (se le presentó la grabación a los padres para que escucharan a sus hijos y el impacto fue tan grande que la comunidad hizo un esfuerzo y en un año cambió la actitud de la comunidad: muchas veces los niños casi no saben leer y es responsabilidad de los maestros).