Poemas de primavera por Miguel Rodriguez, poeta y escritor peruano
16 DE MARZO*
Ahora espontáneo
Como un quirquincho
Solar.
Ahora amazónico
Como una cerbatana
Primaveral.
Últimas láminas frescas
Del tercer día
De mistral.
Estaba sentado en la Fuente
Frente al Correo
Y una chica francesa
Me vino a saludar.
Por eso ahora arrecho
Como un quirquincho
¡De Iquitos o del Pará!
20 DE MARZO
En esta primavera griega
Como axioma y como ley
¿Qué leo hoy en pleno sol?
¿Proust o Wittgenstein?
Las metáforas vegetales
Las largas frases suculentas
De Marcel Proust
¿O una lección sobre el color
De Ludwig Wittgenstein?
¿Qué hago, Primavera,
Con sentimientos perfumados
Que recalan en mi ser,
Con rescoldos de mujer,
Voy al lago,
O tomo un café?
¿Sodoma y Gomorra
O Wittgenstein?
¡Buenos días, Día!
¡Buenas noches, Noche!
Anoche sorbí la noche
¡Hoy día sorbo el día!
Bajando despacio y destructor
Bajando sigiloso y amador…
Por el erotismo
Por la poesía
Luna y Sol
Día y noche
Por mi locura personal
¡Buenos días, Día!
¡Buenas noches, Noche!
Sillas en la terraza diáfana
Muchachas rubias sobre ellas
Bañadas de sol
Cabelleras moviéndose
Destellos de cerveza
En la terraza de la Tierra
¡De pronto sopla el viento!
Salgo a la calle así,
Perplejo, delirante
Después del amor
Admiro la lluvia epicúrea
Admiro el color del cielo
¡Después del amor!
Me imagino filósofo
Paseando por una tarde
De la antigüedad griega.
Ando sin rumbo.
Compro carne.
Compro vino.
Visito a un amigo
Y nos tomamos
Unos vasos de ron.
Porque cuando salgo así,
Perplejo, delirante
Después del amor,
Tengo hambre y quiero hablar
Y visito y sonrío y brindo
¡Provengo del amor!
Cada día el rostro del cielo
Exige participación
Por eso es cómplice del sol
¡Cuánta mujer linda!
Todo es oleaje de sol
¡Cuántas posibilidades azules!
¡Cuántas palpitaciones de amor!
Camino por las calles empedradas
De la ciudad del amor
Entre los actos de anoche
Prevalece el gusto terroso
Del Chinon
Disuelto con la divina crema
Del queso de cabra
El Chinon
Y la suelta y suave
Sesión de amor
Y los cuerpos suaves
Como la carne del asado
Con el Bourgogne Finot
Entre los actos de anoche
Prevalecen los banquetes
Y los vinos del amor
Al otro día,
¡Cambia el día!
Cambia el aire–vigor.
Cambia el cielo– vigor.
Cambia el sol– vigor.
El frío recoge sus banderas
Y cede terreno al calor.
El clima quiere amor,
¡Y nosotros vamos al amor!
Al otro día,
¡Cambia el día!
Y cambian y cambian
Los cuerpos del amor.
Vengo por esta calle sumida en sombra
Por adoquines y veredas calientes
Rue de l’Aumône Vieille restaurante Saigón
Contento después de almorzar y silbando
Desemboco en la Place des Tanneurs
Veo una fuente refulgente y un chorro
De agua refulgente que golpea el hierro
Que golpea la piedra
¡y le saca chispas a mi mente!
Veo una bicicleta refulgente
Amarrada al poste refulgente
En la esquina del hoy refulgente
Una chica barre la vereda de su tienda
Mientras yo veo el porqué secreto
Del hierro del agua y la piedra
Y veo el porqué secreto
Del sol
Vigor de la tarde
En la manera exclusiva
De la puesta del sol.
Vigor en el delirio
De los colores
Que incendian el cielo.
