El Nadaísmo es uno de los pilares principales en el imaginario del edificio de la poesía colombiana
El Nadaísmo es uno de los pilares principales en el imaginario del edificio de la poesía colombiana.
París, 06 Marzo de 2015.
Por Efer Arocha.
Entre mis objetivos de mi viaje a Colombia, estaba encontrarme con la mayoría de sus miembros que no tenía el placer de conocer; regresé satisfecho porque tuve la ocasión de contactarme con los más activos. Eduardo Escobar que ahora vive en un nicho ecológico de un pueblito cundinamarqués me lo presento Magil; siguiendo la tradición colombiana, nos festejamos en un bar del pueblito similar al que describe José A. Morales en uno de sus textos musicales. Vi por primera vez a Elmo Valencia gracias a los buenos oficios de uno de mis buenos amigos literarios Hugo Correa Londoño, en un rincón de una librería donde venden café en el centro de Bogotá. En Medellín busque no sin cierta dificultad, a Jaime Jaramillo Escobar, persona de cualidades inmejorables y todo lo que se diga en éste sentido sobra porque lo merece todo. Esto en cuanto a sus integrantes, porque en lo que respecta al Nadaísmo en tanto que movimiento poético y sus efectos en el pensamiento colombiano, y las conductas sociales de la época, resulta ser prácticamente una cantera inexplorada, particularmente en aquello de tejer los hilos de la memoria en sus rasgos fundamentales, para el registro de los imperecederos de la nación. En esta dirección escogí un grupo de poemas de X-504, deteniéndome al azar en dos versos de uno de sus poemas con el objetivo de descubrir significantes esenciales de los contenidos de la obra del autor, con lo cual busco demostrar también la importancia del Nadaísmo igualmente, divulgo un grupo de sus poemas. El análisis lo encontrará el lector después de los poemas.
RUEGO A NZAMÉ
Dame una palabra antigua para ir a Angbala,
con mi atado de ideas sobre la cabeza.
Quiero echarlas a ahogar al agua.
Una palabra que me sirva para volverme negro,
quedarme el día entero debajo de una palma,
y olvidarme de todo a la orilla del agua.
Dame una palabra antigua para volver a Angbala,
la más vieja de todas, la palabra más sabia.
Una que sea tan honda como el pez en el agua.
Quiero volver a Angbala!
Ruego a Nzamé
El cuerpo
Aviso a los moribundos
La cena de los muertos
Coplas de la muerte
Maneras de gastar el tiempo
El atardecer
Llenos de nada
Perdidos perdidos
Síntesis
EL CUERPO
Qué farsa! J. P. Sartre
He aquí, de esto se habla.
El cuerpo nos goza y lo sufrimos.
Lujo de la Naturaleza, pagamos por él nuestra alma.
Esclavo de los dioses, el hombre es un ser aterrado,
y sólo en el usufructo de su cuerpo deposita su aspiranza.
Su cabeza añadida luce su conversación como un pavo real,
y sentado en un tapete de luna su lengua salta delante de sí como una serpiente encantada.
Orgullo del alma, el cuerpo es regocijo y alimento,
y baila ante los dioses como el árbol frente a la tormenta.
"Rosa", decimos, y la rosa es un mito del alma, porque la carne del cuerpo no se reconoce sino a sí misma.
El cuerpo, Devorador, todo hecho para devorar,
el alma de este cuerpo no puede ser sino también devoradora.
Somos un surtidor, con nuestros brazos que se agitan y nuestra boca llena de agua.
Tenemos lo que tiene la nube, he aquí esta adivinanza, por eso la tierra nos absorbe.
Rebelión de la materia, el cuerpo se avolcana, se incendia, impone hermosura, y no queremos ser sólo cuerpo.
Pero yo aconsejo: hazte amigo del sepulturero.
AVISO A LOS MORIBUNDOS
A vosotros, los que en este momento estáis agonizando en todo el mundo:
os aviso que mañana no habrá desayuno para vosotros;
vuestra taza permanecerá quieta en el aparador como un gato sin amo,
mirando la eternidad con su ojo esmaltado.
Vengo de parte de la Muerte para avisaros que vayáis preparando vuestras
ocultas descomposiciones:
todos vuestros problemas van a ser resueltos dentro de poco,
y ya, ciertamente, no tendréis nada de qué quejaros, ¡Oh príncipes
deteriorados y próximos al polvo!
