Federico García Lorca y las vicisitudes del verso por Efer Arocha
Tanto la obra como la vida de Lorca se encuentra bien investigada y analizada por especialistas y acuciosos poetas; no obstante, para el grueso de lectores hay valiosos hechos dignos de ser conocidos como fue la furtiva amistad entre Porfidio Barba Jacob y Federico García Lorca en la Habana, donde pasaron varios días en el puerto saboreando el epicurismos de sus extravíos. Federico era un polifacético en materia de arte: fue pianista y compositor, pintor, dramaturgo y en su infancia realizaba tareas ocasionales de campesino. La infancia y parte de su adolescencia la vivió en la gran propiedad rural de su padre cerca de Granada.
Nació el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros y fue asesinado por las milicias franquistas el 19 de agosto de 1936 en Viznar, al que me refiriré al final. Sus estudios los hizo en la universidad de Granada en Letras y Filosofía, lugar en el que conoció a Manuel de Falla, que según algunos críticos resultó determinante en la orientación de su obra. En la formación de un intelectual o artista, insiden muchos factores; uno de ellos es el medio. Asi el sujetivismo arremeta contra él.
En su traslado a Madrid logra hacer amistad con Rafael Alberti, José Bergamín,Luis Buñel,Salvador Dalí, Sánchez Maza, Guillermo de la Torre…un amigo le presenta a Gregorio Martínez Sierra, director del teatro Eslava,en el que presentó su primera pieza treatral en verso: El Maleficio de la Mariposa y luego otras obras que fueron un fracaso y que llevaron al actor a retirarse del tablado en 1920. Consumirá casi una década vinculado a la vanguardia española con una produción baja con tres poemarios entre los que se cuenta el más leído de sus versos, El Romancero Gitano, 1928, sobre el texto se ha escrito bastante. En la realidad vive un periodo de crisis exacerbada motivada por una depresión a causa de su homosexualidad secreta, bajo los códigos de una España ultracatólica y regida por el gobierno de Miguel Primo de Rivera. Sin embargo lo anterior no es del todo cierto, porque en dicho periodo tuvo varios novios, entre los que se cuenta en 1927 uno de sus amores pasionales,el buena vida y vago, Emilio Aladrén, que lo explotaba al máximo, la verdad es que Federico era un adinerado terrateniente con sensibilidad social. Emilio era hetero y lo abandonó por una bella comerciante representante de una casa de cosméticos. El luto del amor perdido lo hizo místico, iba a misa todos los días, se confesaba y comulgaba, cargó santos en procesiones descalzo y rezando, el mismo se denominaba católico estético. En el plano de la sexualidad, un ejercicio interesante es descubrir sus amantes escondidos que inspiraron sus sonetos; él fue un gran sonetista heredero de Petrarca, Góngora, Rubén Darío…en tanto que humano no era un pozo de virtudes, tenía detestables defectos, odiaba a morir, sentía envidia por sus colegas que adquirían prestigio, y para redondear era un mitómano consumado. Lo anterior no demerita o amerita, simplemente era como era y nada más. Su regreso a España en 1930 coincide con la caída de Primo de Rivera y la proclamación de la república. Es nombrado director de la sociedad de teatro estudiantil suvencionado, ‘La Barraca”, que tiene como fin presentar repertorios clásicos en las zonas rurales. Escribe dos obras; Las Bodas de Sangre y La Casa de Bernarda de Alba.
El joven Claude Couffon en el ejercicio de la escritura, impetuoso y audaz se lanzó a la palestra, por encargo del periódico Le Figaro, cotidiano de gruesa circulación en su tiempo que disponía de un suplemento literario, y también en razón de sus estudios se trasladó a España a investigar sobre la obra y muerte del hasta entonces prácticamente desconocido, un poeta víctima de las balas franquistas. En su tiempo, había que estar cargado de temeridad y arrojo a toda prueba, para trasladarse al país vecino con el objeto de averiguar sobre un personaje sobre el cual sus propios coterráneos no se atrevían ni siquiera a mencionar su nombre. A este joven debemos el mérito de saber hoy quién fue Federico García Lorca y cuál ha sido su obra, hecho que enaltece a la intelectualidad francesa. Él fue un pensador y humanista francés de primera línea, en su condición de investigador, poeta y profesor universitario hizo un aporte a la literatura de su país como creador, sus textos poéticos ya tienen sitial merecido en las letras contemporáneas de esa nación, de la misma manera ejerciendo la crítica y la traducción. A él debemos la traducción al francés de todos los escritores de valía de Latinoamérica y de buen número de talentos en crecimiento.
Con Claude fuimos muy amigos, lo visité en varias oportunidades durante su enfermedad, que finalmente lo condujo al tránsito de lo animado a lo inanimado, en su residencia secundaria que tenía en Normandía. Entre los muchos temas conversados, lugar especial ocupa Lorca. Tenía muchos apuntes, algunos manuscritos del poeta; en el último encuentro abordamos el mismo tema, momento que aproveché para tomarle fotos a los libros del jilguero español, que él tenía en su enorme biblioteca; a continuación pueden apreciarlos a lo largo de la página web.