Temperatura ideal
En Aix-en-Provence
El 13 de abril de 1992.
Yo resuscito con vigor
Degusto una copa de rosé
La Montaña engulle al sol.
En bicicleta vengo al banquete de Vietnam. Sirven aperitivos franceses mientras los pescados plateados se cuecen en las brasas. Discretas muchachas vietnamitas sazonan y agilizan los entremeses. Como y bebo, hablo y río, y en las puertas del verano, ¡qué maravilla sentirse feliz! Ya comí los pescados ahumados. Ya bebí los vinos franceses. Anochece. Monto en bicicleta, ¡y voy a otro banquete!
La luna como un farol. Bocanadas de humo celeste. Salgo a fumar cuando se acaba la fiesta. Los bosques azules. Las estrellas parpadean. Las cervezas se acaban. Las mujeres se van. Y se va el bosque, la luna, la estrella, la noche y se acaba la fiesta, ¡se va!
Una sola golondrina
Un solo cielo
Su chillido perfecto
La suavidad
De su vuelo
Yo quiero esa perfección
Y ese vuelo
FRESAS DE ABRIL
¡Fresas de abril!
¡Amigos míos!
¡Tarde de abril!
En el hedonismo de la tarde
En este vino sensual
¡Las ricas fresas de abril!
Tomo vino como fresas
Tomo y como
¡La tarde de fresas!
¡Fresas de abril!
¡Tarde de abril!
¡Vino y fresas!
Centro del día
Centro de la noche
Meandros de sombra
Meandros de sol
La vida la muerte
La luna el sol
¡Yo invito al sexo mayor!
MAYO
FUENTES DE NOCHE
¡La música del agua eterna en las fuentes de noche! ¡Y el nuevo día eterno a punto de florecer! ¡Índigo al amanecer! ¡Ahora cabelleras rojas y violetas en plena fosforescencia! ¡Ahora pincelazos de oro hirviendo! ¡Cantan los pajaritos cuando regreso borracho al amanecer! ¡Borracho como el cielo! ¡Ah! ¡Fuentes de noche!
En la delicadeza
De las tardes de verano
Vuela el polen
Impulsado por el viento
El polen nos envuelve
Pienso en los pistilos
Quisiera ser el polen
Quisiera ser el viento
Anoche el muro el torreón medieval
La noche medieval la ciudad medieval
Imaginé los crujidos de aquellos barcos
Con los cruzados que se iban a matar
Aigues Mortes a la doce de la noche
Olían las Salinas de Giraud
La Camargue
Olor espeso perfumado de pantanos
Olían los flamencos rosados
Los toros los caballos y el mar
Veníamos cantando en el carro
Anoche nuestras amigas lindas de anoche
Cecilia Bühler te voy a mandar este poema
En una tarjeta postal provenzal
Veníamos cantando en el carro
Maria Alsed Kim Sundström
¡Escribo esto para decirles que las amo!
Nuestras amigas lindas de anoche
Comimos reímos bebimos bailamos fumamos
¡Anoche fue la Fiesta del Mar!
Miguel Rodríguez, peruano, poeta de poco verso y mucha prosa. Cursó estudios superiores en la UCV de Caracas en la época del oro negro, y en la universidad de Provenza (Francia). Ha publicado crónicas, comentarios y ensayos en la página web ciberayllu.org (Universidad de Missouri). Ha publicado la novela Leyenda del Padre (2001) y su traducción al francés La légende du Père (2011), el poemario Cadastro (2002), la novela Eva Nibelunga (2008) y el poemario Calcinación (2013). Algunos de sus grandes trabajos se publican en el blog de la revista literaria bilingüe español-francés, Vericuetos de París. Su obra poética es abundante y por el momento inédita. Comprende títulos como Sol ebrio, Penúltima bohemia, Fuentes de noche, Alpes Marítimos y otros. Actualmente reside en Peyrolles-en-Provence, encantador pueblo medieval, en el sur de Francia.