Vuestros vecinos ya no os molestarán más con sus visitas inoportunas,
pues ahora los visitantes vais a ser vosotros, ¡y de qué reino misterioso y
lento!
Ya no os acosarán más vuestras deudas, ni os trasnocharán vuestras dudas e
incertidumbres,
pues ahora sí que vais a dormir, ¡y de qué modo!
Ahora vuestros amigos ya no podrán perjudicaros más, ¡oh afortunados a
quienes el conocimiento deshereda!
Ni habrá nadie que os pueda imponer una disciplina que os hacía rabiar, ¡oh
disciplinados y pacíficos habitantes de vuestro agujero!
Por todo esto vengo a avisaros que se abrirá una nueva época para vosotros
en el subterráneo corazón del mundo, adonde seréis llevados solemnemente
para escuchar las palpitaciones de la materia.
A vuestro alrededor veo a muchos que os quieren ayudar a bien morir,
y que nunca, sin embargo, os quisieron ayudar a bien vivir.
Pero vosotros ya no estáis para hacer caso de nadie,
porque os encontráis sumergidos en vosotros mismos, como nunca antes lo
estuvierais,
pues al fin os ha sido dado reposar en vosotros,
en vuestra más recóndita intimidad, adonde nadie puede entrar a perturbaros.
Vuestro suceso, no por sabido es menos inesperado,
y para algunos de vosotros demasiado cruel, como no lo merecíais,
mas nadie os dará consolación y disculpas.
De ahora en adelante vosotros mismos tendréis que hacer vuestro lecho,
quedaréis definitivamente solos y ya no tendréis ayuda, para bien o para mal.
Os ha llegado vuestro turno, ¡oh maravillosos ofendidos en la quietud de
vuestra aristocrática fealdad!
Tanto que os reísteis en este mundo, mas ahora sí que vais a poder reír a todo
lo largo de vuestra boca,
¡oh prestos a soltar la carcajada final, la que nunca se borra!
Yo os aviso que no tendréis que pagar más tributo,
y que desde este momento quedáis exentos de todas vuestras obligaciones.
¡Oh próximos libertos, cómo vais a holgar ahora sin medida y sin freno!
Ahora vais a entregaros a la desenfrenada locura de vuestro esparcimiento,
no, ciertamente, como os revolcabais en el revuelto lecho de vuestros amantes,
sino que ahora seréis vosotros mismos vuestro más tierno amante,
sin hastío ni remordimiento.
Apurad vuestro último trago de agua y despedíos de vuestros parientes, porque
vais a celebrar el secreto concilio
en donde seréis elegidos para presidir vuestra propia desintegración y vuestra
ruina definitiva.
Ahora sí que os podréis jactar de no ser como los demás, pues seréis únicos en
vuestra inflada podredumbre.
¡Ahora sí que podréis hacer alarde de vuestra presencia!
Yo os aviso
que mañana estrenaréis vestido y casa, y tendréis otros compañeros más
sinceros y laboriosos,
que trabajarán acuciosamente día y noche para limpiar vuestros huesos.
Oh vosotros que aspiráis a otra vida porque no os amañasteis en ésta:
yo os aviso que vuestra resurrección va a estar un poco difícil,
porque vuestros herederos os enterarán tan hondo,
que no alcanzaréis a salir a tiempo para el Juicio Final.
LA CENA DE LOS MUERTOS
Al acostaros,
no dejéis la leche ni el pan sobre la mesa:
atraen a los muertos.
Rainer María Rilke
Los tiernos muertos vienen a beber en mi vaso,
y silenciosamente rondan en mi aposento,
alargando sus tímidas trompas hacia los panes
que apenas sí se atreven a rozar con los dedos.
Penetran por el hueco de la llave uno a uno,
evitando en la sombra tropezar con las lámparas,
y van mañosamente a ponerse a la mesa
donde les he dejado: leche, pan y una carta.
El pan se desharina en sus dedos temblones
y la flecuda lengua lame el fondo del vaso,
con presurosa angustia disputando las sobras
que el frío soplo del viento sobre el mantel esparce.
Entrada la mañana, al volver a la estancia,
corriendo las cortinas para abrir las ventanas,
cuando la sombra vuela hacia el día como un pájaro,
sobre la mesa encuentro intocada la carta.