Los protagonistas de la muerte del vate
Agrego texto que ha tenido divulgación para honrar la memoria de uno de los grandes sonetistas de la lengua española, en las que el lector descubre la venganza sin límites de quienes alienados por el poder no se detienen ante nada con el fin de eliminar de raíz, tanto al ser físico como el pensamiento de sus opositores, sería mejor decir antagonistas en el plano de la cognición. Afortunadamente hoy el pueblo español ha comprendido la importancia de la tolerancia en aceptar al otro tal como piensa y como actúa; esto como consecuencia de un avance y progreso en esa tarea difícil de construir civilización. Los cambios científico-técnicos y las ideas de justicia y libertad, nos impulsan empujándos a una nueva etapa de convivencia expresada en la unidad de lo diverso. A continuación los textos en cuestión:
“Los autores materiales de su detención se encuentran establecidos, ellos fueron Martín Lagos, Trescastro y Ruiz Alonso. Ramón Ruiz Alonso pertenecía al partido de Acción Popular, liderado por el derechista Gil Robles. Caballero recuerda que “permaneció en Granada preparando lo que ya sabía que sería la sublevación militar”. En 1956 reconocería al primer investigador lorquiano, Agustín Penón, dijo que “la orden de detención del poeta se la da Velasco Simarro en ausencia del gobernador Valdés”. Ruiz Alonso no estaba al tanto de las viejas rencillas familiares que mantenía la familia Lorca. Uno de sus acompañantes en el momento de la detención, el falangista Trescastro, sí era consciente de toda la trama, lo que hace pensar que Ruiz Alonso fue, según señala Caballero “manipulado, aunque la detención de un personaje público como Lorca le motivara por puro afán de protagonismo”.
“La documentación encontrada señala que Ruiz Alonso redactaría previamente en el Gobierno Civil una denuncia con el paradero del poeta, lo que dejó luz verde a Simarro para ordenar la detención y posterior fusilamiento de Lorca Alonso se personalizaría, a primera hora de la tarde del 16 de agosto en la calle Ángulo número 1, domicilio de los Rosales, llevando personalmente, en un coche Oakland al poeta desvalido, a Velasco al Gobierno civil. No se conoce al día de hoy qué lo llevó a tal acción en contra del poeta, aunque sus rencillas con Fernando de los Ríos pudo ser determinante por su importante unión con Lorca. El investigador Gibson, apunta que en aquella supuesta denuncia diría de Federico: "Había hecho más daño con la pluma que otros con la pistola". Trescastro, fue otro de los protagonistas de la histórica detención, junto al falangista Martín Lagos. Caballero apunta que “es de dominio público que se vanaglorió de haber asesinado a Lorca”. Su entorno cercano a la familia Roldán lo hace una figura no poco relevante en la muerte del poeta. Además era miembro de las conocidas “escuadras negras” falangistas en el momento de la ejecución. “Actúa de forma autónoma y responsable sabiendo la repercusión posterior de sus acciones”, señala Caballero. La participación de Trescastro, según los testimonios recogidos, fue más allá, participando en el fusilamiento de Lorca. Un testigo aseguró una frase que aún resuena en el terrible cerco de muerte del poeta. “Yo mismo le he metido dos tiros por el culo”.
Nicolás Velasco Simarro estaba retirado al inicio de la sublevación. Con el alzamiento militar en Granada, es nombrado por el nuevo gobernador, Valdés Guzmán, secretario particular. Caballero apunta, en su investigación, que su mano de hierro permitió que “fuera de facto gobernador civil durante muchos días en el período que va desde el 21 de julio de 1936 a noviembre de ese mismo año, meses en que la represión, los fusilamientos y las desapariciones alcanzaron su punto álgido”. Se caracterizaba por su extrema dureza, teniendo una importante cercanía con la familia Roldán, primos rivales de los Lorca. Simarro fue “dueño del destino del poeta en el tiempo que medió entre su detención y su traslado a Víznar” tal y como apunta el investigador, permitiendo además la participación de miembros de las Escuadras Negras falangistas en el momento de su asesinato con la participación de un personaje tan relevante como fue Trescastro.
La figura del gobernador civil Valdés Guzmán sembró de dolor y muerte la ciudad de Granada. Tal y como demuestra el registro en el cementerio municipal entre el 20 de julio del 36 y marzo del 37, ordenaría el fusilamiento casi de 4.000 personas. Históricamente se ha sostenido que fue Valdés quien dio la orden de ejecución del poeta, sobre la base de una denuncia del político Ramón Ruiz Alonso. Otras versiones, tal y como apunta Caballero, descargan a Valdés de responsabilidades. “Se puede pensar que no tuvo participación en la detención del poeta, lo que no quiere decir que no tuviera conocimiento días antes, ya que se había reunido con la familia Roldán (rivales históricos de Lorca) y había decidido molestar y amedrentar al poeta” en la Huerta de San Vicente, lo que provocó que se refugiara definitivamente en la casa de los Rosales el 9 de agosto.
