Escrito para la Guitarra, poemas de Lizeth Andrea Mora, poeta colombiana
Él, Humo
una cortina natural
la única que últimamente los une.
Ella, aire,
olor a vicio citadino y a la vez a cura rural.
A ella,
agradecerle, por supuesto,
porque ameniza la distancia
que en labios se siente entre los dos.
Los kilómetros se multiplican
mientras las miradas se acercan.
Se enajenan en un profundo aire de verde libertad
rallado con las manos,
triturado con las ganas de la soledad.
El rojo carmesí de sus labios
mezcla perfecta
con el verde de los suyos.
Ella,
tan gastada.
Él,
tan vacío.
Ella,
tan dispuesta.
Él,
tan cansado de la libertad.
En el humo,
se olvidan las lágrimas,
el rencor,
las botellas vacías,
las colillas pisadas,
los filtros desgastados.
La fiesta de aquella vez,
en la playa
te recuerda el rostro de ella en la luna roja.
¡Pero tranquilo!,
el verde de la otra
te dopara…
¡Despertaras!
en una maravilla de mundo,
un mundo repleto
de conflictos y perversiones
de felicidad y de dedos
ansiosos por tocar.
Si,
a ella, la otra,
tan virgen su madera,
tan puras su cuerdas,
tan misteriosa y mágica
al mezclarse
con el olor
del fuego, el verde y la pipa.
Infinitas e incondicionales
ellas dos,
la madera y la planta.
Como ningunas,
ni siquiera como ella.
Él,
en ella
desata los siete pecados capitales
como si mandamientos fueran.
Envidia la riqueza de su cuerpo,
lo desea,
se pierde entre su placer inmediato,
no lo contempla
no lo acaricia
no le habla.
La única gloria que encuentra
esta entre sus piernas,
y lo lleva a la lujuria de comerla
como caníbal:
la carne inmediata,
no trasciende
solo traga su ser,
su desnuda esencia.
Se hastía de beberla,
la come tanto como la gula lo deja,
termina rápido.
Desata toda su ira
en silencios
que gritan ayuda,
aliviar traumas del pasado,
carencias infantiles.
Pereza siente él
de amar,
no le interesa la torpeza de ella
ni la ternura de sus demonios.
Avaro es él
al quererse comer
el mundo completo a punta de música,
sin ni siquiera saber
cómo seducir una mujer
con una nota musical,
sin sabérsela
comer completa.
La soberbia
no lo deja mirar más allá
de sus críticas a quienes hoy por hoy,
según él,
les falta humildad.
Y asi,
presume de nada,
subestima el mundo
la subestima a ella,
se subestima,
no tiene el placer de amar.
Que el universo se encargue
de embellecerla
a ella,
en los ojos de otro
que si trascienda el canibalismo.
Que las estrellas choquen,
como alguna vez chocaron
ellos,
y que del estruendo germine
algo o alguien que complemente
la madera afinada,
la hierba quemada.
Que del calor de los mundos
que se aparean nazca
algo o alguien que limpie
el polvo
que quedo del amor que entre
ella y él existió.
Algo o alguien que le ayude
en su tarea conformista
de cargar el peso
de su propia soledad
Espero mi vida.
Pierdo mi vida
la llevo perdida
la pierdo en segundos, minutos
y horas.
La pierdo cuando espero,
espero mi vida.
Espero cambiar mi vida
mientras veo que ya está
perdida.
Vivo la vida mientras la juego,
la pierdo y la gano,
la apuesto inconsciente
y consciente veo como
pierdo la vida.
Veo en mi vida lo que soy
y entonces
entonces estoy perdida.
Perdida en el tiempo
en el espacio,
en esos ojos que despejan el camino
y me aclaran que la vida no esta perdida,
que soy yo
la que esta perdida
en ella.
Ya no pierdo mi vida
no la llevo perdida
me recupero en la vida,
tras segundos, minutos y horas.
Y entonces espero
Espero encontrarme,
encontrarme en ella
a través de sus ojos espero
mi vida.
Yahveh de salvación.
---A Josué, amigo, cómplice y hermano.---
Y con mas ansiedad que otra cosa, toma al pela’ito de la mano, descubre que
no era la primera vez que lo sentía ni lo miraba, su espíritu ya había sentido
una conexión con el, incluso antes de ser concebido. Los dos se miran y como si
la naturaleza les mostrara el camino en la sonrisa, no pudieron hacer mas que
admirar la belleza del otro. Los ojos pequeños de ella agrandaron la mirada al
darse cuenta que cada vez que el pela’o respiraba le nacía una pluma, un
escudo protector que le va a servir en el viaje de: “prohibido no soñar”. Y así,
mientras lo arropa le versa:
Tomate este menjurje conmigo ¡mi hermano!
tomatelo y los dos sabremos lo que es vivir.
Tomate lo rosado del amor
ese inspiras cada vez que veo
las dos ventanas de tu alma.
Ese que tus padres ponen
en cada esmero de tu crianza.