COPLAS DE LA MUERTE
La Muerte me coge el pie,
yo la cojo del cabello;
si se queda con mi pie,
me quedo con su cabeza.
La Muerte me coge un brazo,
yo la agarro con el otro;
cuando amanezca estaremos
dando vueltas en redondo.
Si la Muerte entra a mi alcoba,
me arrojo por la ventana;
y si sale y me persigue
corro al río y me echo al agua.
Si me encuentro con la Muerte
¡qué susto le voy a dar!
Le diré que en la otra esquina
me acaban de asesinar.
Para que nunca me encuentre
la muerte, aquí me le escondo.
Si les pregunta por mí,
digan que no me conocen.
MANERAS DE GASTAR EL TIEMPO
El empresario que lo gasta en fabricar cosas, dice a las gentes que lo gasten
ellas en consumir sus cosas.
No hay sucesión de días, sino el mismo día que se repite, y por eso los
antiguos afirmaron que el tiempo no existe.
Pero el sacerdote nos pide devolvérselo a Dios, que es su legítimo dueño.
Y los autores de libros quieren que lo empleemos en leer lo que todos ellos
han escrito.
Y los productores de cine nos dicen que la imagen es lo único que merece
nuestro tiempo.
Y los músicos creen que no nos va a alcanzar el tiempo para escuchar toda la
música que se ha compuesto.
Pero los agentes de viajes ponen avisos en las revistas diciendo que viajar es la
mejor manera de gastar el tiempo.
El gobierno cree, sin embargo, que la patria es la única acreedora de nuestro
tiempo, con derecho y ley.
Pero nuestra amada, nadie como ella para creer tener derecho a nuestro
tiempo.
Hasta nosotros mismos pensamos en disponer de un poco de tiempo, el día
que nos sea posible.
EL ATARDECER
Para Jorge Valencia Jaramillo
El día va muy bien, cuando de pronto,
empieza a atardecer.
Es una hora indefinida que parece
una mañana al revés.
El horizonte retrocede
oculto por la luz que va menguando,
y entonces lentamente
la noche va llegando.
Tu corazón te avisa que se acerca
la hora presentida
en que desaparece poco a poco
la última luz del día.
El reloj se equivoca al dar las seis,
que antes fueron las seis de la mañana,
pobre reloj de doce horas
sin campanario y sin campana.
Las luces que se encienden
para oponer al día noche mágica
no tienen el misterio de las oscuras noches
felices y nostálgicas.
Noches falsificadas que han perdido
el miedo original de lo insondable,
y en ellas se renueva de algún modo
el pavor y el temblor de haber nacido
en este extraño mundo, pese a todo,
pleno de gracia y de sentido.
En esa luz opaca
que en la tarde declina
tus recuerdos acechan en la sombra
que es nueva cada día,
hasta que al fin rendida
en la muerte termina.
El día va muy bien, cuando de pronto
tu corazón te avisa que se acerca,
oculto por la luz que va menguando,
vago presentimiento,
y entonces
lentamente
la noche
va llegando.
El nadaísmo en dos versos
Uno de los objetivos de la revista Vericuetos es descubrir a los lectores franceses de poesía, a poetas reconocidos por su calidad trascendente en lengua española. Hoy hemos elegido a Jaime Jaramillo Escobar, bardo colombiano que es uno de los grandes de la nación suramericana y que se encuentra en plena actividad creativa.
Actualmente reside en Medellín, ciudad encantadora por muchas razones para disfrutar de la vida, comenzado por su clima que es una perpetua primavera sobresaliendo su arborización donde habitan diversas especies de aves. Servicios públicos de excelente calidad y todo lo que las ciudades avanzadas requieren. Con el poeta visité algunas del centenar de bibliotecas que dispone el centro urbano. Dentro de sus funciones se encuentra la de albergar talleres de poesía. El poeta dirige algunos desde hace tiempos en la Biblioteca Pública Piloto, la más importante de la ciudad. La urbe tiene censados a 700 poetas asperjando versos hasta en las grietas del crujir de la cordillera andina. Además, cuenta con el festival mundial del género. En un medio tan exigente en materia de versificación, él es la figura cimera.
