Bengt Berg, poeta sueco comprometido
Dans le cadre du Troisième Festival pour la Paix en Colombie, la revue virtuelle de Vericuetos a l’honneur de publier les poètes participants au récital poétique. Bengt Berg, , grand poéte suédois est notre deuxième invité.
Bengt Berg nació en la pequeña ciudad de Värmland en Suecia. Ha publicado alrededor de 35 libros, en su gran mayoría de poesía.
El poeta insinúa que la poesía se alimenta de las pequeñas cosas; que a partir de ellas se llega a las grandes formulaciones. Su tema es el de la cotidianidad vestida con palabras transparentes acompañadas de sutil humor. No puede existir nada más típico en la lírica sueca que los versos del poeta Bengt Berg. Al leerlos acudimos a una encantadora y serena cita con la naturaleza nórdica y sus silencios que brindan armonía. La obra poética de Bengt Berg es un acto de creación que en su marcha indaga, cuestiona, propone y al llegar al alma de los seres humanos, la alienta, la reta a soñar, a disfrutar del encanto de la vida.
Cuando el poeta Bengt Berg fue elegido al parlamento sueco en representación del Partido de Izquierda, los periódicos de la ciudad lo reconocieron por sus méritos para desempeñar esa función y por ser uno de los parlamentarios que recibía los más bajos ingresos. Beng Berg sigue perteneciendo a ese grupo de políticos honestos que viven sin mucho dinero. Y es que para él la verdadera riqueza consiste en disfrutar de las cosas sencillas de la vida, tal como lo señala en su poesía.
Bengt Berg y Víctor Rojas fueron los grandes gestores para que el Premio Alternativo de la Paz le fuera entregado al Festival Internacional de Poesía en Medellín, en el año 2004. Berg ha participado en varias lecturas de poesía en Colombia.
No hay abundancia de poemas
El poema puede llegar
a hurtadillas
como un gato de negro hocico
o de repente
como una gota de agua
desde un cielo azul claro
o AUUULLANDO
como carro de piropero por la Calle de la Carrilera
o con cuidado
como un pollito enclenque
que sale de la cáscara del huevo, adormecido,
deslumbrado por la fuerte luz
Y realmente sucede
que alguien en ropas de camuflaje
se te acerca en la calle
y dice: "Buen día, ¿le provoca
un poema hoy?" "Tenemos
de esos que son más grandes que el mundo
¡y más pequeños que un corazón de hormiga!"
Tú, sí, precisamente tú, que vives
en una casa que está afuera en la noche,
¡tú mismo puedes hacer un poema!
Primero haces una mesa
con tablas sanas que huelan a bosque,
y una silla donde sentarse cuando
escribes tu poema
De la oveja recibes
suave lana gris
para tejer cálidos calcetines
porque cuando uno escribe poemas
¡no debe tener frío en los pies!
Lápiz, papel - sólo falta
empezar, ¡sólo tú puedes escribir tu poema!
*
Hay tantos poemas
por descubrir, poemas aún
sin escribirse. Se esconden
por todas partes: en la caja de herramientas
entre tuerca y clavo, destornilladores
y martillos - allá, algo
aceitado, un poema se agacha
como una larva de hierro
O en el armario de ropa blanca,
entre las sábanas y las fundas de almohadas
que huelen a blanco, allí hay
- casi invisible al ojo-
una pluma blanca para escribir
paz en la tierra
libertad para los presos
Sí, hasta en el recién horneado
pan que tú comes hay pequeños
poemas escondidos, olvidados; ellos
cantan en silencio para sí mismos
cuando ya han ido a parar al estómago
Demasiados poemas
no tienen dónde vivir
Nadie quiere hacerse cargo de ellos,
darles de comer palabras, rima para que duerman en ella
bellas vocales para jugar
cuando llega la noche
Demasiados poemas
tienen que vivir en el cesto de papeles,
abandonados como anémonas marchitas
Ellos quieren estar contigo,
los poemas
quieren estar en tu bolsillo,
sentir tu calor,
escuchar tu voz
cuando hablas, ríes, lloras
Quieren ser escritos por tu lápiz,
quieren ser leídos por tus ojos
Y cuando llueve
quieren estar igual de mojados
que tú
Traducción de Víctor Rojas