Participación de los hermanos Rosales
La familia Rosales estaba compuesta por cuatro hermanos, José, Luis, Miguel y Gerardo Rosales. José fue el falangista más significado de todos los hermanos. El mismo Primo de Rivera le nombró jefe provincial de Falange. Caballero apunta que “no sólo participó en la sublevación, sino que con anterioridad fue el enlace directo del jefe de Falange Primo de Rivera con los sublevados granadinos, principalmente con Valdés Guzmán, con el que mantenía una buena relación de amistad y camaradería”.
El hermano más cercano a Lorca fue Luis Rosales, también poeta, que ingresaría en Falange el mismo día de la sublevación. En declaraciones al periodista Molina Fajardo en 1969, éste relataría todo lo relacionado con la detención de Lorca. Caballero recoge que “en el día de su detención, 16 de agosto, él se encontraba en Motril. Esa noche fue al Gobierno Civil para interesarse por su amigo el poeta, en unión a sus hermanos José y Miguel. Mantuvieron una discusión con Velasco Simarro y realizaron una declaración sobre la permanencia del poeta en su casa”. Aquel desencuentro tuvo un alto precio para Luis, ya que estuvo a punto de costarle la vida. La investigación relata que “el propio jefe de Falange le pediría que se quitara la camisa azul, paso previo a la detención”. Caballero afirma que “la figura de Luis Rosales ha sido tratada injustamente en relación al asesinato de Lorca, ya que puso en peligro su vida por atender a un amigo, con el traslado a su domicilio, sin ninguna dilación”.
En ese momento ejercían el poder José Mingorance, los Jiménez Parga y Romero Funes
En el Gobierno Civil de Granada, mucho de los funcionarios y militares “trataron de dar legalidad a la ilegalidad de la situación” que se estaba viviendo. La orden de traslado de García Lorca a Víznar la realiza Julio Romero Funes, considerado por muchos, autor material del asesinato de Lorca. Funes enviaría hasta este paraje al poeta para ser fusilado. Seguramente, en aquellos instantes, Federico conocía las terribles circunstancias en las que se encontraba. El otro policía que fue destinado al Gobierno Civil fue José Mingorance. Valdés lo consideraba “un hombre de extrema derecha” en sus informes. No se conoce con exactitud su participación en la detención del poeta, lo que sí alega Caballero es que “fue un testigo excepcional de la detención del poeta y quizás el que iniciara el informe que se remitió a la Dirección General de Política Interior años después relatando todo lo sucedido”.
Los Jiménez Parga integran el último grupo que se encontraban aquella noche en el Gobierno Civil. Los hermanos Manuel, José y Antonio Jiménez Parga participarían en la “camarilla del Gobierno Civil”, integrada por “individuos responsables de las detenciones y ejecuciones de las personas que llevaban a Víznar”. En octubre de 1936, Manuel Jiménez Parga fue nombrado delegado de las JONS en la provincia de Granada. Otro de sus hermanos, Antonio redactaría con Romero Funes, las “listas de detenidos” de aquellos días. Sin saber a ciencia cierta los últimos movimientos previos a su traslado, Federico llegaría a la zona de fusilamiento, el barranco de Víznar la noche del 16, casi ya de madrugada. En la conocida carretera de la muerte, a pocos kilómetros de la capital granadina, continuaría la planificación para el asesinato del poeta”.
Obras de Federico Garcia Lorca
Poesía
- Impresiones y paisajes 1918 en prosa
- Libro de poemas1921
- Poema del cante jondo 1921
- Canciones1922
- Oda a Salvador Dalí 1926
- Romancero gitano 1928
- Poeta en Nueva York, escritos en 1930, publicados en 1940
- Llanto por Ignacio Sánchez Mejías publicado en español en 1935, incluye el famoso poema de las cinco de la tarde
- Seis poemas gallegos
- Primeras canciones 1936
- Diván del Tamarit 1936
- Sonetos del amor oscuro 1936
- Sonnetto del dolce pianto
- La sangre derramada 1935
- Vuelta de Paseo escrito en 1929 y publicado en 1930
Teatro
- El Maleficio de la mariposa, escrito en 1919-20
- Mariana Pineda en 1923-25
- La Zapatera prodigiosa en 1926-30
- Amor de Don Perlimpín con Belisa en su jardín en 1928
- Bodas de sangre en 1932
- Yerma en 1934
- Doña Rosita la soltera en 1935
- Retablillo de Don Cristóbal, 1931
- Los títeres de Cachiporra 1928
- Así que pasen cinco años en 1931
- La casa de Bernarda Alba en 1936
- El público en 1930-1936