Vino a la vida en Pueblorrico un 25 de mayo de 1932, luego deambularía por otros pueblos hasta llegar a Andes donde hizo la secundaria y conocería al poeta más extraño y en consecuencia original, Gonzalo Arango; que era uno de sus compañeros de estudio. Cabe anotar que América Latina es tierra de lo inexplicable. En la realidad Arango no era poeta sino algo más; profeta de la poesía y de la vida. Se derretía la década del 60 del siglo pasado, todos los que leímos sus escritos, de inmediato reconocimos que se trataba de un auténtico profeta, el mejor de ellos, por tratar únicamente de lo terrenal y profano, su fuerte consistía en la apología de lo prohibido, sus prédicas se proponían romper todos los cerrojos y todas las ataduras comenzando por la moral, hasta liberar el cuerpo de todas sus inhibiciones mediante el placer de los órganos de los sentidos. Para sustentar sus tesis escribió un manifiesto poético titulado “Manifiesto Nadaista”. Para poder comprender o formarse una idea de la obra de Jaime Jaramillo, quien en el mundo poético germinó en las letras con el nombre de X504, hay que detenerse, así sea de la manera más breve, en dicho movimiento poético a través del manifiesto.
TÉRMINO
El término Nadaísmo es un sustantivo derivado del sustantivo Nada, en su contenido etimológico. Gonzaloarango en el Terrible 13 Manifiesto Nadaista dice: “Todavía ustedes los moralistas, los racionalistas y los estetas se estarán preguntando: “Y más allá del horizonte de la locura. ¿Cuál es realmente el fin del nadaísmo?” Y nosotros diremos: “El nadaísmo no tiene fin, pues si lo tuviera ya se había terminado”. En apariencia lo antes expuesto se aprecia claro lo carente de toda finalidad, no tiene objetivo; sin embargo, el enunciado corresponde a la forma de presentar la esencia de lo que es según su fundador es el planteamiento central, el cual está envuelto en un contenido empírico que se convierte en una categoría con significante que envía al plano filosófico.
La categoría nada, en el área del acto cognitivo tiene hoy diversas interpretaciones: empezando por la de físicos atomistas intuitivos y filósofos materialistas jonios, que sostenían la idea de que todo espacio es la expresión de un contenido en lo macro o micro, donde la Nada no tiene sustento. De nuestra parte diremos que la Nada es la carencia de fenomenología, entendida ésta como lo anota Fichte: Aparición y exteriorización en tanto que principio del saber o como lo dice Hegel, objeto y conciencia. Sin embargo, existe otra interpretación asimilable a la categoría nadaísmo. Es el Néant, en el cual se han detenido variedad de filósofos. Martin Heidegger y Sartre, nos dicen que la limitación del Ser se establece a partir de lo que existe. El mismo Hegel sugiere que la negatividad del Néant, se manifiesta en lo múltiple de los planes reales y así, sucesivamente otros.
En lo anterior se puede buscar para establecer un contenido interesante de pensamiento filosófico o de literatura comparada, es el de tratar de unir, interrelacionar o establecer parentesco entre Nadaísmo y corrientes del pensamiento europeo, o a la inversa. En principio en una lectura rápida sobresalen ejes que permiten un amarre como puerta de entrada; la que se encuentra en el Nihilismo en su interpretación filosófica, mediante la cual se afirma que nada existe en forma absoluta, negación de toda realidad sustancial, que, en el plano de lo social se traduce en rechazo y negación de todos los valores empezando por el de la moral. Como es conocido el Nihilismo se inició en Rusia zarista en tanto que movimiento político, logrando su popularización a través de la literatura. Fue Iván Torgueniev quien con su novela Padres e Hijos, en 1862, lo puso en boga, y en la literatura francesa, Flaubert es otro de los integrantes de esta corriente.