Tomate el café de la tierra
que cualquier emoción sabe mas sabroso
si te acompaña ella.
Tomate lo blanco del aire
que siempre te recordara que voy a estar ahí
cuando me necesites
y cuando no también.
Tomate el naranja de días alegres
y veras en cada sonrisa de los que amas
un motivo para seguir.
Tomate el azul del cielo y del mar
para que ni siquiera la infinitud de sus limites
te condicionen para ser feliz.
Tomate el rojo de la sangre,
te recordaran a tus ancestros,
los que la derramaron
para que sigas su lucha a tu modo
¡para que la sigas!
¡no desistas!
Tomate el verde de las plantas
déjate guiar por ellas
para seguir esperanzado en una vida natural,
como ha de ser la tuya.
Tomate el violeta de las flores
y regalale una a tu madre
que con una sonrisa en todo su ser
estará esperando tu llegada
luego de cada viaje que emprendas.
Tomate el negro de la vida
el de las caídas necesarias
Tomate el amarillo de la victoria
esa que disfrutaras
cuando te hallas levantado del negro.
Tomate cada gama de color
que la vida te de la oportunidad
de ver, escuchar, oler, saborear o tocar.
Se feliz, sonriele a la dificultad
no dejes que nada opaque tu luz
fuiste creado para dar sentido
fuiste creado para descubrirnos
y aprender en ti.
No permitas que las sombras te ahoguen
¡Brilla!, toma con responsabilidad el poder
que el Gran Espiritu te ha dado
libera las multitudes que te fueron encargadas.
Se la Yahveh de su salvación, has con ellos
lo que has hecho conmigo.
Se aire, agua, se tierra y fuego.
Y con la musicalidad de tu sonrisa
enséñale al mundo a vivir.
Carta de una guitarra a su compositor
Espero con incertidumbre, así como desperdiciar un deseo de los tres que un
genio obsequio, así, deseo que cuando tus soplidos, tus dedos, tus oídos, tu
cuerpo, tus ojos y tus labios se cansen de amores baratos entonces me llames
a mí. Y justo ahí, con esa llamada poder confirmar lo roto que estas, lo
cansado que vienes, lo ansioso que vas, justo ahí reafirmare que
definitivamente no me equivoque al decir que soy esa caja vieja en la que
depositas tus pesares, en la que plasmas tus más íntimos deseos de amor, que
soy esa vieja negra que te bebes antes de volver a partir.
Sí, soy esa encantadora de curvas, de trasero grande, que muere cada vez que
la tocas, estoy hecha de alientos y planes que te llenan el futuro, un futuro que
pateas con las ganas que te voy dando de caminar solo; soy esa que te bebes
sin mesura y a la que dejas exhausta en cada ritual. Sigo siendo esa que te
acelera el corazón a raticos y solo con cada nota de mi te revitalizas y abrazas
la vida, tan pura ella tan dispuesta a que la explores sin mí.
Puedo ser de muchos colores pero llevo la esencia que me das tú, soy única
cuando me escuchas, soy tuya cuando a mano limpia me posees. Soy testigo
de tu tristeza mas secreta, de tu alegría mas revelada, soy el virus de la
tranquilidad que te embarga cuando vagabundo me interpretas buscando
respuesta o consciencia. Soy esa, esa negra o pálida que firma en tu pulgar el
testimonio de tus huidas, de tus voladas. Soy esa que afinas en cada añoranza
de romance, justicia e igualdad.
Siénteme fría en tus piernas y caliéntame el cuerpo con tu aliento, tócame con
tu pulso, palpa mis seis emociones y explora el mundo en cada
una. Escúchame, necesito que seas feliz al ritmo que te voy dando para
dispersar los sonidos de la ciudad. Vuélveme a interpretar, nadie acierta mejor
que tu. Llora conmigo que de seguro haré que cada lágrima suene
mejor. Ríe conmigo que prolongare el goce de tu alegría. Calla conmigo que
apaciguare tus silencios, pero por favor, no me dejes, necesito tanto del
mundo y de sus historias desafinadas como tú de mi afinación para contarlas.
Lizeth Andrea Mora Chacón. Nació en Bogotá el 09 de Julio de 1996, creció en el hermoso municipio de La Calera junto con su madre, su padre, su abuela materna y hermano. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Gimnasio Campestre los Arrayanes. En el año2014 inicia sus estudios universitarios en la Universidad Nacional de Colombia formándose como Trabajadora Social. Pertenece al Taller de escritores Gabriel García Márquez de La Universidad Autónoma de Colombia. Encantada por la escritura y por la lectura, ha escrito algunos poemas pero se inclina mayormente por la prosa, escribe cuentos y varios artículos, uno de estos últimos: “Corridos prohibidos para recordar, reflexionar y perdonar.” fue publicado en la contraportada del Vol. 16 de CORRIDOS PROHIBIDOS cuyo lanzamiento se realizó el 15 de Junio de 2016.