El Nadaísmo como poesía es pensamiento, al serlo, por sí mismo, por ser verso, metáfora, poema, en la acción que requiere su existencia, es portador de un elemento contradictorio que se opone al pensar filosófico, desde el mismo momento en que nació la disciplina; es de anotar que la poesía es muchísimo más antigua que la filosofía. La razón de la contradicción consiste en que las dos disciplinas buscan explicar el mundo. Antagonismo que mantiene con la religión por los mismos motivos. Sin embargo, el nadaísmo va más allá, él es reto directo al establecimiento, a la tradición y al conjunto de las valoraciones sociales; como se puede constatar en apartes del ya citado manifiesto: “ nos masturbamos con sadismo y brutalidad y a ese acto solitario consagramos un amor puro y esquizofrénico… hemos bebido tragos acerados que quemarían los cinco estómagos de la vaca, y derretirían las entrañas poderosas del buitre … hemos alabado a los pederastas que se besan a la luz del sol desafiando los sexos y el rubor de los policías que guardan la moral pública… hemos padecido la miseria con un odio a muerte por el capital, pero no trabajamos porque el trabajo es atentatorio contra la poesía y contra la dignidad humana…”. En lo anterior el lector se forma una idea del carácter radical cortando de un solo tajo todas las codificaciones de Colombia y de América Latina, en ese momento. Actitud sin precedentes en el movimiento poético de esta parte del mundo; asunto que no hicieron los modernistas o en lo local los Piedracielista para mencionar escasamente dos ejemplos.
La Nada que utilizan los nadaistas, en tanto que categoría de ruptura, en su función de herramienta de destrucción, se opone al todo, que en este caso, es la sociedad colombiana de su tiempo. Un país pastoril, pacato y clerical del siglo XIX en el siglo XX. En lo anti-religioso eran blasfemos y sacrílicos, en metáfora y en actos, como lo prueba la anécdota de la catedral de Medellín donde estuvieron a punto de perder la vida por haber agredido la hostia en plena misa en el momento de la comunión. Aquí es de recalcar que Colombia es hoy un país muy avanzado en cuanto a crítica religiosa, bástenos con señalar que Alejandra Azcárate, una niña hermosa, aparece crucificada desnuda con velo con el cual trata de cubrir aquello que los hombres desean ver, el adminículo no está puesto para ocultar sino para atraer miradas de todos los lectores de la revista colombiana titulada SoHo, hecho que no ha escandalizado a nadie, mientras en otras latitudes, religiones desbordadas expanden a diestra y siniestra la muerte para quienes no son sus adeptos.
EL POETA
La primera vez que oí el nombre del poeta, no su nombre propiamente, sino su seudónimo, fue un día que integrando una comisión de estudiantes fuimos a la alcaldía de Bogotá para inscribir al candidato presidencial de nuestras preferencias, de apellido Goeneche, quien aspiraba a ser el primer presidente sideral y dentro de su programa ecológico comprendía la pavimentación de un río caudaloso denominado Magdalena, principal arteria fluvial de Colombia.
Entrada la tarde hicimos el primer mitin de campaña animado con la presencia del hombre de la Llama, quien tenía por atractivo subirse en un santiamén a la velocidad de escarabajo al campanario de la iglesia de las Nieves. Espectáculo que interrumpía el tránsito de la Carrera 7 y pronto se llenaba el parque para presenciar la persecución policial y la escapada del tan atractivo arácnido. La línea de oradores debía abrirla la persona más indicada en el momento, un poeta sideral como era X504, estudiante de la universidad Nacional según se dijo en la alcaldía y que la comisión de campaña no encontró en el citado plantel por ninguna parte. Ante la ausencia del poeta, un alumno de medicina de varios alias, entre ellos el de manos de seda, porque era el encargado de finanzas de publicaciones clandestinas, cada vez que era necesario se subía a los buses de barrios burgueses y pronto se bajaba lleno de bolígrafos Parker y carteras. Abrió el mitin leyendo trozos del Manifiesto nadaísta o algo parecido “Creemos enormemente en la santidad del crimen y hemos crucificado en altares de sangre a nuestras vírgenes para que regresen Atila, Nerón, Eróstrato, Judas y todos los asesinos de la historia…”
Como vivíamos el periodo del nacimiento de la conquista del espacio, con Sputnik, Laika, viajes a la luna. La primera idea que me hice del poeta X504, fue la de un cuerpo veloz, lleno de músculos, vigor, voz fuerte y todo lo que concierne a un rebelde y gigante que aguza curiosidad verlo a cierta distancia. Es una relación interesante de valoración de nexo, entre el nombre y lo nombrado que afinca una anticipación puramente sicológica sin elementos de sustentación, dando lugar a la subjetividad emocional por imaginación, que en la vida real y en literatura es bellísima.
Cuando tuve el placer de conocerlo en mi último viaje a Colombia, mi sorpresa fue total, nada que ver con el personaje preconcebido. El poeta es una persona llena de ternura, de una dulzura al hablar, afabilidad y trasparencia por fuera de lo común, su humanidad frágil y vaporosa se asemeja a su obra, es la continuación física de sus poemas. No tiene ningún parecido somático con otros nadaístas que también conocí. Elmo Valencia de cuerpo muisca, según sus amigos es el más nadaísta de todos, pués no tiene nada material, me lo presentó mi amigo Hugo correa Londoño animador del taller García Márquez en un café bogotano. Eduardo Escobar de esqueleto robusto asimilable a Cochise, se pasa la vida hablando del prójimo con palabras que lanza como globos de jabón al aíre. Lo conocí en el paraíso, donde se deleita con los placeres de los dioses griegos siendo su preferido Baco, todo en un pueblito de Cundinamarca a donde me llevó Magil, el único soñador que le queda a la literatura colombiana compartiendo los ideales de los abuelos del campo cuando todavía se sembraba maíz con barretón y mochila terciada. Jota Mario Arbeláez, que tiene un corte de duque criollo por su porte y exquisitez en modales, lo vi la última vez en una presentación de un libro de los Conjurados en compañía de Gonzalo Márquez Cristo y Amparo Osorio, mundanos y también buenos poetas; sucedió en los rincones culturales del Gimnasio Moderno.
Otros nadaísta genuinos o cercanos fueron o son: Amílcar Osorio, Darío Lemus, Fany Buitrago, María de las Estrellas, Alberto Escobar Ángel, Fernando Lalinde, Fernando Gonzáles, Paulus Gallinasus, Mario Rivero, Germán Espinoza, José Manuel Arango, Rafael Vega Jácome Alejandro Cote y Giovani Quessep…
MIRADA A UNO DE SUS POEMA
Una particularidad que contiene la obra poética de Jaime Jaramillo Escobar, son los múltiples ejes que la sostiene, uno que atrajo mi atención, por su simplicidad y la manera diáfana en la construcción metafórica, es el tratamiento que le da a la versificación de lo elemental presente en la vida cotidiana. Asunto bastante molido en la poesía de tipo intimista, no así, en el poema cuyo ejercicio está por fuera de lo personal proyectándolo por su contenido temático al área de lo social. La característica anotada está directa en el poema Maneras de gastar el tiempo que es el título
El título por si sólo, a secas, envía al lector directamente al lenguaje coloquial, al trajinar común de la vida diaria. Desde la perspectiva del análisis señalaremos únicamente un contenido del título, puesto que también tiene la función de verso y otras. Al significante que nos referimos es a su esencia antipoética, esencia que sale a flote al descubrir que el título en el torrente del lenguaje popular resulta ser apenas una frase banal, usada millones de veces por los hablantes del idioma español. Aquí el poema milita haciendo parte de la ruptura de la nueva poesía latinoamericana, que ha hecho saltar en pedazos la mayoría de los cánones de la poesía clásica, que desdeñaba el vocablo manoseado por el hablar, que origina la vida del idioma en el ejercicio de la comunicación. Tema candente para los teóricos de la poética actual.
El primer verso nos dice:
“El empresario que lo gasta en fabricar cosas, dice a las gentes que lo gasten ellas en consumir sus cosas”.
Este verso es una fuente que asperja significantes en múltiples direcciones, y al igual que el título es una fenomenología de la vida ordinaria. En este sentido utilizando el método de poesía comparada, se da una coincidencia incuestionable con el anti-poema de Nicanor Parra, tema suficiente para dictar una conferencia sobre el género.
El lector, en el verso, partiendo de la cesura, está frente a dos hemistiquios diferentes pero consecuenciales. La unidad de consecuencia se hace presente en toda la superficie del verso en funciones distintas donde su esencia es la misma, o sea el tiempo. Un fabricante consume el tiempo haciendo cosas, mientras que un comprador gasta el tiempo comprando las cosas del fabricante. Lo anterior se presenta como hechos intrascendentes por lo obvio. Entonces qué importancia tienen sucesos comunes para ser poetizados, o simplemente estamos frente a versos carentes de valor y de ésta manera otros interrogantes. Dar respuesta al cuestionamiento precedente sería interesante, pero ese no es el problema principal del poema. Su medula resulta ser el tiempo.
En el verso está planteada únicamente la idea de la percepción temporal; una de las maneras de ser del tiempo, en su manifestación directa accesible a los órganos de los sentidos. El hombre común sólo tiene acceso al tiempo por asociación fenomenológica, es la idea de relación consigo mismo, en el caso el yo singular, y ese mismo yo con las cosas. Su propia existencia y la existencia de las cosas, ligada a la cuantificación, de segundo, minutos, horas etcétera. A esto lo que denominamos tiempo empírico porque es experiencia directa por la acción del vivir del sujeto, muy particularmente el hombre actual, que resulta inconcebible sin el entorno de las cosas. También el verso nos conduce al tiempo de la economía de la sociedad de mercado; como producción, pero igualmente como crítica social, por ser tiempo del consumismo e igualmente tiempo político. Hasta aquí el poema ha dado dos pasos, el primero con el título y el segundo con el primer verso tejiendo y creando la factura del poema, sostenido en un tiempo que está al alcance de todos por lo elemental y asible.
El segundo verso es una verdadera osadía del poeta, al negar de plano la existencia del tiempo, o plantear un tiempo que obliga la intervención del intelecto a fondo
“ No hay sucesión de días, sino el mismo día que se repite, y por eso los antiguos afirmaron que el tiempo no existe”.
El verso contiene una verdadera confrontación gnoseológica que remite inmediatamente a dos fuentes distintas del conocimiento; conocimiento lógico y conocimiento estético, superando el tiempo empírico del primer verso. El cuestionamiento que hace el verso es un terreno inexplorado, tanto por estetas como por pensadores.
El tiempo de la poesía se desenmarca del tiempo filosófico, porque no es cognición en tanto que abstracción de la realidad, ni experiencia empírica de la misma. El poema no es pensamiento, el accede al conocimiento por una vía distinta, él es, un acto sensible ajeno al razonamiento como principio del saber. Su relación con la realidad es una acción sensible y no un acto reflexivo, he aquí la diferencia.
El verso nos dice que no hay sucesión de días, sino el mismo día que se repite indefinidamente, o por los menos, hasta cuando existan las condiciones de lo que entendemos por día. El día es para el verso el núcleo del tiempo, es el centro del universo, porque es repetición perpetua conduciendo necesariamente a que todos los fenómenos de la realidad se sucedan en él. El fenómeno de repetirse sin cambio alguno, hacen que el día sea uno, y nada más que uno. Esto que es un ilógico para el pensar, resulta ser la verdad para el poeta. Como anotábamos, el poeta opera por sensibilidad, entonces él no ve con los ojos propiamente, sino que posee un mirar el mundo de manera distinta, que le permiten ver tanta realidad temporal, que sólo él es capaz de comprimirla en una metáfora, veamos: en el día largo del poema de Jaime Jaramillo; detengámonos en un solo hecho, los que nacieron lo hicieron para no nacer; afirmación que en principio resulta ser un contrasentido, sin embargo, la poesía demuestra lo contrario; millones y millones de seres humanos que en éste instante están esparcidos por el planeta no tienen ni tendrán registro de memoria, es decir, nadie sabrá de ellos, en consecuencia nadie podrá conocerlos, ni tampoco alguien los pudo conocer; oscuro destino para la mayoría de la humanidad, es tanto como pensar en la existencia del soldado 47 del ejército de Alejandro Magno, el día de su primera batalla, sobre el que nadie ni siquiera puede formarse una idea. De ahí que el ser humano sea para la poesía algunas veces, un ser de condición irrisoria.
El tiempo de los filósofos
Para los filósofos, el Tiempo es uno de los problemas mayores de la disciplina, debido a que es una categoría determinante para explicar el mundo. En el objetivo coincide con la poesía y la religión que buscan la misma meta, incidir sobre el pensamiento del individuo. Ya sea que la mayoría de los poetas no lo sepan o ni se lo propongan. Desde la antigüedad, los filósofos han analizado el tiempo, y formulado una explicación del mismo. Para Parménides de Elea, el Tiempo es naturaleza, “El Ser es; El no Ser no es; El Ser es increable, impensable, inmóvil, y eterno”. Para Heráclito, el tiempo es una realidad ineliminable de la naturaleza. Platón ve en el Tiempo la imagen móvil de lo universal eterno. Aristóteles nos dice que el Tiempo es la fuerza de las cosas y la fuerza de la vida que circula en la naturaleza.
En la modernidad, no obstante el avance colosal de la ciencia y la técnica, la filosofía es bien poco lo que ha avanzado en la conceptualización del Tiempo, a pesar de que la física ha demostrado su carácter relativo. Señalaremos un mínimo de pensadores, puesto que este trabajo no se trata de un ensayo sobre el tema.
Kant en la Crítica de la razón, presenta el Tiempo como la razón pura. Bergson lo considera como el movimiento natural de la conciencia. Husser quien escribió todo un texto sobre el Tiempo, titulado Lecciones para una fenomenología de la conciencia íntima del Tiempo”, lo define en uno de sus apartes poéticamente: el Tiempo es una paradoja parecida a la resonancia del sonido.
Martin Heidegger, el coco del problema, en su obra El Ser y el Tiempo Hace un análisis desde muchas perspectivas, de las cuales extraemos una por lo interesante, en cual nos afirma que no se trata de pensar la naturaleza del Tiempo, sino la naturaleza y el Tiempo como temporización. « de l’Être de Dassein, l’œuvre à la temporalité même de l’Être ».
De nuestra parte diremos que hasta ahora el Tiempo, sea el común o el intelectual, presenta lagunas. Anotaremos algunos puntos para la mayor comprensión de la relación entre poesía y filosofía.
La primera característica del tiempo es su rasgo de infinitud, significa que no ha tenido principio ni tendrá fin. Esto se prueba conociendo que la naturaleza no ha tenido ningún origen, ni en lo micro, la parte más pequeña del átomo, o, en lo magro, una galaxia. La teoría del Big –Bang, del momento primero en la creación del universo, que es una hipótesis de un modelo cósmico, la rebatimos es su época sin mucho esfuerzo, con la aporética, que fue un sistema filosófico, como lo hicieron en la antigüedad quienes criticaban al sofismo, agnosticismo y escepticismo. La aporía del bastón, bellísima por cierto, que es también un instrumento pedagógico de utilidad, al que Derrida aludió para lograr la autonomía del alumno; resuelve dos interrogantes a la vez, principio y fin. “ Un ciego con un bastón sale a buscar el límite de la naturaleza, camina en una sola dirección y encuentra un borde, sigue caminando hasta encontrar otro límite y así sucesivamente continua en la eternidad sin encontrar el fin” El va de límite en límites distintos. El Big- Bang fue propuesto por primera vez en 1927, por monseñor Georges Lemaitre, religioso belga. En el ascenso de las religiones se adhirió Stephen W. Hawhing, heredero de la cátedra de Newton Oxford, quien recientemente reconoció su error.
Nos detendremos en un segundo aspecto por lo decisivo para la compresión del tiempo. El no es naturaleza, carece de materialidad, él es el medio por el cual la naturaleza tiene existencia; explicitando: la naturaleza para poder ser en su esencia, no puede serlo por fuera del tiempo porque ella es temporalidad; Temporalidad que la determina una nueva categoría denominada espacio. Toda fenomenología de la naturaleza, sea en lo micro o magro, ocupa un lugar. Lugar que lo constituye el espacio y el tiempo. Un ejemplo de lugar en el espacio, el espacio del cuerpo de Hawhing. Lugar en el tiempo la edad actual de Hawhing.
Ahora bien, en términos poéticos donde está éste tiempo complejo. Tomemos un Haikú. “Las tijeras de podar/ quedaron mudas/ ante la belleza/ de la flor”. En el poema es evidente que hay varios espacios y tiempos constituyentes de la estructura versificadora. Sin embargo, hay uno que es la esencia del texto. Es el que expresa el silencio, una mudez presente por fuera del verso, que se encuentra en el hablar de las tijeras con su acción de cortar.
Obras Publicadas
Poemas de la Ofensa (1968)
Extracto de poesía (1982)
Cien poemas de Geraldino Brasil (1982)
Sombrero de Ahogado (1983)
Poemas de tierra caliente (1985)
Selecta (Antología 1987)
Alheña y Azúmbar (1988)
Prosa
El ensayo en Antioquia (2003)
Barba Jacob para hechizados (ensayo 2005)
Método fácil y rápido para ser poeta (2005)
Premios
Premio nadaísta de poesía Cassius Cley, 1967
Premio nacional de poesía Eduardo Cote Lamus, 1983
Premio nacional de poesía Universidad de Antioquia, 1983